Royal Blood convencen en La Riviera
Por 7 abril, 2015 20:010


El joven dúo formado por Mike Kerr (voz y bajo) y Ben Tatcher (batería) actuó en Madrid el pasado miércoles después de la dolorosa cancelación de sus conciertos del pasado noviembre. Con un único trabajo en su discografía, colgar el cartel de sold-out en La Riviera está al alcance de pocos grupos que son capaces de enganchar de manera casi fanática a quien les escucha (gente como Jimmy Page ha elogiado al grupo, ahí es nada).


Abrieron la noche los también ingleses Bad Breeding, un grupo de post-punk agresivo con sus píldoras de 2 minutos de música rabiosa y contundente. Sonaron compactos, honestos y demostraron saber lo que hacían; nos creímos su propuesta y me pareció una acertadísima elección de teloneros.
Puntuales, Royal Blood saltaron a un escenario engalanado con sala repleta de seguidores. Es cierto que La Riviera ha visto reducido mucha su capacidad después de los desgraciados incidentes del Madrid Arena y que a veces da la sensación de que no se llena del todo, pero en sonido y comodidad es indiscutible que el espectador que consigue entradas sale ganando.
“Hole”, como viene siendo habitual en la gira, fue la canción elegida para arrancar y el público no dudó en entregarse desde el primer momento mientras flashes y luces destellaban los guitarrazos (con su bajo, sí) y los golpes de baqueta de Mike y Ben. Con un sonido más que correcto hicieron sonar atronadoras “Come on over” o el temazo “Figure it out”. La distorsión del bajista es consigue que no echemos en falta guitarras, una especie de antítesis a lo que hacía Jack en los White Stripes; esto provoca sorpresa entre quienes esperan más músicos de apoyo y aprobación y respeto entre quienes sabían lo que iban a encontrarse.
A partir de “Blood hands” el cantante y bajista, Kerr, se mostró incómodo por momentos, sospecho, porque no se escuchaba bien a través de los altavoces de retorno o el pinganillo de la oreja. Esto provocó parones excesivamente largos entre canción y canción que enfriaron algo la avalancha que podrían haber logrado.


La madurez que demuestra un grupo de tan corto recorrido contiene las 2 caras de la misma moneda: no se le puede reprochar que no sean enormes músicos, profesionales y buenos showmans, pero por otra parte que haya tan poco margen a la espontaneidad y a la improvisación consigue que el resultado sea algo predecible. Mismo setlist en cada concierto, canciones que parecen estudiadas miles de veces con un metrónomo, y un sonido que puede acabar resultando plano para quien busca algo de caña más sucia. Sin embargo tienen en su mano madurar (a veces madurar quiere decir volver a ser más libre) y, sin dejar de ser ellos mismos; estudiar las posibilidades que ofrece el blues-rock más de directo y no tanto de estudio.
Una vez dicho esto hay que decir que el público disfrutó como enanos pese a los problemas técnicos (que tampoco se notaron tanto) y las grandes canciones que han compuesto demostraron venderse por si mismas sobre el escenario. De esta forma “Careless” o “Loose change” consiguieron que viéramos a zonas del público saltar, brincar y jalear cada acorde. La estupenda “Out of the black” cerró la noche de punk-blues&rock. Más de uno nos fuimos contentos de vacaciones gracias a estos chicos.
Veremos el camino que toman en su próximo trabajo, que en palabras de ellos mismos, compondrán en la gira que les llevará éste año de la mano de Foo Fighters e Iggy Pop por Estados Unidos.
Setlist:
1. Hole
2. Come On Over
3. You Can Be So Cruel
4. Figure It Out
5. Better Strangers
6. Little Monster
7. Blood Hands
8. One Trick Pony
9. Careless
10. Ten Tonne Skeleton
11. Loose Change
12. Out of the Black