Berlinale 2015: Día 7. Aferim! amigos míos
Por 13 febrero, 2015 13:350


Esto se va acabando señores. Hoy, séptimo día en el festival, sólo quedan tres películas a concurso por ser presentadas para cerrar una competición que dará a conocer a sus ganadores el próximo sábado. Tras la decepcionante jornada de ayer, hoy hemos vuelto a subir. Aunque tampoco nos hagamos pajas, que no es para tanto.
Las 9 de la mañana para ver una coproducción checo-rumano-búlgara en blanco y negro y ambientada en 1830. Jugada maestra por parte del festival programarla a esa hora. Fuera de coñas, las películas que mejor entran son las del pase de primera hora, a partir de las 15:00 se produce un desgaste terrible donde se empieza a acusar el cansancio, insomnio y por qué no decirlo, la mediocridad de ciertas obras. Pero esto no pasa con Aferim!, que es de todo menos mediocre. Un paseo de dos horas por lo más vasto del paraje rumano del siglo XIX, una visita que pese al contexto y su moral, en ciertos tramos es aterradoramente actual. Porque el juego de Aferim! es tratar temas como el poder y sus enormes tentáculos como un lejano recuerdo bárbaro, pero mientras acompañamos a estos dos personajes nos damos cuenta de que estos tiempos no quedan tan lejanos, que bajo su foto realismo aún late parte de esa conciencia racista (prodigiosa la escena en la que se define a cada nación europea) y estratificación social en capas de grises que te castra como a un vulgar perro gitano.
Y todo esto te rompe por dentro, pero Radu Jude nos conquista con un humor que hace digerible esta obra, creando un tono único más real que la propia vida. Yo no sé cómo eran los tiempos en esa época, pero lo que me plantea Aferim! me lo creo. Y me aterroriza.
Te gustará: Si quieres bucear en el pasado para anticipar el futuro.
No te gustará: Es una película centroeuropea en blanco y negro. Eso es un muro que muchos no van a pasar.
Nota: 8/10
Estoy bastante en contra de los biopics, por muy libres que sean. No me interesa conocer la historia de una figura a través de la ficción, y menos así. Peter Greenaway parece haberse visto en un finde las 3 temporadas de La Hora Chanante para ofrecernos este Testimonios de 2 horas sobre la figura del maestro Einsestein. Y no empieza mal la historia, técnicamente imitando (o más bien hiperbolizando) el característico estilo del montaje ruso, aportando una libertad visual que le sienta a la cinta francamente bien. Sin complejos. Y ojo, que visualmente es una virguería. El uso del color es extraordinario, muchas veces como elemento narrativo y no meramente formal, pero es que los movimientos de la cámara son impresionantes. Hay muchísima originalidad en la planificación, la puesta de escena rompe esquemas y si no te satura (que también es posible) lo vas a disfrutar.
Pero la historia en sí, cansa. Un hipocondríaco Einsestein (francamente, no me imagino al ruso así ni en mil vidas) se hace muy cargante. Su falso acento de británico-ruso es terrible y la historia homo romántica demasiado cargante e innecesariamente larga. Lo de pasarse media película en bolas es una declaración de intenciones de mostrar todo, porque pocas veces el mensaje “aquí manda mi polla” ha sido tan explícito. Greenaway realiza su Amadeus con Eisenstein, una prueba de excesos que puede apasionar como saturar. A mí me ha dejado a medio camino entre la fascinación y el odio. Probablemente la mayor ovación del público hasta la fecha en el festival.
Te gustará: Virguería visual y golosina para los sentidos.
No te gustará: Tanta virguería te puede cansar y la exageración y egofalocentrismo del protagonista aún más.
Nota: 5/10
Pues oye, que esto es un escándalo. Empieza una parodia de El Padrino versión china y yo tenía la cara como el Joker. Luego un número musical parodiando a Cantando bajo la lluvia, con una belleza y originalidad visual aplastante. Una primera media hora sencillamente apabullante. Y a partir de ahí, el vacío. El humor desaparece, la historia se planta en unos excesos (pero excesos al cubo, rara vez he visto algo así), que nadie sabe de dónde han salido. La elegancia y sutilizad del principio se transforma en puro fósforo que incendia todo lo que pilla a su paso. Y así lo vio un gran porcentaje de la prensa, que un tercio (sí, increíble) fue dejando la sala antes de la primera hora. Hicieron bien.
El resto de la cinta es hora y medio de homenajes a distintos géneros de cine pero con ese tono tan pasado de rosca que llega a molestar al tercer gag. Y aquí hay taco, porque produce Columbia y hay una cantidad de exteriores y calidad en la forma que escapa a cualquier obra vista en competición. Pero al final esta especie de Gran Hotel Budapest chino acaba autodestruyéndose en el color del espectáculo.
Te gustará: Si valoras el bizarrismo visual.
No te gustará: Si tienes poco aguante ante las idas de olla.
Nota: 3/10
Dari es una niña sorda y detective de mascotas a tiempo completo. Como una Ace Ventura japo pero con el incoveniente de tener que usar el lenguaje de signos en vez de las expresiones faciales de Jim Carrey. Ya os podéis imaginar, un drama que bien contado llega a momentos de sinceridad preciosos, pero que en otras partes (y aún no sabemos por qué están incluidas en la historia) nos vamos a la brutalidad humana a través de los impulsos sexuales más barrocos y primarios. El resultado es algo así como dos historias, una de introspección emocional, de autoengaño y luto, de pérdida y derrumbamiento, y la otra de muerte de la culpa, de ferocidad social y falta de pudor sensorial. Una cinta imperfecta y desequilibrada, pero estimulante y esperanzadora en algunos pasajes.
Te gustará: Si buscas algo distinto.
No te gustará: Si no soportas ciertas escenas grotescas que a nivel occidental chocarán bastante.
Nota: 5/10
Curioso documental sobre el propio Vincent Dieutre y su amor incondicional al cine, sobre el marco contextual que le cambió la vida a través de un neorrealismo que cristalizaba la vida en gotas de nostalgia y belleza terrenal. Yo me quedo con el mensaje, porque lo cierto es que estos 80 minutos de documental se hacen francamente pesados en su mayor parte, recorriendo la mundana vida de Vincent y su pareja en el mundo actual, que escapa a ese romanticismo de la primera mitad del siglo XX, que sentó las bases y apuntaló las cadenas de lo que el cine es, debería ser y será.
Te gustará: Las partes dedicadas al cine están muy bien.
No te gustará: Las partes personales como pretexto sobran. Hay mucha paja en el corral.
Nota: 4/10