Lo mejor de 2011: internacional
Por 22 diciembre, 2011 12:3512


¡Ay, las listas! Tan injustas, tan polémicas,… ¡Pero tan esperadas!
La redacción de El Enano Rabioso se ha visto inmersa en un proceso de votación sin precedentes en este humilde magacín. El resultado es una serie de listas que resumen lo mejor del año 2011. Tienes delante de tus narices el primero de los tres reportajes en los que hemos dividido los “rankings”. Este es el dedicado al ámbito internacional: veinte discos y veinte canciones de fuera que han sobresalido durante el año que nos deja. Pasen y vean:
LOS 20 MEJORES ÁLBUMES
Cuando se habla de madurez bien entendida hay que recurrir a discos como este. Polly Jean retorna a las guitarras pero de forma más atmosférica en un disco donde muestra o amplía su gran paleta estilística en doce canciones que van desde tenebrosas -y hermosas- nanas (“On a Battleship Hill”) hasta letanías de aire “shoegaze” (“Written in the Forehead”). Disco donde no sobra nada y que se sirve del horror del ayer (el tema de la I Guerra Mundial) para hablarnos de la crisis moral de hoy. Grande, muy grande.
La banda de Seattle tenía difícil superar el impacto -tanto artístico como de público- de su primer disco, pero a la vista está que al menos lo han igualado. Más largo y algo más experimental que el primero. La banda sigue con sus armonías vocales inmaculadas, además de con sus ecos barrocos, del folk inglés, o de grandes nombres propios como Neil Young. Todo en un disco que, si bien no exactamente en sus formas si en su espíritu, puede recordar por momentos al “Astral Weeks” de Van Morrison. Y eso son palabras mayores.
No se puede estar toda la vida haciendo música de niñatos y para niñatos. Por eso es de celebrar que los británicos se hayan arrancado definitivamente la etiqueta de hype que llevaban colgada desde la publicación en 2006 de “Whatever people say I am that’s what I’m not”. Algunos echarán de menos la energía de aquellas canciones de acné juvenil; pero otros alabamos la madurez compositiva de un Alex Turner que se coloca en la lanzadera que apunta a estrellas compatriotas como Bowie y Morrisey.
Dave Grohl y los suyos vuelven con más fuerza que nunca. El descanso tomado por Dave Grohl para enfocar su fuerza hacia Them Crooked Vultures parace haber venido bien a la banda madre. Tras años entregando trabajos menores, solamente reseñables por sus singles, el fuerte de la banda, Foo Fighters se quitan de encima diez años y nos presentan un trabajo con fuerza, sin bajones, enganchando desde el comienzo con la tremenda “Bridge Burning” hasta el emotivo cierre con “Walk”. La formación recupera a Pat Smear dándole más protagonismo a las guitarras y cuenta con colaboraciones emotivas como Bob Mould (Hüsker Dü) y Krist Novoselic (Nirvana). Larga vida al rock, larga vida a Foo Fighters.
Puede que 2011 haya sido el año del dubstep. O al menos el año en que dicha corriente ha resurgido desde el amplio y complejo mundo electrónico para llamar la atención de los ambientes pop. Buena culpa de ello la tiene James Blake, un genio tanto con el bolígrafo como con las computadoras capaz de escribir canciones llenas de alma (que es al fin y al cabo lo que significa soul) y producir las más exquisitas bases digitales. El resultado son once canciones que conforman un brillante disco homónimo y una buena muestra de cómo ser cantautor sin tener que tocar la guitarra o el piano.
“Lonely Boy”, un hit imborrable y adictivo es el pildorazo con el que se abre “El Camino”, el séptimo viaje del dúo más famoso de Ohio. Casi acababa este año cuando nos llegaba este regalo que aún nos está haciendo bailar. El rock más afilado, el blues más apasionado… Dan Auerbach y Patrick Carney son los jefes y ejercen un reinado sin discusión, sin que nadie les tosa. Y es que tras el boom de “Brothers” pocos pensaban que The Black Keys pudieran aguantar el tirón creativo, craso error. “Dead and gone”, “Little Black Submarines” o “Run right back” demuestran que la salud de Auerback y Carney está mejor que nunca.
