Hosting WordPress

Para qué te quiero lluvia: Rock en Seine 2010

Por Ignacio Sánchez 3

 

El Enano Rabioso hizo las maletas para subir al país vecino, Francia, para asistir a la séptima edición del Rock en Seine de París, donde se juntaron 105.000 personas durante tres días.

Por España no estamos demasiado acostumbrados a festivales donde a las doce de la noche estés saliendo del recinto, a festivales donde no se venda más alcohol que cerveza, vino o champán, a festivales que por 100 euros te dejen ver a Blink 182, Massive Attack, Arcade Fire, Queens of the Stone Age, LCD Soundsystem o Jónsi, a festivales donde la lluvia puede ser desde una agradable ayuda o una pesadilla que haga suspender el concierto de la banda más esperada del festival, Arcade Fire. Así ha sido el Rock en Seine 2010, y así lo vivimos.

Franck Courtès©Rock en Seine

Un sabor agridulce se le queda a uno cuando ve que un chaparrón de 30 minutos destroza lo que hasta el momento estaba siendo sin duda el concierto del festival. Y es que no era la primera vez que los canadienses Arcade Fire se encontraban con el contratiempo de la lluvia en el festival parisino, ya en el 2007 la sufrieron, pero a diferencia de esta edición pudieron terminar con la actuación. Es aquí donde uno se pregunta si se toman o no las medidas necesarias para poder evitar estos casos, aunque la fuerza de la lluvia y sobre todo el viento que soplaba contra el escenario hicieron que lo más sensato fuera suspender la actuación, pero en esos momentos de pesadumbre es donde surgió el carisma del grupo, que contra las recomendaciones de los técnicos decidieron salir para ofrecer un “Wake up” en acústico como consuelo. Hasta el fatídico momento la banda se había mostrado potente presentando los nuevo temas de “The Suburbs”, que dicho sea de paso en directo ganan una barbaridad. “Ready to start” para abrir el show fue toda una descarga para seguir con “Keep the car running”. El grupo había metido la quinta, y enlazaba grandes joyas como “No cars go” o “Neightborhood #2 (Laika)”. Un público entregado desde el primer momento y una banda en perfecta comunión, todo para ser recordado.

Pero si la lluvia fue la protagonista del final del festival, también lo fue del comienzo. La jornada del viernes abría con una tromba de agua de pocos minutos que enfrió el ambiente de los aún pocos asistentes a la actuación de Minus the Bear, aunque seguidamente en el escenario principal All Time Low se encargaran de subir el voltaje con su punk rock para adolescentes. Por suerte para cuando Band of Horses salieron al escenario lucía un sol radiante. Concierto breve el suyo (35 minutos)  donde los de Ben Bridwell parecía que presentaban el “Cease to begin” en vez de su último “Infinite Arms”, por la cantidad de temas que tocaron de su segundo disco, con el que más público quizás se puede ver reflejado. Sólo una referencia aislada al inmenso “Everything all the time” tuvieron, y fue con “The Funeral” para poner el punto y final a una actuación soberbia.

Con un final tan bello mejor era investigar la oferta alternativa del recinto a ver al líder de Bloc Party, Kele, presentando su primer disco en solitario. Y es que el festival tenía rincones curiosos donde perder el tiempo, como el dedicado a instrumentos musicales que podías tocar a tu gusto, crear tu propio diseño de camiseta del festival, asistir a una exposición fotográfica, o degustar platos de distintas partes del mundo en el rincón de las comidas del mundo.

Antes de la salida al Escenario de la Cascada de los británicos Foals, un grupo de compatriotas ya calentaba el ambiente en las primeras filas. Un segundo trabajo menos bailable y accesible como “Total life forever” era el encargado de traerlos al festival, y con la canción homónima comenzaron su actuación, directa, sin concesiones, sabiendo que el poco tiempo del que se disfruta en este tipo de eventos hay que aprovecharlo. Así, soltaron “Cassius” y “Ballons” al comienzo. Memorable el momento del crescendo de “Spanish Sahara” con la cada vez más fuerte lluvia que comenzó a caer. A seguir su evolución.

