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Roskilde 2015: Disfrutando de los mejores cuatro días de cada año

Por Redacción EER 0

Paul McCartney @ Roskilde Festival 2015 por Jackster

Un año más la ciudad de Roskilde acogió el festival más importante de Escandinavia y uno de los más grandes del mundo por su magnitud, donde no solo se respira música. Sus enormes zonas de cámping tienen diferentes nombres, entre ellas hay una que destaca, la conocida como ‘Dream city’, con su lago y arena, lugar mágico para hacer una barbacoa con amigos y disfrutar del paisaje junto a un gran ambiente de fiesta y hermandad. También debemos hacer mención especial también a su increíble pista de skate. Es una experiencia que hay que ver y vivir junto con la riqueza cultural que otorga el evento. Ser un festival sin ánimo de lucro es un punto muy importante a su favor. Este año se estima el beneficio entre 2.000.000 € y 2.500.000 €. Todo ese beneficio va donado a ONG’s, a proyectos como llevar agua a lugares donde no es fácil disponer de ella, por decir solo una de las muchas acciones en la que se involucran. Uno puede (y debe) dar las gracias por asistir a un evento con este perfil.

Cada vez hay más competencia en el ámbito musical al existir nuevos festivales en Dinamarca (como en la gran mayoría de países) como el Northside y el nuevo Tinderbox, ambos con muchos grupos que pensamos que estarían en el cartel de Roskilde, pero incluso y con esto, no afectó para que la edición de 2015 volviera a colgar el cartel de Sold Out. Viendo todo esto parecía a priori tratarse de una edición un poco menor en lo musical, pero fue gran error pensar eso en un principio porque lo vivido en ese ámbito fue enorme. Hay que destacar un tiempo muy soleado que nos hizo disfrutar aún más de los conciertos alrededor de sus seis escenarios, del arte urbano de los graffittis que se pueden disfrutar en una gran parte del recinto del festival, de la gente, de su variedad gastronómica, todo lo que conforma el Orange Feeling, que sólo se puede explicar habiéndolo sentido en carne propia.

Hechas estas consideraciones de carácter general (nada baladíes, ya que alejan a Roskilde del simple concepto de “festival de música” y que lo eleva más allá de esas fronteras) pasamos a reflejar lo vivido en las cuatro jornadas musicales, propiamente dichas.

Miércoles 1

Y por fin llegó el esperado día. El día en el que, tras un año de espera, el festival abre sus puertas a fans que llevan haciendo cola durante horas para, una vez se da el pistoletazo de salida, salir corriendo cuales señoras mayores en el primer día de rebajas en una dura pugna por llegar los primeros al escenario Orange. Este año, como novedad, el festival había cambiado sus fechas habituales de jueves-domingo por miércoles-sábado, en un intento suponemos de facilitar que la gente se quede hasta el fin de fiesta sin tener que salir corriendo a trabajar el día siguiente. Sea como fuere, nos dispusimos a afrontar los primeros conciertos de la presente edición con algo menos de actitud que otros años, y es que el cartel inaugural dejaba algo que desear (más aun teniendo en mente el recuerdo del apoteósico comienzo del Roskilde 2014 con The Rolling Stones).

OFF! @ Roskilde Festival 2015 por Jackster
OFF! @ Roskilde Festival 2015 por Jackster (cortesía de Solo-Rock)

Nos acercamos primero a ver a OFF!, grupo de punk americano de relativa reciente creación, pero comandado por los veteranos Keith Morris (Black Flag, Circle Jerks) y Steven McDonald (Red Kross). Rápidos, directos, potentes, casi 30 temas de actuación cerrando con “Darkness” y “Upside Down”, elevaron rápidamente el espíritu de los asistentes y nos recordaron que no hay día flojo en Roskilde. Tras ellos, decidimos darles una oportunidad a Communions, banda alternativa danesa de nuevo cuño con reminiscencias a Real Estate. No desentonaron y ofrecieron un más que correcto concierto empujados por el calor del público patrio. A continuación, vimos de pasada 15 minutos de Bob Hund, un tipo que sale con una máscara del zorro y canta en un dialecto sueco, definitivamente bizarro. No nos detuvimos más pues en breve era el turno para uno de los platos fuertes del día, Noel Gallagher y sus High Flying Birds. Poco se puede decir que no se haya dicho ya del alma máter de Oasis. Ante un escenario Arena ciertamente abarrotado, Noel venía a desgranar los temas de su reciente y notable álbum Chasing Yesterday (2015) empezando con temazos como “Everybody’s On The Run” o “In The Heat Of The Moment”.

Noel Gallagher's High Flying Birds @ Roskilde Festival 2015 por Jackster
Noel Gallagher’s High Flying Birds @ Roskilde Festival 2015 por Jackster (cortesía de Solo-Rock)

Sin embargo, Noel sacó su cara más festivalera para deleitarnos con hasta 6 temas de Oasis, entre los que nos cayeron un “Champagne Supernova” maravilloso o un altamente inesperado “Whatever”, una de sus mejores composiciones, a pesar de que no la toque muy a menudo en directo. También hubo hueco para temas de su primer álbum, como “If I Had A Gun”, pero el público ya estaba más entregado al recuerdo de Oasis, así que el fin de fiesta consiguió poner patas arriba el escenario con dos temazos como “The Masterplan” y, especialmente, “Don’t Look Back In Anger”. Coreada al unísono por toda la carpa, abrazos y lágrimas entremezclados y ‘Sooo Sally Can Wait’ a voz en grito. Y es que, ya seas fan o detractor de Oasis, o incluso indiferente a su legado, esta canción forma parte indisociable de la banda sonora de nuestras vidas (al menos, de las de los pre y post-adolescentes de los años 90). ¡Conciertazo sin ningún pero que objetar!