Zach Condon parece que entrega su disco menos sorprendente pero no es así. En este tercer disco todavía se pueden apreciar -aunque más tamizadas- las influencias anteriores como eran la música balcánica y la francesa. Pero además hay que sumar la sútil influencia de, por fin, el folk norteamericano, e incluso suma a su paleta de sonidos algún sintetizador (“Santa Fe”). Siguen las grandes canciones -“East Harlem”, “Vagabond”, “Goshen”, o la nombrada “Santa Fe”- haciendo que este disco suene más genuinamente a Beirut y no a la suma de sus influencias.
Los de Oxford son, junto con Björk y Wilco, de los poquísimos privilegiados de este planeta que se permiten experimentar con la música como les entra en gana sin que por ello dejen de llenar estadios. Después de que su estilo alcanzara la cualidad de “único” entre “Kid A” y “Amnesiac”, Thom Yorke y compañía parecían haberse acomodado en su propia órbita musical. Pero con “The King Of Limbs” Radiohead vuelven a dar un giro en busca de nuevos paisajes sonoros y les sirve no solo para demostrar no haber bajado la guardia, sino también para reivindicarse como líderes de la vanguardia.
Sasha Ring aparca el mundo de los beats para centrarse en el de los ambientes. También la voz se erige como uno de los motores de “The Devil’s Walk”: ya no hay que sugerir paisajes e historias a través de la música; ahora se canta al oyente, se le susurran las historias. Este “paseo del diablo” supone un trabajo completamente maravilloso donde la sucesión de cortes se hace fluida, desde los primeros temas “Sweet Unrest” -con evocadores coros- y “Song of Los” -una suerte de viaje cósmico- hasta las dulces melodías y arreglos de “Goodbye”, “Escape” y “Ash black veil”. El nuevo rumbo musical tomado por el alemán nos deja ver luz cálida dentro de la fría electrónica.
Que los grupos de rock se han abrazado a la música electrónica para renovar su sonido es algo evidente. Pero el caso The Rapture va más allá y “In The Grace Or Your Love” es una prueba de que, como dijo aquel, el rock no ha de confundirse con música hecha con guitarra, bajo y batería. Desde el sabor setentero de “Blue bird” hasta el house petardo de “How deep is your love?” pasando por la tradición sonora puramente neoyorquina que desprenden “Miss you” y “Rollercoaster”; The Rapture han firmado la obra culmen de su discografía, además de dar una lección de cómo acudir al pasado sin dejar de mirar al futuro.
Referirse a Atlas Sound como el entretenimiento en solitario de Bradford Cox al margen de Deerhunter sería un monumental error. En su tercera entrega, el músico moldea melodías hasta tallar una obra personal de firma inconfundible. “Parallax” es un álbum soberbio y mágico que reconfirma a su autor como uno de los talentos más afilados, prolíficos y fiables de la actual escena estadounidense.
Como se ha comentado que le pasaba a Fleet Foxes, la banda de Justin Vernon tenía difícil igualar los méritos de su grandísimo primer disco. El primero estaba centrado en la ruptura y el aislamiento como forma de superar la adversidad (amorosa), este segundo mira hacía el exterior con cierto optimismo. La producción pasa a ser más recargada, de mayor amplitud de miras, y puede recordar al mejor Peter Gabriel aunque también a su compañero en Génesis, Phil Collins (en la polémica “Beth/Rest”). Pero un disco con temas como “Holocene”, “Towers”, “Calgary”, o “Perth” debe estar entre lo mejor del año, sí o sí.
El tercer trabajo de los canadienses es una auténtica ópera hardcore con miras abiertas al noise, al shoegaze y al pop, y con un discurso conceptual basado en historias de amor, desamor y muerte en la Gran Bretaña thatcheriana. Pero sobre todo, “David comes to live” es un rodillo poderoso, brutal,… pero melódico. Lo bestia y lo dulce se dan la mano y se ceden amablemente el turno en un espacio que comparten filigranas guitarreras, melodías inesperadas y la ferocidad del frontman (Pink Eyes, ese animal).