Franck Courtès©Rock en Seine

Uno de los platos fuertes del festival era la vuelta a la actividad de Skunk Anansie, tras la poca acogida que tuvo el proyecto en solitario de su vocalista Skin. Con ganas de comerse el escenario y de agradar lo máximo posible, así fue su salida, un sonido abrumador y una voz en perfecto estado sirvieron para que Skunk Anansie nos recordaran clásicos como “Charlie Big Potato”, “Hedonism”, o una “Weak” que sirvió para que Skin se tirara al público mientras la cantaba. Punto a su favor presentar por primera vez en directo su nuevo single “Because of you”.

Para los nostálgicos del sonido britpop la actuación de The Kooks suponía una alegría. El grupo británico hizo un repaso por su aún corta carrera, desgranando temas de sus dos álbumes y soltando alguna nueva perla. Una actuación para fans, el resto bostezamos más de un par de veces.

Y hablando de nostalgia, la que desprenden Cypress Hill y su inconfundible sonido, revitalizado a través de un “Rise up” con el que intentan no caer en el olvido. Su directo no es que fuera para tirar cohetes, demasiado plano todo, sin gancho, aunque intentaran reflotar tirando de “Insane in the brain” a mitad de la actuación. Su tiempo ya pasó, aunque salvaremos el cierre con un “Rock Superstar” dando en el pecho.

Nicolas Joubard©Rock en Seine

Como cabezas de cartel otra banda que parecía olvidada y que vuelven, aunque no sabemos exactamente si con la intención de quedarse o hacer caja, Blink 182. Con pocas esperanzas sobre lo que podrían dar de sí en directo, ciertamente me tuve que tragar mis malos presagios porque lo que los californianos ofrecieron fue todo un espectáculo punk-rock, donde dejaron de lado la palabrería fácil y chistes para centrarse en lo meramente musical, soltando pildorazos que han ido decorando la juventud de más de uno. Así fueron cayendo desde “The rock show”, “First date”, “Feeling this”“What’s my age again”, “Stay together for the kids”, y por supuesto “All the small things”. Para los bises un solo de batería por la nubes y boca abajo al estilo Slipknot y rematar la faena con “Carousel”, “Dammit” y “Family reunion”. Dos orejas y rabo.

Y para rematar la faena ahí estaban unos rejuvenecidos Underworld que saben lo que es poner el escenario boca abajo. Broche de oro a la jornada cerrándola con el mítico “Born Slippy”.

La ruta turística por Montmartre sumada a las colas de acceso al recinto hacen que nos perdamos a Stereophonics, una pena, y casi también a Two Door Cinema Club, uno de los nuevos “hypes” venidos desde  las islas británicas y con la etiqueta de los nuevos Franz Ferdinand. Armas no le faltan, bebiendo de las mismas fuentes ya empiezan a tener una masa fiel, y ellos supieron ofrecer un concierto festivo donde nadie pudo quedarse quieto. Ojo a su evolución, porque temas como “Undercover Martyn” o “I can talk” prometen pegar fuerte.

El éxito de Paolo Nutini en el mercado británico es lo que explica su buena posición en los horarios de este Rock en Seine. Bastante poco que reseñar de su actuación, si acaso una simplona versión del “Time to pretend” de MGMT para ir terminando con el show.

NicolasJoubard©Rock en Seine

Uno de los platos fuertes del festival era la presencia de Jónsi, cantante de Sigur Rós, presentando su primer disco en solitario, que bebe de las mismas fuentes que su banda. La mala fortuna volvió a hacer acto de presencia cuando un miembro, no sabemos si de su equipo o del festival, anuncia que el concierto será en acústico porque han perdido parte del equipo eléctrico en Portugal. Humilde y tímido Jónsi pide perdón y se lanza a la difícil tarea de cautivar a una auténtica marea humana que allí se congregaba. Sus temas siguen emocionando de igual manera (“Go Do”), si cabe aún más en acústico (“Boy lilikoi”), pero el escándalo de los no interesados en verlo le quitó magia al momento.

En las antípodas del sonido del islandés se encuentran Queens of the Stone Age, que sin material nuevo que mostrar se dieron un auténtico baño de hits demoledores casi sin descanso. Una hora de rock vertiginoso y duro, un repaso a su historia, donde siempre entra la queja de temas olvidados, pero todo no se puede tener. Desde su comienzo con “Feel good hit of the summer” empalmada con “The lost art of  keeping a secret”, como en su “Rated R” que cumple diez años, hasta el tridente final con “Go with the flow”, “No one knows” y “Song for the dead”, los de Josh Homme caldearon el ambiente con un público sediento de pogos, firmando una de las actuaciones del festival sin dudarlo.

