LCD Soundsystem is playing in my dreams
Por 9 noviembre, 2010 17:472
James Murphy está de despedida con sus LCD Soundsystem, y en Barcelona se dieron un baño de masas para celebrarlo.
Este pasado fin de semana he visto uno de los mejores conciertos de mi vida. Hacía mucho tiempo que no veía un grupo con esta fuerza, fue algo realmente sobrecogedor. Durante casi dos horas, LCD Soundsystem desgranó algunos de sus temas antiguos y nos presentó otros de nuevos de su último disco “This is Happening”. El domingo el Papa visitó Barcelona, pero antes, el sábado, el Dios Supremo bajó a la tierra para dar un concierto y ese no es otro que James Murphy.
El concierto de los neoyorquinos viene enmarcado dentro del décimo aniversario de la Sala Razzmatazz, que ha tirado la casa por la ventana para celebrar esta fecha tan especial, con grupos de la talla de Primal Scream, Suede, Aphex Twin o Caribou pasarán por la sala desde el 5 de noviembre hasta el 22 de diciembre en unas celebraciones que seguro serán recordadas.
Llegamos a las 19h para hacer cola y entre el público asistente ya se podía palpar que seguramente nos esperaba algo grande. Algunos aún teníamos el recuerdo del Sónar muy fresco y veníamos con ganas de más. A las 19:30h entramos y cogemos sitio en primera fila; la sala aún esta vacía pero la gente no tarda en ir entrando. Para amenizar la eterna espera Dj Pffff se dedicó a poner la misma canción durante dos horas con algún que otro cambio de vez en cuando.
Para las 21:30h la sala ya esta llena hasta la bandera y 10 minutos más tarde, se hace la oscuridad para dar paso a los verdaderos protagonistas, los integrantes del grupo salen al escenario y mientras van saliendo suenan los primeros ritmos. Entre el público se pueden ver carteles pidiendo “Dance Yrself Clean”, la canción empieza a sonar y se desata la locura en ese pequeño reducto. James Murphy lee el cartel y nos avisa de que hoy por fin, es el día. Tensa espera en el inicio con el público cantando al son del grupo hasta que los sintes aparecen y se desata la locura. Las primeras filas pasan a ser un pogo gigante donde la gente va de un lado a otro con los puños en alto sin importar nada más. Sin descanso, suena “Drunk Girls” y todo continúa igual. Después de este arranque mortífero, deciden darnos un descanso y reemprenden la marcha con “Get Innocuous!”.
Lo bueno que tiene este grupo para mí es que todas sus canciones me gustan. Igual te sueltan un temazo para dar botes que te tocan una canción preciosa con la que moverte plácidamente al son de la música, y toquen lo que toquen, tienen al público en su mano todo el tiempo.
Para continuar, agitan a la masa “Yr City’s A Sucker” y “Daft Punt is Playing at my House” y la sala vuelve a ponerse patas arriba. El concierto esta siendo demencial y a ratos tenemos que dejar de botar debido a la fatiga. El calor empieza a ser agobiante y después de esto todos vamos a necesitar una buena ducha. Vuelven a darnos un pequeño receso (si se le puede llamar así) tocando “I Can Change” y después de esta entrada triunfal, el ritmo no cesa y llegamos al momento cumbre de la noche. Así sin más y del tirón, los neoyorquinos con un James Murphy entregadísimo a a la cabeza, encadenan una tras otra canciones como “All My Friends”, “You Wanted A Hit”, “Tribulations”, “Movement” y “Yeah”.
Hasta ese momento estaba siendo un gran concierto pero después de semejante salvajada pasó a ser algo histórico, algo que recordaré siempre y que me hará ir a donde sea para volver a ver a estos cracks de la música.
Para terminar y dar un final más sentido y melancólico, se despidieron con “Someone Great” y “Home”, intercalando entre medio de ambas otro temazo incendiario como “I Losing my Edge”. Ahora ya sí, la noche es completamente perfecta y Murphy y compañía se despiden de un público extasiado que a tenor de sus aplausos son totalmente conscientes de que lo que ha ocurrido en la Sala Razzmatazz en ese espacio de tiempo no ha sido ni medio normal.
Desde el sábado y para siempre he pasado de ser ateo a convertirme en un fiel devoto de la religión Jamesmurphyana. Ave María purísima, sin pecado concebida.