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Vinalopop, festival gafado entre palmeras

Por Ross Gallagher 0

Vinila Von Bismarck. Fuente: nota prensa Vinalopop 2011

Este fin de semana, 14 y 15 de octubre, se celebró en Elche la segunda edición del festival Vinalopop. Quizá se debería decir que se celebró a pesar de los problemas, o más bien que hubo tantos que igual hubiera sido mejor para la imagen del festival no celebrarlo.

En la memoria quedan los cambios realizados sobre el cartel de abril, del cual no permanecían ni tan siquiera The Wave Pictures, aún cuando se había anunciado que efectivamente, seguirían junto con otros grupos patrios. Hicieron borrón y cuenta nueva, confeccionaron un cartel en el que la escena nacional llenaba el cartel, cerraron a Sidonie como cabeza indiscutible y pusieron todo en marcha dispuestos a salvar la edición.

Sin embargo, cuando la cosa empieza mal, mal acaba. El viernes llovió y el escenario no estaba preparado para ningún tipo de lluvia. Y es que cuando preparas un escenario totalmente descubierto, aunque sea en una ciudad en la que no suele llover, te expones a ciertas cosas;  para empezar, por un aguacero no muy fuerte, un retraso de dos horas por los problemas con los equipos de sonido. Una vez solucionados fue el turno para Inquiro y Darjeeling Pop.

Llegamos entonces para el tercer concierto, La Familia del Árbol. Ninguna cola para cambiar las entradas, o para casi nada, ya que la mayor parte de la gente aún no había llegado, contándose los asistentes por unos pocos cientos (en un recinto que aproximadamente puede dar cabida a unas 3500 personas). Precios de la bebida y comida, buenos para ser un festival, decentes para ser uno de este tamaño. En cambio, ausencia total de información sobre nuevos horarios, o tan siquiera de los ya publicados, (la próxima vez, toca llevárselos de casa, aunque en ésta ocasión de poco hubieran servido), problema que además ahoga dos iniciativas solidarias que tuvo el festival. La próxima vez un puesto a tal efecto, oficial y bien señalizado sería de mucha ayuda; eso sí, de lo que nos enteramos fue de que las entradas había que cambiarlas antes de las 23:45 para poder acceder y que a partir de las doce no podías salir del recinto y volver a entrar, gracias a un cartelito puesto en la entrada.

Napoleón solo. Fuente: nota prensa Vinalopop 2011.

El recinto en sí mismo se traduce en lo mejor del festival; en medio del parque de las palmeras, se presenta como un paraje precioso y céntrico para escuchar un concierto. Musicalmente sin embargo, el sonido no acompañaba; acoples y “petardeos” ocasionales tiraron por tierra todo lo que la pareja de artistas integrantes de la familia del árbol (Nacho, a la guitarra acústica y voces y Pilar a la percusión)  intentaban proponer sobre el escenario. Otro tanto pasó con el siguiente grupo, Napoleón Solo, que además por añadidura se encontró con que las malintencionadas gotas de lluvia volvieron a hacer aparición cuando la cosa empezaba a mejorar, con un chaparrón de unos diez minutos que se encargó de que fuéramos a buscar refugio debajo de palmeras o dentro de las carpas de bebida.

Eran aproximadamente las doce y media (horario en el que ya debería haber tocado Hola a Todo el Mundo y estar haciéndolo Estereotypo) cuando la organización anunció que lamentándolo mucho, tenían que suspender lo que quedaba de día y que, en un ejercicio de profesionalidad, intentarían  que los máximos grupos tocaran al día siguiente… en ese momento un escalofrío y cierta sensación de dejá vù recorrió mi cuerpo. Pues hasta el día siguiente…

Nos despertamos con la noticia de que los poseedores de entrada o pulsera de día del viernes podían entrar gratuitamente el sábado. Bueno, es algo, lo cual es mejor que nada, un detalle… Y ya en el recinto vimos que de los grupos que tenían que haber tocado, han conseguido que Aardvark Asteroid (grupo local) tocaran. Así que Adiós a Todo el Mundo (que por lo visto al final tocaron en acústico para unos pocos que se quedaron en el recinto) y adiós también a los divertidos Estereotypo.

Y dado que el sábado no llovió, uno se pregunta como es posible que se volvieran a repetir los retrasos del día anterior, hasta una hora y media, lo cual provocó que Chris Geddes de Belle & Sebastian se quedara con las ganas de pinchar, asimismo como tampoco lo hizo Paul Thomson. La organización nos respondió en una nota de prensa; “las exigentes pruebas de sonido impuestas por el caché de los artistas”. Me voy a permitir la licencia de preguntar de manera abierta qué hubiera pasado si hubieran actuado The Divine Comedy, The Charlatans y Apparat ese día en el festival.