Cuando tienes una trayectoria como la de Mogwai con unos primeros discos que supusieron todo un shock para una parte del anquilosado rock de nuestros días, lo fácil es suponer que su formula se ha acabado o que resultan repetitivos. Pues aquí renuevan energías y aunque no suponga un viraje brusco en su sonido si que nos encontramos ante el que, probablemente, es su disco más accesible. Y bueno, que temas como “Rano Pano”, “Mexican Grand Prix”, “How Te Be A Werewolf”, o “You’re Lionel Ritchie” no los firma cualquiera.
Anthony Gonzalez ya había dado buena muestra en el álbum precedesor a este, “Saturdays=Youth”, de su gusto y capacidad para aunar el shoegaze más pop y accesible con el pop de sintetizadores ochentero. En este disco doble aumenta todavía más la dosis de épica y los guiños a la década de las hombreras ya sea en la recuperación de un elemento tan kitsch como el solo de saxo en uno de los temas del año -”Midnight City”- como de recurrir a ecos de su compatriota Jean Michel Jarre (“Intro”). Disco excesivo, con momentos irregulares pero con otros grandísimos.
Dan Bejar ha sido uno de los compositores que este año ha recurrido y recuperado lo que serían “los otros ochenta”. En “Kaputt” la influencia del pop limpio, melódico y elegante de bandas como Prefab Sprout o The Blue Nile queda patente en grandes temas como el que da nombre al disco, “Downtown”, “Chinatown”, o “Blue Eyes”. Ya la portada nos lo deja claro, estamos ante un disco de pop algo liviano (que no insustancial o frívolo), divertido, sutil y elegante. Como los mejores días de verano.
Si 2011 pasará a los anales de la música popular por discos como los de James Blake, que acorta distancias entre la electrónica experimental y el soul para las masas, qué decir de SBTRKT (pronúnciese “subtract”). La comparación con su compatriota inglés no es casual ya que aquí hay bastantes guiños a ese sonido lento e intimista, sólo que en manos de SBTRKT el dubstep deriva hacia el baile. Es como si a Caribou se le inflaran las líneas de bajo.
En España tenemos la mala costumbre de vivir de espaldas a Portugal. Ellos lo saben y por eso a veces nos tienen tanta tirria. Tampoco es nuestro país la mejor vía para exportar música alternativa; por eso, tras hacer ruido en otros rincones del planeta, los portugueses Buraka Som Sistema vuelven a dar un puñetazo sobre la mesa con “Komba”. Un segundo disco que está una vez más impregnado de ritmos kuduro, letras en portugués y mucho mucho baile. Muito bom!
Los que habíamos escuchado su Ep “Broken Dreams Club” no deberíamos sorprendernos de los desarrollos instrumentales y la madurez que alcanza este segundo disco. El noise y shoegaze de su grandísimo debut ya no aparece por aquí aunque si que hay todavía temas de pop energético (“Honey Bunny”) u optimista (“Magic”), pero lo que domina son los magníficos medios tiempos de largos desarrollos instrumentales que cantan al desamor o la tristeza con el corazón en la mano en canciones como “Vomit”, “My Ma” o “Forgiveness”. Un disco que para algunos quizá resulte de difícil digestión pero si consigues entrar en él reporta grandes satisfacciones.
Como un gancho en la barbilla, como una patada en el costado, duro y directo, así es “Gangs”, el segundo trabajo de los casi impronunciables And So I Watch You From Afar (ASIWYFA). Trabajo que sigue bebiendo de las influencias del sorprendente debut homónimo de hace un par de años, pero que pule las aristas para dejar una joya redonda. “BEAUTIFULUNIVERSEMASTERCHAMPION” sirve como entrante de un menú concentrado en tan solo ocho platos, cada uno de ellos con una pegada brutal y un ritmo frenético, todo un señor plato principal con “Gang (starting never stopping)” o “Search:Party:Animal”, o el delicioso postre que pone el broche final “Lifeproof”. Menú exquisito que además pudimos degustar en directo en el FIB 2011. Tres tenedores, señores.
