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Aniversarios olvidados (II): discos que cumplen 15 años

Por Jose A. Rueda 0

Reconozcámoslo. El quince es un número feo. ¿La “niña bonita”? No. El “número feo”. Al menos no tiene el carisma del 25 o la redondez del 20 o del 30. La estética de la cifra no ha supuesto ningún inconveniente para que Los Planetas hayan reeditado Una Semana en el Motor de un Autobús. A buen seguro, pasarán cinco años sin darnos cuenta y el álbum cumplirá veinte. Y entonces, ¿lanzarán otra edición deluxe? ¿Subirá al escenario el esquivo quinteto granadino para tocar el disco de pe a pa?

La historia está ya muy vista, pero la razón principal de esta serie de artículos es reivindicar los aniversarios no celebrados. Si lo han hecho Los Planetas, ¿por qué no lo hacen por ejemplo Mercury Rev o Neutral Milk Hotel? Pues porque, por la razón que sea, aquellos relanzaron la joya Deserter’s Song hace dos años, cuando no existía una excusa clara para haberlo hecho. Por su parte, Neutral Milk Hotel acaban de reunirse y eso cuenta como una celebración de sus 15 años de ausencia (así como los 15 que cumple In the Aeroplane Over the Sea. Eso sí, hasta el año que viene no los veremos girar por Europa). Otros 6 discos que nacieron en 1998 son los que hemos elegido para esta segunda entrega de Aniversarios Olvidados.

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DISCOS DE 1998. DISCOS QUE CUMPLEN 15 AÑOS.

Air-Moon_SafariAir
Moon Safari

Al margen del boom comercial de Daft Punk con el Homework de 1997, la escena alternativa francesa de finales del milenio estaba repleta de un buen puñado de bandas post-rock y de otras tantas formaciones decantadas por la electrónica con clase. Air pertenecía a este segundo bastión (si es que existían límites estilísticos entre ambas corrientes) y aquel año nos regaló un delicioso disco de pop digital preciosista, con inclinaciones hacia el jazz y el lounge. Hace cinco años se reeditó por su décimo aniversario, con el atractivo de un CD extra que sumaba diez temas rescatados de actuaciones en directo y alguna cara B. Además, un DVD incluía un pequeño documental y unos pocos videoclips. Si todo esto lo hubieran “re-reeditado” tal cual por su 15º aniversario, no habríamos notado la diferencia. Y todos contentos.

musichastherighttochildrenBoards of Canada
Music Has the Right to Children

Durante unos años entre los ochenta y los noventa, la capital mundial de la electrónica vanguardista se instaló en Sheffield (Inglaterra), en concreto, en la sede de la disquera Warp Records. Desde allí se catapultaron las propuestas subterráneas de Seefeel, Nightmares On Wax, Autechre y Aphex Twin, todos ellos enmarcados en la onda conocida como IDM. Oriundos de un pueblecito al sur de Edimburgo, los hermanos Michael Sandison y Marcus Eoin remiten a su propia infancia en el meticuloso y cerebral Music Has the Right to Children. Interferencias televisivas -entre las que se escapan fragmentos del Barrio Sésamo inglés- chocan con ruidos eléctricos, voces sintetizadas y otras transmisiones de señal desconocidas, creando atmósferas claustrofóbicas y ambientes enigmáticos -se decía que sus canciones escondían mensajes subliminales-. La electrónica inteligente de Boards of Canada crece y se expande, echándole el lazo al hip hop abstracto y al nuevo jazz, pero será sobre todo el rock del cambio de milenio el que se fije en las innovaciones sonoras del dúo escocés. Y si no, que se lo digan a Radiohead, que limaron el sonido de Kid A tras mucho estudiar Music Has the Right to Children.

Fatboy_SlimFatboy Slim
You’ve Come a Long Way, Baby

La electrónica para las masas fue la tercera gran ola de mainstream alternativo acaecida durante la década de los 90, tras el invento del grunge y el sensacionalismo britpopero. Norman Cook siempre tendrá en su currículum el haber tocado el bajo con los Housemartins, pero, las cosas como son, lo que le ha dado éxito y fama (y una generosa cuenta corriente) han sido sus gamberradas electrónicas bajo el mote de Fatboy Slim. Trasteando cajas de ritmos y sintetizadores, robando y filtrando mucho sample, Cook logró un alocado You’ve Come a Long Way, Baby en el que el break-beat propio del sur de Inglaterra se ceba de funk, rock y r’n’b hasta hacerse inmenso. Todo comenzó con “The Rockafeller Skank”, al que siguieron “Gangster Trippin, “Right Here, Right Now” y “Praise You” como singles de aquel efímero fenómeno superventas.

manta_rayManta Ray
Pequeñas Puertas que se Abren y Pequeñas Puertas que se Cierran

Manta Ray es mucho más que “el grupo en que tocaba Nacho Vegas”. Manta Ray es una de las células creativas más excitantes que ha tenido el rock experimental hecho en nuestro país. Expandieron el concepto post-rock para abarcar algo más profundo y complejo que las simples atmósferas envolventes con predecibles repuntes de épica. Con el segundo álbum, los asturianos vinieron a demostrar sus ansias por explorar sonidos y la inquietud por construir lenguajes. En Pequeñas Puertas que se Abren y Pequeñas Puertas que se Cierran se amplía la imaginación retrofuturista, las reminiscencias cinematográficas y el delirio escapista en la voz de Jose Luis García.

manu_chaoManu Chao
Clandestino. Esperando la Última Ola…

Como en una prolongada catarsis, José Manuel Chao siempre se había mezclado voluntariamente con las clases más bajas de su París natal, cuando en realidad el artista provenía del intelectualismo acomodado (es hijo del escritor exiliado español Ramón Chao). Desligado de Mano Negra, el francés profundizó en las músicas del mundo aprehendidas durante sus continuos viajes a África y, sobre todo, América, principal protagonista musical en Clandestino. Además, hablamos de finales de los 90, cuando los softwares de creación musical habían subido en calidad y bajado en precio (en realidad eran gratis, pues acababa de nacer el “me lo bajo de internet”). De esta forma, el sonido hecho-en-casa adquiere frescura y notoriedad, y Manu Chao lo plasma en su debut rociando un sinfín de muestras radiofónicas y televisivas, que van desde fragmentos de series hispanoamericanas a boletines informativos, pasando por un discurso del Subcomandante Marcos. Todo ello para adornar una colección de canciones bellas e inmensas en su sencillez, que se suceden sin pausas de una manera extraordinariamente natural. El personaje será odiado por la hipocresía en la que ha caído su discurso solidario anticapitalista. Pero no se le puede negar haber realizado un disco tan determinante como este.

massive attack - mezzanine (front)Massive Attack
Mezzanine

La crítica especializada siempre tendrá Blue Lines en un pedestal, ignorando por momentos a trabajos posteriores como este. Mezzanine es el giro de Massive Attack hacia los paisajes sombríos con aires a The Cure, así como significa la consecución de un sonido aún más propio, tras la lograda mixtura entre soul, r’n’b y dub jamaiquino. En realidad, el tercer trabajo de los de Robert Del Naja destaca por un eclecticismo muy bien consolidado en el resultado final, cuyo discurso sonoro se ofrece como un viaje por distintos ritmos y texturas. Al hip hop futurista y cinéfilo propio de aquel no género bautizado como “trip hop”, se añaden en Mezzanine las guitarras eléctricas y los amagos de kraut rock. Por no hablar de himnos para la posteridad, como “Angel” (con esa soberbia línea de bajo que abre el disco) y “Teardrop”.

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