Hosting WordPress

Limp Bizkit – Gold Cobra

Por Ignacio Sánchez 1

Limp Bizkit - Gold Cobra

Fred Durst sigue viviendo en su particular día de la marmota. Para él nada ha cambiado en la última década, o al menos eso es lo que nos transmite con la publicación de este “Gold Cobra”. Con un género casi dado por muerto y con sus principales valedores explorando nuevos territorios actualmente, el impertinente líder de la banda consigue reunir a la formación original tras las diversas escapadas del guitarrista Wes Borland y sacar a la luz en la primavera del 2011, con meses de retraso a la fecha original de otoño del 2010, un trabajo irregular y con demasiado sabor añejo.

El inconfundible sonido de Limp Bizkit sigue estando ahí, los riffs de Borland siguen siendo de las partes más destacables del conjunto, pero donde antes Fred acertaba escupiendo odio ahora eso mismo no suena creíble. Y es que para volver a ser alguien y recuperar todo el tiempo perdido han revisado su discografía y han tirado por el camino fácil de hacer una segunda parte de su álbum más exitoso en cuanto a ventas, “Chocolate starfish and the hot dog flavour water”, que no de calidad, con ese soberbio “Significant Other” que seguirá siendo uno de los trabajos enseciales para entender este estilo de música y una época puente entre finales de los 90 y comienzo del 2000.

Y es que “Chocolate starfish…” hizo más daño que beneficio, con un grupo que se tiró de cabeza a los temas fáciles y garruleros provocando más de un dolor de cabeza dentro de la formación, y más de cuatro y cinco a sus fans. Tras fallidos álbumes, la publicación en 2005 del EP “The Unquestionable Truth (Part One)” nos daba esperanzas de una gloriosa vuelta que ha tardado demasiado en llegar, para finalmente no ser demasiado destacable.

Así, la banda resuelve bien el tema “single” con puñetazos bastante acertados y pegadizos como “Gold Cobra” o “Why Try”, amén de “Shotgun” que se erige como el punto álgido del disco, pero el resto del trabajo flojea con momentos sin alma ni pegada, llegando a encontrar momentos totalmente prescindibles como la incomprensible “Autotunage” donde Durst se ayuda del vocoder. No faltan los temas lentos marca de la casa, que parece que tanto le gustan a Durst, donde Limp Bizkit tampoco salen bien parados. “Loser” suena demasiado blanda, y “Walking Away” recuerda demasiado a “Boiler”.“Douche Bag”, “Shark Attack” o “Killer in you” vienen a representar esos temas en los que la banda intenta mirar al pasado sin acierto, resultando la última de ellas un fallido cierre que aumenta si cabe la sensación de decepción, que podemos intentar quitarnos con el pulso crudo y nervioso de “Get a life”.

3.0

3.0
30%
Hosting WordPress