10ª Edición del Rock en Seine: mejor que nunca. Viernes.
Por 29 agosto, 2012 17:381


Estuvimos un año más en el festival parisino que mantiene el formato que ya os describimos el año pasado. 110.000 personas acudieron este año, lo que significa una cifra récord para el festival de tres días, y unas temperaturas que acompañaron más que nunca.
El primer día llegué a tiempo para ver a una de las sensaciones del año, Grimes, nombre artístico de Claire Bouchet, que ante un escenario que se fue llenando poco a poco, dió un muy buen concierto, mezclando sus bases y arreglos, cantando sobre ellas, y tocando el teclado, acompañada tan solo por un músico que le hacía las veces de percusionista, y un “bailarín”, rubio de pelo largo y vestido entero de negro, que se movía de una forma estrambótica y carente de armonía, dándole un toque extravagante a la actuación.


En una actuación que duró aproximadamente unos 35 minutos tocó lo que se esperaba de ella, centrándose sobre todo en su primer disco, con sus principales hits Oblivion y Genesis, además de Circumanbient y Be a Body, sin olvidarse de Vanessa o de su colaboración con Blood Diamonds, Phone Sex, canción con la que cerró, y todo ello sin parar de moverse durante la actuación, tras la cual cogió su mochila, que se encontraba aparcada al lado del teclado, y se fue dando saltitos (literalmente) mientras saludaba y agradecía al público su implicación, incluso volviendo a salir visiblemente emocinada. Muy entrañable.


A continuación en el escenario principal y mientras comenzaba el primer y único momento de lluvia de todo el festival, tocaron los daneses The Asteroids Galaxy Tour, que volvían al festival tras tocar en 2009. Tienen un gran primer disco con temazos incontestables muy bien llevados al directo, como Around the Bend o The Golden Age que son bailables y terriblemente divertidos.
Su particular estilo, una voz parecida a la de The Sounds, apreciable por ejemplo en Heart Attack, y unas canciones con medios tiempos en el que los vientos juegan un gran papel, como Major, y un segundo disco que también se conjuga para lograr un concierto en el que la lluvia era lo de menos y lo de más, disfrutar con esta propuesta.
De ahí cambio de tercio a unos Get Well Soon que tocaron acompañados de la orquesta nacional de Île-de-France, uno de esos conciertos especiales que el festival ofrece cada edición. Bajo una lluvia persistente, el músico alemán empezó con su única concesión a su primer disco, la canción I Sold My Hands For Food, so Please Feed Me.


El resto del setlist compuesto por casi en su totalidad por temas de sus otros dos LP, incluido el nuevo ‘The Scarlet Beast O’Seven Heads’, dando un concierto sobrio, elegante e intimista.
Fue el momento entonces de el primer grupo local que se cruzaba en mi camino, Dyonisos, que me causó gratísima impresión, desde su arranque con McEnroe’s poetry. Un grupo de rock ya veterano, con toques atípicos propios de la música de nuestro país vecino, recordado por algunos por su paso por el FIB de 2006.


Sobre su música, basta decir que suena enérgica y potente y del grupo destacar sobre todo la figura del pequeño cantante Mathias Malzieu, corto en estatura pero grande en carisma y presencia, animando, bailando, saltando, haciendo crowd surfing, subiendo al público al escenario como suele hacer Iggy Pop o capaz de encaramarse hasta la torre de sonido sin perderle el pulso al concierto.
De ahí directo a uno de mis conciertos del año: The Shins. Ofrecieron un concierto de hit tras hit que ganaron respecto al disco, especialmente las del nuevo ‘Port of Morrow’. El arranque fue demoledor, empezando con Caring is Creepy, Australia o Simple Song, y el cierre otro tanto, con New Slang y Sleeping Sessions. Bestial se queda corto para un grupo que debería haber estado en España este año y al que sin embargo ha habido que acudir fuera a ver, mientras traen otras mediocridades en los festivales patrios.


Al termino del concierto, un ratito de Bloc Party parecía ideal antes del concierto de Sigur Rós. La verdad es que aún no había visto a Kele Okereke y compañía, y aunque según llegamos nos obsequiaron con un Banquet digno de un rey, quiero decir, bien ejecutado, divertido y bailable, en el que Kele hasta parecía que entonaba, luego se fue diluyendo poco a poco, y en el que canciones que tengo tan oidas como Helicopter o This Modern Love no llegan a ser más que un reflejo desdibujado y mal definido de lo que son en disco. Les falta algo a estos chicos en el directo, mientras que las canciones del nuevo disco se limitaron a cumplir en la tónica general.
En fin, que me fui de allí para ir a un escenario donde aún no habiendo empezado Sigur Rós, estaba ya a reventar. Los islandeses aparecieron unos minutos tarde y se marcaron un concierto intenso y espectacular mientras caía la noche sobre el Parque de Saint Cloud. Silencio respetuoso del público y acordes y distorsiones que quedan para la memoria, un Jónsi espectacular que se dió el lujo de exhibirse manteniendo la voz durante un minuto eterno, dónde Varúð sonó inmensa como el vasto océano (la única de su nuevo disco en un concierto de una hora), y hubo ovación para Hoppípolla, que empezó justo tras sonar Festival. No sé cuanto tocarán en el Dcode, pero si es un concierto de duración respetable sería para ir allí en peregrinación y descalzo.


Después de esta catársis, un descansito y a la vez que tocaba Placebo en el escenario principal, me decidí por la opción más desconocida de Miike Snow, que resultó ser todo un acierto. Otro de esos grupos que este año no ha pisado festivales españoles vaya usted a saber por qué, ya que lo que ofrecen es una música pop-electrónica agradable, tremendamente bailable, saltable, coreable y que supone el cierre ideal para un gran día de conciertos, el mejor que he vivido este año de largo.


Las canciones están cortadas la mayoría por un patrón similar, acordes rápidos y repetitivos de piano, batería casi rozando en lo marcial, base electrónica de subidas-bajadas y la voz característica de Andrew Wyatt para dar forma a unas melodías que enganchan y de qué manera. No faltaron Silvia, Black & Blue, A Horse is not a Home o Bavarian #1 (Say you will), pero especialmente movido resultó el final con Paddling Out, Devil’s Work un poco más tranquila y terminar con Animal, con cuyo buen sabor de boca ya cerré mientras de fondo sonaba C2C, propuesta muy en boga de unos dj’s que se dedican básicamente a hacer scratch sobre una base electrónica.
En resumen un día tremendo, en el que apenas paré desde llegar al recinto veinte minutos para comer algo ya que no tenía desperdicio alguno, y aún así me perdí muchas cosas. De esos días que esperas tener cuando compras la entrada para uno de estos eventos.
Notas: Matrícula (The Shins, Sigur Rós), Sobresaliente (Grimes, Asteroids Galaxy Tour, Dionysos, Miike Snow), Notable (Get Well Soon), Aprobado raspadete (Bloc Party).