Cremeu les perles
Por 25 mayo, 2013 15:270


7.5
“Som 3 dones i un home. Dadaistes. Ens agrada el punk net. No ens agraden les guitarres barroques d’AOR”, así se presenta o se define la banda en su página de Facebook, de una forma sencilla, concisa y muy clara. Unas características que bien podrían aplicarse a su música.
Como bien han dicho, son un grupo formado por tres chicas y un chico: Blanca Lamar (voz y bajo), Tuixén Benet (guitarra y voces), Raquel Tomás (teclista y otros instrumentos) y Pau Albá (batería). Su propuesta musical se vertebra a lo largo de esa autopista del rock que empieza en la Velvet, pasa por el post-punk (Wire, The Fall, Bauhaus o Violent Femmes) y podría terminar en grupos como los Pixies o The Breeders. Autopista mil veces transitada pero que no por ello deja de tener vigencia debido a lo imperecedero de su propuesta. El grupo sabe como manejar tan conocidas armas dándoles su particular toque personal -más allá del factor diferenciador que da el idioma- y sonando con una frescura inversamente proporcional a la que han ido perdiendo The Strokes.
En este “Cremeu les perles”, LP de debut, desplegan un muy buen arsenal de canciones en poco más de media hora donde no esconden sus influencias en canciones como “Mirall” (homenaje o casi relectura del “I’ll be your mirror” de la Velvet) o “Ramón” (versión de “Gone daddy gone” de Violent Femmes), incluso homenajean a Sopa de Cabra tomando prestada parte de la letra “L’Empordá” en “Geborem”. Hay tiempo para el desmelene en hits instantáneos de aire “garagero” (“Beix”) o para la creación de atmósferas, ya sean misteriosas (“Monstre”, que recuerda a compañeros suyos de sello como Las Ruinas) o totalmente oscuras (“Són de Mi” o “Ningú”). Sus letras igual lanzan dardos a la hipocresía de la apariencia social (“Beix”), que denuncian lo deprimente de nuestra sociedad de consumo contemporánea (“Terrorista”) o hablan del dolor de los desengaños amorosos (grandísima “Ganivets i Forquilles”).
Una propuesta que no es innovadora pero que consiguen que suene fresca, sin pretensiones y, lo más importante, con calidad; o sea, con canciones para respaldarla. A mí, por ahora, me basta y me sobra.