10ª Edición del Rock en Seine: mejor que nunca. Domingo.

Último día marcado sobre todo por el especial concierto de Grandaddy, el intimismo y sensualidad de Beach House y el conciertroll, digo, concierto de Green Day, en el que una vez más acompañó el tiempo.

Quería yo llegar a ver a Friends, pero desgraciadamente la temprana hora (dos y media de la tarde), me hizo imposible llegar a tiempo. Sí llegué en cambio a Family of the Year, que estaban ofreciendo un concierto entretenido, en el que St. Croix destacó por encima del resto.

Una vez terminado éste, nos paramos al paso por la “cabina spotify”, uno de tantos entretenimientos que tienes en el festival, en la que mientras un amigo pinchaba hits cual DJ amable, nos regalaban bolsas y gafas de sol por el hecho de estar allí bailando y saltando (impagable la cara de algunos de los que por allí estaban, que nos miraban asombrados mientras coreábamos y saltábamos con Kids… estos españoles, dirían…). 

En fin, que nos movimos de ahí a ver un ratito de Stuck in the Sound, grupo local. La impresión que me dejaron este grupo indi-rock, que tenían bastante público ya, (iba llenando el escenario principal a marchas forzadas, incluso cuando no había concierto, imagino que para coger sitio para ver a Green Day), es de que resultan un grupo equiparable a los Lori Meyers en España.

Temas movidos, sencillos, guitarreros y que hacen saltar al público, fáciles, sin mucho fondo detrás y con una ejecución buena. Así que para pasar el rato moviendo un ratillo el pie, decentes.

Llegó entonces el momento de mi mayor fallo; decidirme por Passion Pit en lugar de The Waterboys. El escenario estaba completamente abarrotado para ver al grupo de indie pop con toques electrónicos, cuyo nuevo disco, ‘Gossamer‘ me había causado buena impresión en casa.

Pues nada más lejos de la realidad, situados casi tan al fondo como el escenario permitía, sonó mal, y me temo que es porque el grupo no da mucho más de sí. Sin sal, sin especias, sin sabor, un trozo de pan acompañado con otro trozo de pan, una cerveza sin alcohol, una tarta sin azúcar, así fue la actuación. Hasta el punto que preferí sentarme en el césped a esperar a que tocaran Sleepy Head.

El setlist para más inri no estuvo mal, empezando por su naïve single Take a Walk, 0 incluyendo canciones como Carried Away, que me resulta (o me hubiera resultado en este caso) especialmente divertida para un festival, y The Reeling, terminando con Sleepy Head y Little Secrets en un final que casi rayó la decencia musical.

Y todo esto para luego enterarme que The Waterboys habían ofrecido un concierto genial con todo hits y muy entregados. En fin, no siempre se puede acertar. Así que pasando página y al siguiente concierto, The Dandy Warhols.

Concierto el cual estaba lleno a reventar (fans de Green Day por todos lados) y que fue también bastante descafeinado. No se olvidaron de las típicas, We Used to Be Friends, Get Off, y un Bohemian Like You tocada cerca del final del concierto, además de un par de canciones de su último y respetable disco, ‘This Machine‘.

Hasta el momento un día bastante inocuo, neutro, pero que vino a solucionar Grandaddy. Un concierto de hit tras hit tras hit, sonando impecables, fuertes cuando precisaban y amables en las partes suaves, acariciando las notas, los acordes, y acompañados por la gentil voz de Jason Lyttle, sólo puedo decir que perdí la cuenta de las veces que se me pusieron (literalmente) los pelos de punta.

Al llegar a este punto, tengo una petición que hacer al destino, a dios, o a la suerte si es que no existiera ninguno de los anteriores; quiero volver a ver este concierto en algún momento. Tan grande fue.

El setlist empezó con El Caminos in the West y Now It’s On, encadenando poco después The Crystal Lake, Jed’s Other Poem, A.M. 180 y The Go in the Go-For-It, y cerrando con Stray Dog and the Chocolate Shake, Hewlett’s Daughter, Summer Here Kids y He’s Simple, He’s Dumb, He’s the Pilot. Que dure por siempre esta reunión, gracias. Y aprovechando que existe una grabación decente, gracias a Sourdoreille, de una canción de este recital, aquí os la dejo.

