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The Flaming Lips – The Terror: The Dark Side of the Pop

Por Juanjo Rueda 0

8.5

Nota
8.5
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Pocas bandas con más de veinte años de trayectoria siguen siendo un perro verde como The Flaming Lips. La banda de Oklahoma tiene una particular forma de entender el rock y el pop en la que la “excentricidad” siempre ha tenido una gran cabida, ya fuera en el formato (entregando discos como “Zaireeka” o gominolas con música en su interior) como en la música que realizan. Es de agradecer que han sido y son unos culos inquietos aunque parte de esa inquietud les haga, en ocasiones, meterse en mil berenjenales musicales que pueden terminar despistando al público que los sigue.

The Flaming Lips también han sido una de las pocas bandas que jamás han tenido miedo de mostrar su fascinación por el rock sinfónico setentero, un género que parece que produce sarpullidos entre alguna parte de la crítica musical. Yes, King Crimson o Pink Floyd han sido bandas presentes en el discurso de la banda y que directa o indirectamente se han reflejado en su música. Sin ir más lejos, en 2009 hicieron su personal revisión del “The Dark Side of the Moon” de los Floyd. De hecho, este nuevo disco bien podría titularse “The Dark Side of the Pop”.

Este disco -producido de nuevo por Dave Fridmann- se nos muestra como una especie de síntesis de lo desarrollado en el anterior “Embryonic” (2009), podría considerarse que es a “Embryonic” lo que “Yoshimi Battles the Pink Robots” (2002) a “The Soft Bulletin” (1999). No tan arisco en la forma pero en el fondo igual o más oscuro que su anterior disco, supone otro desafío para el oyente acomodado y entendería, en cierto modo, que haya quienes salgan echando pestes tras una primera escucha: contrastes entre tonalidad y atonalidad; guitarras cortantes; voces que suenan a ecos de ultratumba; ritmos repetitivos y una ausencia total de lo que se puede entender por singles (eso se lo guardan para la bonus-track “Suns Blows Up Today”). Como digo, entendería a quién claudique en la escucha de este disco pero se perderán un gran disco. Su psicodelia oscura se dedica a generar ambientes con una sensación unitaria en sus nueve temas, plasmando muy bien la idea que quiere transmitir la banda según comenta su líder, Wayne Coyne, en la nota de prensa del sello:

Queremos, o queríamos creer que sin amor podríamos desaparecer, que el amor, de alguna manera, nos ahorraría eso; sí, si tenemos amor, damos amor y conocemos el amor, estamos verdaderamente vivos y si no hay amor, no habría vida. El Terror es, lo sabemos ahora, que incluso sin amor, la vida sigue… simplemente seguimos… no hay muertes misericordiosas.

A pesar de tan “bajonera” premisa y de su compleja plasmación consiguen crear un disco que engancha, con temas, en algunos casos, de largos desarrollos (“You Lust” dura trece minutos). Quizá lo que viene a demostrar este álbum es que ante la desesperanza vital y el miedo -The Terror- a desaparecer (morir) quizá lo mejor que nos queda para soportarlo es el arte, la música.


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