LAS 20 MEJORES CANCIONES
1. The Rapture “How Deep Is Your Love?”
Imagina que subes en el Delorean de Marty McFly, viajas veinte y pico años atrás y te cuelas en un club gay washingtoniano o neoyorquino. Larry Levan está a los platos. ¿Qué escuchas? Probablemente una base hecha con la Roland 808, un ritmo de piano repetitivo y una voz ambigua que canta “let me hear that song”… Un disco-house de lo más retro que en pleno siglo XXI ha sido revitalizado por The Rapure. El que no haya bailado “How Deep Is Your Love?” durante 2011 es que no tiene orejas o se ha enclaustrado en un covento.
The Rapture – How Deep Is Your Love by DFA Records
2. M83 “Midnight City”
Uno de los momentos bailables de “Hurry Up! We’re Dreaming” y, a su vez, el más sobresaliente de los 22 temas que contiene dicho álbum. La voz de Anthony se coloca en un primer plano y la banda agrega instrumentos inauditos en su repertorio como el saxofón, cuyo solo finiquita esta estupendo tema. Pudo ser el número uno, pero se conforma con el dos.
Midnight City by M83
3. Bon Iver “Holocene”
“Holocene” ha sido el segundo single del disco homónimo de Bon Iver y se alza con la tercera posición de las canciones del año. Justin Vernon desnuda su melancolía con esta historia tan personal como críptica.
“Holocene” by Bon Iver by DOJAGSC
4. The Strokes “Under Cover Of Darkness”
Cumplidos diez años de “Is This It”, los de Julian Casablancas se reafirman en la recién estrenada década como expertos creadores de himnos rock. “Under Cover Of Darkness” huele y sabe a puro Strokes: ritmo frenético, guitarras contagiosas y el inconfundible sello “made in NY”.
The Strokes – Under Cover Of Darkness by d_antec
5. The Black Keys “Lonely Boy”
Dos mil once se estaba acabando y a The Black Keys se les ocurrió adelantar “El Camino” con esta pegadiza “Lonely Boy”. El baile que se marca el protagonista de su cachondo videclip ya está siendo imitado en medio mundo. Pese a haber llegado a última hora, esta canción se ha convertido en una de las del año… y todavía le queda guerra por dar.
The Black Keys – Lonely Boy by Disclosure Vintage
6. The Rapture “Sail Away”
Además de la revienta-pistas “How Deep Is Your Love?”, el último álbum de los neoyorquinos se inicia con esta bailable aunque mucho menos festiva “Sail Away”. Una canción que juega en los márgenes del pop, del rock y de la electrónica más elaborada siguiendo la senda tomada por ellos mismos y a la que en los últimos tiempos se les ha unido grupos como MGMT.
The Rapture – Sail Away by modularpeople
7. Destroyer “Bay Of Pigs”
Es imposible que un disco como “Kaputt” aporte una sola canción al listado de las mejores del año… La redacción de El Enano Rabioso ha votado casi por igual a dos de ellas. La primera que se cuela en la lista es “Bay Of Pigs”…
Bay Of Pigs – Destroyer by Miklos Fejes
8. Destroyer “Kaputt”
… y la segunda, la que le da título a este “discón” de Destroyer.
Destroyer, “Kaputt” by blatanti
9. Yuck “Get Away”
Los londinenses bien podrían llamarse “Sonic Yuck”. ¡Menuda explosión de sonido puramente noventero! Un revival que atiende al ruido, a las distorsiones y a las melodías de bandas añejas como Dinosaur Jr, Yo La Tengo y la mencionada “juventud sónica”. “Get Away” es una de las piezas clave en su debut homónimo.
Yuck – Get Away by IndieRockReviews
10. The Joy Formidable “Whirring”
Después de varios singles, 2011 ha recibido con los brazos abiertos al primer álbum de The Joy Formidable. Los parecidos con Arcade Fire son descarados y en “Whirring” aún más. Hit indie que llama a las puertas del mainstream.
11. James Blake “Limit To Your Love”
12. Battles feat. Matias Aguayo “Ice Cream”
13. I Break Horses “Winter Beats”
14. Foo Fighters “Rope”
15. Schlachthofbronx feat. Gnucci Banana “Coolie Fruit”
16. Lykke Li “Sadness Is A Blessing”
17. Neon Indian “Halogen (I Could Be A Shadow)”
18. Tyler, The Creator “Yonkers”
19. Junior Boys ” Banana Ripple”
20. Fleet Foxes “Grown Ocean”