Así pues, a la hora prevista de inicio de conciertos aún ni habían abierto el recinto. Al final abrieron sobre las 9 de la noche los ilicitanos antes mencionados Aardvark Asteroid, seguidos por los valencianos The Casters (anteriormente Fuzzy White Casters), en un día en el que el orden de los artistas fue cambiado varias veces, anunciando los primeros cambios en las redes sociales pero no en el festival en sí, para luego volver a cambiarlos de nuevo. Visto así es toda una experiencia, no saber con seguridad el siguiente grupo que te vas a encontrar encima del escenario y alegrarte o decepcionarte con ello.

Además, con el retraso y la inclusión de un grupo más, los conciertos se redujeron en duración hasta apenas unos 40 minutos cada uno, salvo Sidonie que en calidad de cabeza de cartel dispuso de algo más de tiempo hasta rozar la hora. En el tiempo entre conciertos, Twin Dj’s ponía banda sonora al festival con bastante acierto en general.

Aunque bueno, vamos con la música, la cual la pusieron Vinila Von Bismark & the Lucky Dados. Dieron una exhibición de música Rockabilly, interpretando las canciones de su disco “The Secret Carnivale” , alguna de the lucky dados en solitario (en la que Vinila se dedicaba a ejercer de pin-up por el escenario) y tirando de versiones que hicieron las delicias del público asistente como These boots are made for walking y Johnny B. Goode (tocada como cierre en el cual los cuatro componentes, incluido batería con unas percusiones, bajaron del escenario para tocar más cerca del público), en una actuación donde la granadina puso la imagen y la sensualidad y Carlos López (contrabajista) el buen rollo, bien acompañados por el resto de la banda, resultando en los grandes triunfadores de la noche.

Después fue el turno de Supersubmarina, grupo para el que se congregó mayor número de gente, alrededor de tres cuartos de entrada dispuestos a ver a los de Baeza de los que se puede decir que han sido el grupo reclamo nacional por excelencia este verano, tan solo por detrás de Lori Meyers. Con un sonido con acoples puntuales (como casi toda la noche), comenzaron con Kevin McAlister y cerraron con Cientocero, como en cualquier otro concierto de la gira, eso sí, con un setlist mucho más corto de lo que acostumbran, tocando con mucho oficio.

Sidonie. Fuente: Arte 22 Imagen

Expectante yo por ver si le tocaba ya a We Are Standard (recordemos que en un principio iba a tocar a las ocho y cuarto y eran ya aproximadamente la una y media), me llevé una sorpresa cuando ví que los habían pospuesto un poco más al aparecer Sidonie sobre las tablas.  Presentaron bastantes canciones de su nuevo disco “El Fluido García” que ha salido a la venta esta semana, y se marcaron un concierto bastante respetable, de menos a más terminando con  El incendio. No faltaron durante la actuación la sitar de Jesús Senra, momentos de baile, y momentos más intimistas con solos instrumentales y canciones a coro. Y ahora un momento poético: acabados los cabezas, también se acabó la cerveza. Eso entre otras cosas, ya que para el final de la noche tenias que hacer previamente una labor de investigación en la barra para saber qué quedaba y qué no.

Eran aproximadamente las tres y cuarto de la noche cuando por fín salieron los vascos We Are Standard a escena, pidiendo perdón a sus seguidores por el retraso (“apenas” unas siete horas sobre el horario oficial original). Animaron la velada con su estilo cargado de energía, batería, percusión y guitarras afiladas que animan a saltar, aunque la verdad es que el ambiente del festival, con ya gran parte del público en casa tras los conciertos de Supersubmarina y Sidonie, estaba en buena medida apagado. Aún así hicieron un concierto correcto, en el que además presentaron varias canciones de su nuevo EP, en el que se nota cierto cambio de sonido y saldrá el dia 21 de noviembre, incluido su adelanto 7:45 (Bring me Back Home).

Ya por último, se encargaron de cerrar Los Pilotos. El proyecto electrónico de Banin Fraile y Florent Muñoz, integrantes del grupo granadino Los Planetas, resulta interesante; consiguen crear unos paisajes emocionales densos, a través de música “pinchada” en el ordenador y una guitarra eléctrica, y apoyado en proyecciones que ambientan el tema en cuestión, moviéndose de lo más puramente atmosférico a una electrónica más bailable y con algo más de bajo y bombo. Estuvieron bastante bien hilando un tema tras otro hasta que antes del cierre cortaron y tras una pausa, terminaron con una última composición , a las 5 de la mañana, presumiblemente porque la policía ya dio orden de cortar la música (recordemos que la última sesión debía empezar a las 3 y terminar antes de esa hora).

Así pues terminó una accidentada edición del Vinalopop, a cuya organización sin embargo le deseamos lo mejor para la tercera edición, ya que es un festival que de poder subsanar todos estos fallos, podría ser muy aprovechable, dentro de que mientras se siga organizando en ese recinto no puede ser mucho más grande. Todo nuestro ánimo para que consigan hacer de este evento algo de lo que los ilicitanos puedan sentirse orgullosos, aunque este año no haya sido el caso.

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