Celebrando la buena música con El Páramo y Sonnöv
Por 23 junio, 2014 14:030


El Día de la Música es una fecha especial para todos los que nos consideramos unos locos de este arte, un día para celebrar y que el sábado pasado sirvió de pretexto para disfrutar de la presentación en directo, y ante sus seguidores, del nuevo trabajo de El Páramo, una suerte de proyecto del underground madrileño, casi de culto, y que gracias a su segundo trabajo y una mayor aceptación y difusión de bandas de rock instrumental está consiguiendo cada vez más visibilidad.


El calor que se palpaba en los exteriores de la sala se fue trasladando poco a poco al interior a medida que el público dejaba las charlas y las cervezas previas para sumergirse en el universio que los también locales Sonnöv fueron desplegando a lo largo de poco más de cuarenta minutos. Dibujando parajes a medio camino entre el post-rock y el post-metal, fueron poco a poco seduciéndonos gracias a la atmósfera oscura que crearon, solo iluminada por unas proyecciones a ritmo con la música. Sonando por momentos detallistas y delicados como Explosions in the Sky o Mono, decorando su música con relatos de algunas películas, pasaban en otros momentos un rodillo que nos hacía acordarnos de Isis o Pelican. Todo un acierto y un descubrimiento para mí.
Ya con la sala presentando un aspecto más que aceptable (algo más de media entrada) salían a escena en honor de multitudes los cuatro músicos como si de estrellas del rock se tratase. Fans enloquecidas en las primeras filas que no perdían la oportunidad de gritar y moverse al ritmo de la música.


Desde el comienzo con “Turbina”, el volumen fue atronador, potente, casi perfecto para disfrutar de una experiencia como la que ofrecen El Páramo; todo un viaje de sensaciones, de riffs contundentes, punteos salvajes, bajo abrasador y una batería compacta. Una banda en perfecta armonía fue desgranando sin prisa pero sin pausa su 2014 con la seguridad que ofrecen unos temas magistrales, desde la robusta y antes mencionada “Turbina”, pasando por la angulosa “Don Pedro” o la psicodélica “Ad Bellum” que no deja de crecer para noquearnos con ese crescendo explosivo.
“La Cruzada” sirvió como parada de repostaje en el trayecto, momento de dejarse seducir por las guitarras acústicas y coger aire. “Llano Alto” con su mágico cierre donde poco a poco la música se va apagando con la salida paulatina de los músicos del escenario parecía poner el punto y final por todo lo alto, pero en esta travesía no solo hubo tiempo para saborear sus nuevas composiciones sino que regalaron alguna vieja joya como “Jupiter”, momento celebrado con algún que otro pogo y con algún que otra fan surcando el cielo de la sala. Alto muy alto acabó, una auténtica celebración de la música en su día.
Foto de portada El Páramo por Ignacio Sánchez.