Los Niños Mutantes no son como Crusoe
Por 20 agosto, 2012 20:140


El cuarteto granadino indie-pop Niños Mutantes llegaron remando por el río Guadalquivir a un mar de seguidores que los esperaba en Nocturama, donde aquella noche se libraron con creces de naufragar a pesar de que su último disco pudiera antojarse un indicio: Náufragos (Ernie, 2011).
Con una media de edad ligeramente superior a la del público habitual del ciclo, los numerosísimos mutantes en el Monasterio de la Cartuja daban muestra de la veteranía de esta banda y del consolidado éxito que atesoran, pues cabe reconocer que disco a disco se lo han ido ganando sin ningún pelotazo repentino. Muchos padres acompañados de sus hijos pequeños corearon las letras de estos mutantes y pidieron los temas que más les gustan, en familia.
Su recorrido musical de aquella noche por nada menos que 19 temas fue verdaderamente exitoso y ofrecieron uno de los mejores sonidos del ciclo de este verano por su gran nitidez acústica. A pesar de contar con una amplia discografía compuesta de seis LP’s originales y otras publicaciones como su popular Grandes Éxitos de Otros (2007), hicieron especial hincapié en sus dos últimos trabajos Las noches de insomnio (Ernie, 2010) y el citado Náufragos, que ganaron por mayoría aplastante en el setlist, con excepción de ‘No puedo más contigo’ y ‘Te favorece tanto estar callada’ de Todo es el Momento (Astro discos, 2008) y ‘Veneno-polen’ con el que rememoraban sus inicios, pues es el primer corte de su álbum de debut Mano, parque, paseo (Astro discos, 1998).
Se les reconoce así mayor interés por su último viraje musical, discreto pero notorio, en el que se decantan más por un estilo más americano e introducen nuevos elementos rítmicos como la base de reggaetón de la que ya han pellizcado otras formaciones.
Los más de quince años que tiene de experiencia esta banda no son inconveniente para el entusiasmo que conservan sus miembros, que habían subido a las tablas con el mismo ímpetu y similar sonrisa con la que terminaron, tras tres bises, su actuación. Todos en pie se despidieron, incluido el batería Nani Castañeda, quien se puso en línea con sus compañeros a pie de escenario y con los brazos en alto. Los Niños Mutantes, aunque de su nombre perdieron la mitad hace años, se entregaron a sus mutantes incondicionales hasta el emotivo final de su espectáculo.