Power, Corruption & Lies: cuando New Order salió de las sombras
Por 25 julio, 2014 19:190


Ahora que la magia de New Order se ha agotado, habrá que empezar a hablar de estos mancunianos en términos de “clásicos”. Lógicamente esta posición viene de una carrera que, contando sus comienzos con Joy Division, dan para una de las trayectorias más arrebatadoras de la historia del pop. Precisamente, el punto de inflexión más significativo en el trasvase Joy Division-New Order vendrá a cuento de Power, Corruption & Lies (Factory, 1983). Con esta obra New Order. Por fin, se desprenderán de la enorme carga provocada por su pasado con Joy Division. De las sombras de la ciudad a las luces estroboscópicas de la pista de baile, la banda sólo tardará dos meses en corroborar esta sensación de libertad, ya anunciada en su mega hit: ‘Blue Monday’.
Arrebatador desde los primeros compases de ‘Age Of Consent’, desde luego, si hay una obra que define el equilibrio ansiado por New Order entre todas sus aristas, esa es Power, Corruption & Lies. Compuesta por ocho canciones modélicas, totalmente autónomas; en un principio, la idea era la de incluir también ‘Murder’ entre sus pistas. Sin embargo, su inclusión haría que el disco superara los 45 minutos estipulados: el límite del vinilo. Esta circunstancia provocará que ‘Murder’ se quede fuera de la selección final. Más adelante, este corte será publicado en single por la Factory Benelux.
Por otro lado, este descarte no deja de ser significativo. ‘Murder’ está accionada por la misma tensión interna que recorrían los surcos de su anterior LP. Un tema más brillante que la media notable de Movement, aún así su inclusión en Power, Corruption & Lies no haría más que alargar el cordón umbilical que lleva de New Order a Joy Division, algo que para esta ocasión sólo será hecho, a conciencia, por medio de ‘Leave Me Alone’: el corte que cierra el álbum, y uno de los momentos más sobrecogedores de la historia del pop. Construida sobre el soporte de un bajo en primerísimo primer plano, ‘Leave Me Alone’ muestra a un Bernard Sumner más seguro que nunca de sus infecciosos atributos vocales. Sobre una estructura rítmica que no desentonaría en la última etapa de Joy Division, Sumner rubrica la victoria de Power, Corruption & Lies mediante letras como “But from my head to my toes / From my knees to my eyes / Everytime I watch the sky” (“Pero desde mi cabeza hasta los dedos de los pies / Desde mis rodillas hasta mis ojos / Todo el tiempo miro al cielo”). Este canto de “optimismo” se dispara hacia las alturas, en un remolino endogámico, culminado en la conquista de un pico nuevo; uno desde el que, a continuación, la voz de New Order extirpa definitivamente el dolor abigarrado de su amigo muerto, por medio de las palabras que cierran la obra: “For these last few days leave me alone / But for these last few days leave me alone / Leave me alone / Leave me alone” (“Por estos ultimos días déjame en paz / Déjame en paz / Déjame en paz”).
Tras escuchar las palabras que cierran ‘Leave Me Alone’, cobran total sentido las declaraciones expresadas por Peter Hook, al respecto de las referencias a Ian Curtis que tienen las letras de New Order: “Nunca hemos expresado nuestros sentimientos sobre él en nuestras canciones, pero han surgido… en frases y líneas aquí y allá. Si miras hacia atrás, podrás verlos.” 1
Más que un exorcismo edificado sobre las brasas de su pasado, Power, Corruption & Lies se mostrará como una obra mutante. Simbiosis profunda entre las luces y las sombras, cada una de las piezas dispuestas se tiñen de una dicotomía tan golosa como turbadora; una representada en las letras escritas por Sumner para la ocasión.
Para su segundo LP, la purga llevada a cabo estará al límite de la propia resistencia física del grupo. La identificación y posterior disección de cada una de las partes de la confusion que había caracterizado el renacimiento como New Order, Power, Corruption & Lies ofrecía una perfecta combinación de lo acústico y lo automático, lo real y lo virtual; donde tanto a los cables de ordenador como a las cuerdas de la guitarra se les concedía la misma prioridad. Lo que para el oyente había estado disminuyendo entre los cuatro músicos en el estudio -como en cualquier banda, había desacuerdos, puntos de desorden, momentos en los que las diferencias creativas revelaban el genuino descontento-, ahora se había transformado en una sensación de estar ante una banda llena de vitalidad. También era el sonido de una banda bombeando con fuerza, hasta el tope de drogas.
“Eso fue la influencia de una cierta Mr. Anfetamina”. dice Morris entre risas, refiriéndose en particular al frenético ritmo de la guitarra de Sumner en la apertura de ‘Age Of Consent’. Este tema se convertirá en una señal del sonido de New Order: las quejumbrosas notas bajas de gama alta ejecutadas por Peter Hook, el repiqueteo inmaculado Stephen Morris y una Gillian Gilbert desplegando abrumadoras olas de sintetizador. Respecto a lo que comentaba Morris, Sumner lo respalda. Aunque, en su caso, recuerda una manera diferente de estimulantes durante la grabación: “Estábamos fuera de nuestras cabezas. Esto era debido a que estábamos todo el puto rato de ácido”. Aunque, en aras de la precisión. Lo que tomaba Stephen era estrictamente alcohol -el Pernod y el vino espumoso eran los cócteles favoritos de la banda-, ya que, como él también dijo: “Es algo que llevo haciendo desde los doce años.” 5
Barney: “Estábamos acostumbrados a tomar ácido todos los días, pero no lo suficiente para tener alucinaciones. Con mayor cantidad, podrías tener alucinaciones. Pero sólo un poco sería suficiente para darle un cambio de perspectiva. Teníamos una hoja de afeitar y, cada día, cortábamos una pequeña porción. Así fue cómo escribimos ‘Ecstasy’. En gran medida, fue algo experimental’. Hemos encontrado algo nuevo e interesante, algo mediante lo que experimentar con nuestras psiques; experimentar con estas nuevas formas de música y todas estas drogas.” 6
Entre nuevos marcos de trabajo, repletos de piruetas alucinógenas, Power, Corruption & Lies se convertirá la verdadera confirmación del progresivo proceso de evolución hacia un pop multiforme tejido por hilos de post-punk melancólico, pero radiantemente drogado en éxtasis bailable.
Publicado el dos de mayo de 1983, Power, Corruption & Lies será el pistoletazo de salida a una colección de álbumes –Low-Life (Factory, 1985), Brotherhood (Factory, 1986) y Technique (Factory, 1989)- y singles -‘True Faith’, ‘The Perfect Kiss’, ‘Love Bizarre Triangle’ o ‘Touched By The Hand Of God’- que dejarán muy a las claras que New Order fue el único grupo británico que, durante los irrepetibles ’80, pudo mirar de tú a tú a The Smiths. Poca broma.
Referencias.
1. Rambali, Paul: “Rare glimpse into a private world”, The Face, Julio del ’83.
2. Lester, Paul: “Touched by the hand of God”.
3. Edge, Brian: New Order/Joy Division: pleasures and wayward distractions, pag. 88.
4. Niagara Edu: “New Order albums: Power, Corruption & Lies”
5. Lester, Paul: “Touched by the hand of God”.
6. Ibídem