Splice: Experimento Mortal

Clive (Adrien brody) y Elsa (Sarah Polley) son una pareja de científicos virtuosos dedicados a la investigación de la combinación del ADN. A servicios de una farmacéutica, trabajan en la sintetización de una proteína. Para ello conciben masas vivas combinando varias especies animales en el laboratorio. Sin embargo deciden ir más allá de lo permitido e inician una creación alternativa a la supervisada, esta vez utilizando ADN humano. Supongo que hasta aquí puedo escribir en cuanto a sinopsis se

refiere…

Camisas de once varas. Ahí se ha metido Vicenzo Natali, director de este film.

En ocasiones una película puede morir de pretensión. Es el caso de “Splice:

Experimento Mortal”. Hay que tener una habilidad poco usual para combinar con éxito la ciencia, la ciencia ficción, la mafia farmacéutica, lo sobrenatural, las complicadas relaciones de pareja, el subrealismo (al menos yo lo sentí subrealista en ciertos momentos), la moral… uf uf uf, too much. Así es normal que todo haya quedado entretelado, que no entretejido.

El haber contado con dos protagonistas con nombres de prestigio en Europa y EEUU, sin duda le dará puntos en taquilla. El monstruito que crece ultra rápido seguro que estaba muy al gusto de su productor Guillermo del Toro, y de sus seguidores.  En esos sentidos el film está cubierto.

Y a mí no me queda más que mostrar mi descontento una vez más hacia estas

producciones de background moralista sobre las horribles consecuencias que caerán sobre nosotros si permitimos que “jueguen a ser dioses en el laboratorio”. Estamos hartos de que nos metan miedo. Y sí, seguimos queriendo una cura para el cáncer, el sida y otras tantas, y no, a muchos no nos importa que la iglesia crea que Dios nos castigará.

Total, una historia para no dormir que da un poco de somnolencia.