Crónica del Deleste (anti)Festival
Por 25 octubre, 2012 22:560


Desde el pasado sábado los valencianos cuentan con una nueva cita en su calendario, el Deleste festival, que la propia organización definió como el “antifestival” ya que su objetivo era hacer un cartel que no fuera un clon de otros y la comodidad del público, huyendo de las masificaciones. Para conseguir esta comodidad no podrían haber elegido mejor emplazamiento que el Espai Rambleta, un espacio relativamente nuevo en la ciudad que cuenta con un auditorio y un espacio amplio parecido a una sala convencional y en el que esperamos que se celebren muchos más conciertos y festivales.
El festival se celebró desde las 11 de la mañana hasta bien entrada la madrugada. Durante la mañana se habilitaron dos espacios, uno de ellos en el que los más pequeños pudieron disfrutar de talleres y un concierto acústico de Templeton y otro para los conciertos gratuitos como el de Mear en la nieve, Modelo de respuesta polar, Soledad Velez y Tórtel.
Para empezar el festival acudimos a ver a Soledad Velez que pese al magnetismo de su voz tan profunda no consiguió cesar el murmullo constante que había en el hall del edificio. Tortel con su pop divertido consiguieron enganchar más a los presentes, pequeños y mayores, con una propuesta más adecuada para el momento y el lugar que la anterior.
Ya por la tarde los valencianos Castlevanians inauguraron el auditorio demostrando que son una banda emergente con mucho que contar. El grupo catalán Cuchillo llenaron el auditorio con su sonido intenso a caballo entre el folk y el rock e hicieron que con canciones como Siempre, Hora bruja o Amapola el público se quedara con ganas de más.


Templeton no nos terminaron de convencer con su pop un poco sobrecargado y de letras fáciles, pese a los esfuerzos del cantante que no dejaba de interactuar con el público. El público parecía que se despertaba en el momento álgido de la actuación que llegó con la interpretación del éxito de su primer álbum Las casas de verano e invierno y el primer single de su nuevo disco (El Murmullo) Los días, en el que tuvieron un pequeño problema de sonido con el violín.


Ya en el escenario Jaggermeister pudimos ver a los mallorquines Beach Beach que son pura energía y con esa energía contagiaron al público que no dejó de bailar ni un segundo con su punk-rock de lo más revitalizante.
Y después de toda esta energía tuvimos que serenarnos para ver en el auditorio a Josh T. Pearson. El texano salió al escenario con su pelo y su barba desaliñada, de esas que casi te hacen cambiar de acera si te lo encuentras de noche, vestido completamente de negro y con su guitarra; porque no le hace falta banda, él solo con su guitarra es capaz de crear una atmósfera de lo más íntima y desgarradora. Sorry with a song, Woman when I’ve raised hell o Country dumb fueron de las pocas canciones que tocó, pero pese a la dureza de sus canciones el norteamericano nos hizo reír con sus chistes malos y el poco español que había aprendido (“hola chicas, adiós chicos…”) y participó totalmente con el público dejándonos totalmente encandilados.


Aun sobrecogidos por lo que acabábamos de vivir bajamos al escenario jaggermeister a ver a Nudozurdo que con un ritmo salvaje de temas como Prueba/Error, Conocí el amor o El hijo de Dios consiguieron despertarnos y darnos cuenta de que estábamos ante uno de los grupos nacionales con mejor directo del momento.
Y para cerrar nada mejor que Fanfarlo que llenaron el escenario con la gran cantidad de instrumentos, todos ellos imprescindibles, con los que cuentan para conseguir ese sonido pop-folk (que en algunos momentos nos recuerda a arcade fire) y que hacen que temas como The walls are coming down de su anterior disco (Reservoir) o Tunguska o Replicate del nuevo (Rooms filled with ligth) suenen casi mejor que en el disco y sean de lo más pegadizos.


Después de toda la energía y felicidad recibida con fanfarlo, unos intensos y en alguna ocasión algo cansinos Jupiter Lion junto con el cansancio que arrastrábamos tras una maratoniana jornada de conciertos hicieron que nos marchásemos antes de hora sin llegar a disfrutar de Dj Coco y sus sesiones siempre de lo más bailables.
Quedó claro que Deleste Festival no es un festival al uso y esperemos que haya venido para quedarse.
Redacción: Marisa Cazorla
Fotos: Vicent Comes