Gran interpretación de Lambchop en Apolo
Por 4 abril, 2012 13:570




La experiencia de Lambchop en vivo se ha convertido en la serenidad de un viaje cálido y emocional. Su último álbum Mr. M es el trabajo más introspectivo de la banda, y tiene un fuerte sentido de un momento dado, un sentimiento y un lugar.
Al parecer, Kurt Wagner estaba pintando y haciendo otras cosas antes de escribir las canciones, convencido de no grabar nada nuevo por un tiempo tras la muerte de su amigo y colaborador Vic Chesnutt, el que fue su cómplice habitual. Pero el productor Mark Nevers y sus amigos le convencieron para volver al estudio. Estas ilustraciones son la base del álbum; once pinturas densas de jóvenes africanos con sombrero de copa en color gris-negro tituladas “Beautillion Militaire 2000”. Es discutible la relación entre las imágenes y las letras del disco; está claro que mientras las pintaba nació y creció esta delicia llamada Mr. M.
Existió desde el principio un ávido deseo por contarnos esta historia, alejándose de su obra pasada. Desde el flanco izquierdo y abriendo el semicírculo, el baterista Scott Martin ataviado con un sombrero de copa como el que lucen los personajes de Wagner; en el centro la cantante Cortney Tidwell con los coros y un pequeño teclado. A cada uno de sus lados bajista, guitarra eléctrica/steel guitar y piano. En el otro extremo del semicírculo Kurt Wagner, con su gorra indiscutible y su guitarra acústica. La banda tocó el disco casi al completo; sentimentalismo y melancolía fueron las constantes de la velada.


Paradójicamente, escaso de sonido pero rico en sensaciones, Lambchop interpretó “Gone Tomorrow”, “Buttons”, “2B2” y “Never My Love”. La voz suave y delicada de Wagner se entremezcla a la perfección con la melodia aterciopelada de Tidwell, quien ayuda a elevar el preciosismo en las canciones de la banda. Después de sonar el tema instrumental “Betty’s Overture”, llegó el turno a “Mr. Met”, “If Not I’ll Die” y “Never My Love” obligando al público a poner toda la atención en los paisajes sonoros de líneas suaves y simples que sólo Lambchop sabe evocar. Llegó el turno a los clásicos, “My blue wave” y “The Man Who Love Beer”, despiertan a la sala de ese estado calmado y Kurt Wagner, volviéndose cada vez más campechano, introduce a la banda y desaparecen del escenario. Una ovación trae a los componentes de vuelta y hacen dos bises: “Guess I’m Dumb” de Brian Wilson (una pieza que compuso en 1965 y que grabó con el cantante country Glen Campbell) y “I Threw It All Away” de Dylan.
Hubo muchas solicitudes pero fueron todas rechazadas; la banda de Nashville estuvo ocupada con su último trabajo y ofreció un concierto muy personal, intimista y hermoso. Una vez más, y aunque esta vez sea de pie, Lambchop no defrauda.