Crónica del concierto de Deftones en Madrid
Por 18 diciembre, 2010 16:361


Chino Moreno y sus compañeros dan una auténtica lección sobre el escenario de La Riviera.


¿Existe el concierto perfecto? Desde el pasado miércoles 8 de diciembre puedo contestar que sí. Hay que reconocer que Deftones es una de esas bandas con las que el que escribe creció, pero bien es cierto que el show desplegado por Chino Moreno y los suyos merece un reconocimiento. Y es que ellos pueden considerarse de las pocas bandas que siguen con dignidad en pie, de aquella peyorativa etiqueta de nu-metal. Desde aquella época había soñado con un concierto así. El aperitivo a esa noche tuvo lugar una abrasante tarde de julio en Getafe, en un festival cuyo nombre no puedo, ni quiero, recordar.
Con un buen trabajo como es “Diamond Eyes” bajo el brazo, Deftones se plantaron en Madrid con una sala casi a reventar por un público que horas antes ya hacía cola para verlos, teniendo que soportar a Brutalizzed Kids unos teloneros que sinceramente no venían al cuento. Aún muchos se preguntan por qué no vinieron Coheed and Cambria como estaba anunciado al comienzo… pero eso es otra historia.
A partir de las nueve y media y durante poco menos de dos horas, Deftones hicieron un repaso extenso por toda su discografía, aunque girando siempre en torno a su último disco. Y es que siendo exquisitos, un concierto donde aparecen más de la mitad de los temas de “White Pony”, ¿podría considerarse mal concierto? No, efectivamente. Como un sueño hecho realidad, vi delante mía temas que han ido decorando cada uno de los años de mi vida, desde que un amigo en la universidad me los diera a conocer… hace ya…


“Around the fur”, “My own summer (shove it)” y “Be quiet and drive (far away)” en un comienzo soberbio, donde el único pero fue el típico problema de sonido de comienzos de conciertos, con un técnico intentando dar en la tecla, consiguiéndolo finalmente. Un Chino Moreno ejerciendo de auténtico frontman, recuperando la fuerza y carisma de su primeros años, sin parar de saltar, moverse, a excepción de cuando agarraba su guitarra.Se integró con el público e incluso le dio tiempo a pasasearse por una de las barras de la sala.
Hubo momentos de furia, “Elite”, “Korea” o “Bloody cape”, de cariño hacia su bajista, “Risk”, de melancolía, “Minerva” o “Xerces”… todos y cada una de las fibras que Deftones tocan entraron esa noche. Y es que sin darte cuenta te han dado una hora y media de concierto sin respiro alguno, cerrándolo con tres piezas fundamentales del “White Pony” como “Passenger”, “Change (in the house of the flies)” y “Back to school”. De locos.
Pero no menos emotivo y arrollador fue el bis, marcado por su ya lejano “Adrenaline”, con cuatro joyas como “Birthmark”, “Root”, “Engine no. 9” y “7 words”. De auténtincos fuera de serie.
Vamos que el que no ponga este concierto como de los mejores del año o es no es muy inteligente o es que no estaba allí.