Sin descanso, corriendo al segundo escenario donde ya había comenzado el proyecto de Jame Murphy, LCD Soundsystem. Dentro de la gira del nuevo disco y despedida, ya que el propio Murphy ha dicho que cerrará este proyecto para centrarse en otros. Así que había que darlo todo, y eso fue lo que hicieron. Sin apenas tiempo para saludos y discursos fueron tirando más de hits (“Daft Punk is playing at my house”, “Tribulations”, “All my friends”, “Yeah”) que de nuevos temas (“Drunks Girls”, momento de euforia colectiva) para hacer bailar a la masa durante de una hora que se quedó corta. Emotivo final con “New York I love you” con un pequeño giño al “Empire State of mind” de Jay Z.

 

Massive Attack ocupaban el gran puesto del día, puesto que aún ocupan aunque sus mejores días hayan pasado, sin desmerecer “Heligoland”. Siguen usando la misma escenografía que en los últimos años, con las cifras de muertos por hambre que aumentan, dinero usado en armas… la crítica social de la banda sigue presente, así como saber aprovechar la potencia y limpieza de su sonido para encandilar. Jugando con uno de los mejores sonidos de todo el festival los temas nuevos adquieren nuevos matices y mayor contundencia, claros ejemplos en “Babel” o “Girl I love you”, a lo que sumamos que a Robert del Naja no se le ha olvidado que “Mezzanine” es una joya de disco y nos regala cuatro temas de ahí, aunque “Teardrop” sonara mal por culpa de la vocalista. Da gusto que te vibre el pecho escuchando “Risingson”.

Para cerrar la jornada nada mejor que unos 2 Many dj’s siempre acertados con sus mezclas y sus ganas de hacernos bailar. Final con confeti y “Love will  tear us apart”. Lástima que fuera tan corta su sesión. Nos quedamos con ganas de más.

La última jornada comenzaba con un sol brillante y unos Wallis Bird luchando contra el poco público a esas tempranas horas. Otro de los hypes de la temporada viene de la mano de los australianos The Temper Trap, que con su pop/rock suave consiguen llegar fácil al público. Épica para la masa menos exigente.

Franck Courtès©Rock en Seine

Con unas pintas más propias de ZZ Top sale al escenario Mr. E y su banda, Eels, y con un sonido exclusivamente rockero y bluesero, olvidándose de su faceta más pop. Recorrido por su prolífica carrera que entremezcla con versiones de los Rolling Stones o una colorista “Summer in the city”. Pero no, no tocó “Novocaine for the soul”.

Franck Courtès©Rock en Seine

Espera larga para un gran público ansioso por ver a Zach Condon, o lo que es lo mismo Beirut, que no defraudó a sus fans, con un sonido impecable y una actitud digna y no como la de su paso por el Primavera Sound 2007. Como si fuera un artista pequeño, tímido agradecía cada gesto de cariño de sus incondicionales franceses, y como regalo a las primeras de cambio tocó “Elephant gun”, una de las piezas causantes del boom de este joven artista norteamericano.Lástima que algunos fans de The Ting Tings, pensando en el siguiente concierto hicieran poco por guardar el respeto.

Lo del dúo británico es fácil de definir, como su música, efectismo puro y duro. Abuso de pregrabados y postureo para hacer mover a las masas. Cierto que ponen empeño y que Katie White no para ni un momento quieta, pero la fuerza del grupo radica en sus hits, y como buenas joyas las repartieron al comienzo y final, “Great dj” y “That’s not my name”, visto esto visto todo. Set dedicado a su primer disco y sólo una pincelada a lo que será su próximo segundo trabajo.

El colofón de Arcade Fire ya está dicho y quedará para el recuerdo, de un festival que ha vivido su edición más multitudinaria gracias a la perfecta conjunción de cartel espectacular y precio asequible, y que pretende seguir siendo una de las citas imprescindibles dentro del panorama europeo.

Nos vemos el año que viene Rock en Seine 2011, con fechas confirmadas, del 26 al 28 de agosto.

Hosting WordPress