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El triunfo del himno, el triunfo de Él Mató

Por Ignacio Sánchez 0

Afrontar un nuevo concierto de Él Mató a un Policía Motorizado es afrontar una nueva fiesta, un nuevo subidón de alegría por ver a una de tus bandas favoritas, y porque sabes que difícilmente saldrás con el gesto torcido de su concierto. Ya ocurrío en la primera toma de contacto, cuando gracias al Primavera Sound pude descubrir a estos cinco argentinos allá por el año 2010, y posteriormente el año pasado con el doblete en un Moby Dick lleno hasta la bandera.

El pasado jueves el salto fue exponencial, una sala con más del doble de aforo como la But (dentro del ciclo de SON Estrella Galicia), y el resultado fue igualmente espectacular tanto en público como en entrega de la banda. Ni unas tempraneras roturas de cuerdas tanto en el bajo como en una de las guitarras hicieron temblar el desarrollo de una actuación sólida y donde los cada vez más numerosos y jóvenes seguidores del combo de La Plata pudieron disfrutar entre pogos de unas letras que ya son himnos para algunos.

Él Mató a un Policía Motorizado @ sala But por Ignacio Sánchez
por Ignacio Sánchez

Desde el inicio se vio a un Santiago Motorizado algo más expresivo, sin tener que encargarse de tocar el bajo (peso que recayó durante casi toda la noche en Chatrán Chatrán, perdiendo por este lado el sonido de los teclados), dejándose caer sobre el pie de micro a veces y otras levantándolo como si lo quisiera tirar al público.

El éxito del grupo es la mezcla de un sonido tan añorado por tantos como el de los 90. Una mezcla de guitarras y melodías entre Pavement, Pixies o Sonic Youth, en definitiva unos Planetas en su primera época que también disparaban letras fácilmente identificables y coreables. Y así lo llevan haciendo desde su debut, que cumple diez años y Limbo Starr acaba de reeditar para España, con “Diamante” o “Escupime”, o la interminable lista de singles que se escondían en la trilogía de EPs como “Amigo Piedra”, “Navidad de reserva”, “Chica Rutera” o “Mi próximo movimiento”, temas que sacan lo mejor de uno y dibujan una sonrisa en tu cara. Pero sobre todo el jueves pasado era el momento de refrendar lo buen disco que es La Dinastía Scorpio (Limbo Starr, 2013), lo bien que se disfruta escuchándolo en tu casa, paseando por la calle o en directo. Que tengan las narices de arrancar con “Nuevos discos”, que “La Cobra” sirva para prender fuego a la sala o que “Mujeres bellas y fuertes” sea desde ya imprescindible en cualquier repaso de este década. Solo necesitaron de tres temas en el bis (“Navidad de los Santos”, “Más o menos bien” y “Yoni B”), ahora sí con Santi armado con su bajo, para refrendar todo lo contado. Son grandes y lo suyo en España no es una moda pasajera.

La gente saltó, cantó y disfrutó, y partícipes de este éxito también fueron los maños Tachenko, quienes abrieron la noche con su pop de corte clásico. Compañeros de sello, los de Sergio Vinadé nos enseñaron las bondades de El amor y las mayorías (Limbo Starr, 2013) en un set bastante breve en el que no podía faltar uno de sus temas más reconocibles, “Amable”.

El pop es grande, y el jueves pasado vimos por qué.


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