Con la emoción del concierto todavía encima nos acercamos a ver a Little Dragon, más por cercanía que por gusto (Social Distortion tocaba muy lejos para nuestro gusto de Beach House, que era el siguiente imprescindible). Resultó un concierto que sonó bien y movidito, aunque para vergüenza mía, después de lo vivido no pude prestarle mucha atención a la pequeña dragona, aunque bien lo hubiera merecido.

Así que nos acercamos a ver Beach House, escenario en el cual apenas si habría un centenar de personas en ese momento (quedaban aún veinte minutos para que empezara y además se solapaba con Green Day en buena parte). Se fue llenando poco a poco pero sin llegar a abarrotarse ni por asomo, pudiendo ver al grupo con toda tranquilidad y sin agobios y en un silencio muy respetuoso justo en el momento en que el día da paso a la noche.

De nuevo acierto en la elección, ya que ofrecieron un concierto intenso y sensual, precioso, compuesto en su totalidad por temas de sus dos últimos discos (para mí, lo mejor que podían hacer), y maravilloso de principio a fin, empezando por Wild y Norway, y terminando por Myth, 10 Mile Stereo e Irene, en el que no faltaron otros temas como Zebra o Lazuli.

Quizá deberíamos haber acabado con esta sensación, pero todavía quedaba hora y pico de actuación de Green Day y decidimos ver lo que se estaba montando allí.

Bueno, pues lo que estaba allí montado bien podía haber sido una carpa de circo mejor que un escenario.  Parece que el grupo se puso a tono con la temática del arte del festival de este año (cada año cambia y este año era una representación de un circo, con mujeres barbudas, enanos o forzudos) y decidió dar más show que concierto.

Miles de oeeees por canción, muchos trozos en los que no cantaban (que para más tristeza, tampoco cantaba el público más allá de las primeras filas, con lo que desde donde estábamos sólo escuchábamos la música del karaoke y un ligero murmullo, incluso alguna vez solo SILENCIO cuando para hacer más karaoke también dejaron de tocar los instrumentos. Bochornoso es poco), subió a una chica del público a cantar la cual, pobre, no tenia ni p*** idea, lanzó rollos de papel al público con una pistola… en fin todo bastante lamentable a pesar de que pillamos el concierto en su apogeo.

Apogeo me refiero a que al poco de llegar encadenó When I Come Around, Longview, Basket Case y She, lo cual de haberse ceñido a la música hubiera sido todo un triunfo, lástima que se empeñasen con tanto ahínco en estropearlo. También hubo un momento medley en el que tocaron los acordes de Highway to Hell y enlazaron Shout, Stand By Me y Hey Jude entre un oé y otro oé. Luego sonó Minority, y tras un breve receso, el bis retomó con American Idiot, con lo que ya decidimos dar por acabado el festival e irnos mientras de fondo sonaban 99 Revolutions y Good Riddance (The Time of Your Life).

En fin, que de haber tenido 15 años y haber estado en primeras filas posiblemente me hubiera encantado, pero ya no es el caso, y no le recomendaría a nadie con una edad mental de 23 años o mayor y en plena capacidad de sus facultades que pagara por un concierto de estos “genios”. Adiós, Green Circus Day.

Por último y como cierre de valoración del festival, decir que sigue siendo tan bueno y agradable como el año pasado y bastante bastante cómodo, y espero que siga así durante mucho tiempo. Recomendado 100% si lo que se desea es ver unos cinco o seis conciertos al día, con la posibilidad de dar una vuelta por París antes del festival (o después, de noche) y en un ambiente en general tranquilo, y al cual me encantaría volver el año que viene.

Notas: Matrícula (Grandaddy, Beach House), Notable (Family of the Year), Bien (Little Dragon, The Dandy Warhols, Stuck in the Sound), Suspenso (Green Day, Passion Pit, querría ponerle un aprobado pero conforme más lo pienso, creo que más lo merecen).