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Regreso por la puerta grande

Por Ignacio Sánchez 0

sleater-kinney - no cities to love

¿Por qué os fuisteis así? ¿Qué ocurrió ese verano de 2006? Sleater-Kinney nos dejaron con la miel en los labios hace casi nueve años tras publicar el genial The Woods (2005) y pasar por nuestro país por el Primavera Sound. En aquel momento no llegamos a entender esa decisión al igual que cuando conocimos su vuelta se nos hizo raro, pero si todas los regresos fueran como el del trío de Olympia nos daríamos más que satisfechos; y es que Corin Tucker, Carrie Brownstein y Janet Weiss se han cascado un disco como la copa de un pino.

No Cities to Love tiene el don de ser un disco completamente atemporal, de haber salido hace diez años a nadie le hubiera sorprendido. Está lleno de temas redondos, singles potenciales, es fresco, y lo que es más importante, te engancha a la primera escucha y te hace ponerlo de nuevo al comienzo cuando han pasado los poco más de treinta minutos que dura. Desde el genial arranque de “Price Tag” hasta la furiosa “Fade”, Sleater-Kinney hacen un repaso de sus virtudes, las que les hicieron ser una de las formaciones referentes no solo para las amantes del movimiento Riot Grrrl, sino para los amantes del rock alternativo de los 90 y primeros años de la pasada década. Estribillos contagiosos, riff afilados y una base rítmica simple pero contundente recorren como una espina dorsal el cuerpo de este trabajo en el que si lo comparamos con The Woods sí que notamos una rebaja en la dosis de crudeza, haciendo echar la vista atrás a trabajos antiguos como Dig Me Out (1997) o One Beat (2002), aunque “Surface Envy”, el mejor tema del disco sí que tenga ese toque de mala leche.

Si queremos sacarle algo de punta al asunto podríamos preguntarnos por qué no haber evolucionado o investigado en nuevos sonidos o matices, pero para qué alterar una fórmula que como bien muestran “Hey Darling”, “No Athems” o “Bury Our Friends” es más efectiva que la de la Coca-Cola y adictiva que la nicotina. Nunca un refrán como “lo bueno si breve, dos veces bueno” le encajaría mejor a un álbum. Bienvenidas de nuevo chicas.

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