Tras este subidón, llegaba el cabeza de cártel del día, Pharrell Williams, aunque su estrellato en el mundo pop mainstream americano nunca nos ha terminado de llenar. El concierto se nos hizo por tanto cuesta arriba, igual que a muchos otros asistentes, que se congregaron allí básicamente para oír los hits de “Blurred Lines” y “Get Lucky” que sólo llegaron como final de fiesta. Siempre ha de haber un reclamo de este estilo en Roskilde, aunque nosotros elegimos irnos antes de tiempo para ver a The War on Drugs. Los americanos vienen pisando fuerte en los últimos años con su propuesta indie que a mí siempre me recuerda al sonido de Dire Straits mezclado con la voz de Bob Dylan. Dieron un buen concierto con un espléndido sonido, que hizo que temas como “Red Eyes” y “Lost In The Dream” sonasen a las mil maravillas. Sin embargo, nos pareció el típico concierto que se hace un poco bola, y que si hubiera durado 45 minutos en vez de una hora y veinte, hubiera sido perfecto. Y es que en su debe está lo repetitivo y monótono que pueden sonar sus distintos temas. Y con ellos, plegamos velas en este primer (y más corto) día del festival, con buenos conciertos a la espalda y con muchas ganas de lo que los siguientes 3 días nos iban a deparar.

Jueves 2

El jueves era, sobre el papel, el día grande del festival. Un sinfín de bandas más que apetecibles se acumulaban en el programa y nosotros, pobres mortales, intentando cuadrar un sudoku de horarios, conciertos y escenarios. Salimos del campamento base sin ningún plan de ataque establecido, se trataba de un #diosproveerá de manual en el que cada uno iría eligiendo sus propias batallas.

De lo que si estábamos seguros era de cuál sería nuestro primer concierto, ¿o no? Hacia él nos encaminamos cuando pasando por la puerta del Gloria (en serio, es el único escenario con puertas, control de acceso y cubierto) escuchamos a los que luego averiguamos eran Foghorn Stringand. Country sin ninguna pretensión más allá de hacer bailar al público danzas de otros tiempos y lugares o de mover la cabeza de arriba abajo con un sombrero vaquero y una paja en la boca (de trigo, eh!). Así que allí nos metimos sin pensarlo dos veces, pues para quien no acostumbra a viajar a la América profunda es una suerte poder saborear las raíces del country, folk y bluegrass de un grupo con más de una década de existencia y ocho discos en su haber.

Every Time I Die @ Roskilde Festival 2015 por Jackster
Every Time I Die @ Roskilde Festival 2015 por Jackster (cortesía de Solo-Rock)

El calor y el sofoco a la una de la tarde en esa gran tienda de campaña que es el Gloria nos hizo continuar con nuestra idea original: ir al Avalon para disfrutar de Every Time I Die. Puede parecer un poco precipitada la hora para escuchar el caótico metalcore que ofrece el grupo, pero la fórmula funciona: riffs, gritos desquebrajados y una actitud desafiante ante un público suficientemente sobrio para disfrutar saltando, haciendo pogos y, por supuesto, con una menor posibilidad de heridos. De hecho, este es el primer año en el que la organización establece los conciertos que son de alto riesgo (High Energy Concerts), señalándolos con un símbolo de alto voltaje en el programa y permitiendo a los grupos jalear a sus fieles a realizar lo que llaman moshing. Está claro que un concierto como éste se escucha mucho mejor luchando por un hueco entre una multitud que quiere verte en el suelo y la organización lo sabe.

Tan solo eran las dos de la tarde y ya se nos presentaba la primera batalla de divas. Una, la joven escandinava Veronica Maggio. La otra, una gran figura de la música africana de los últimos tiempos Khaira Arby. Ciertamente esta vez todo parecía estar claro, el pop fresco y la afable voz de Verónica no fue rival para un espectáculo de músicas del mundo con una de las mayores artistas de África. El Pavilion se llenó de gente con ganas de escuchar su hipnótica voz envuelta en un blues tradicional, acompañado en ocasiones por algún pequeño instrumento de cuerda o percusión más rústico. Khaira ha sabido combinar sus raíces (canciones, instrumentos, vestimenta y baile) con ritmos nuevos de guitarras y bajos para conferir a su música un poder solo comparable a aquellos visionarios que se atreven a innovar más allá de sus tradiciones.

Ryan Adams @ Roskilde Festival 2015 por Jackster
Ryan Adams @ Roskilde Festival 2015 por Jackster (cortesía de Solo-Rock)

El merecido descanso para comer, seguramente espaguetis a la boloñesa (nuestra más apreciada droga del festival), nos sirvió para decidir nuestros próximos pasos. Y obviamente hubo división en el grupo porque la elección era más complicada. En el Orange tocaba Ryan Adams y nadie en su sano juicio se puede perder este concierto a no ser que en unos pocos cientos de metros toque Father John Misty, una revelación reciente tras publicar lo que podría ser el disco del año, I Love You, Honeybear. El festival de Roskilde nos hace dar lo mejor de nosotros mismos y, por supuesto, de quererlo todo, así que esta vez no iba a ser menos y algunos optamos por la difícil solución salomónica. En la primera mitad del concierto de Father John Misty no hubo una sola canción que no consiguiera transmitir al público la intensa emoción con la que Josh Tillman y su banda las interpretan. Una voz melodiosa, una banda portentosa y unos movimientos del propio cantante creaban un ambiente íntimo, más propio de una pequeña sala que del Avalon. Y eso se agradece. Sonaron espectaculares temas como “True Affection”, “Strange Encounter” y “When You´re Smiling and Astride Me” (“Cuando Me Sonríes y Estás a Horcajadas”, What a statement!!!). El ambiente del concierto de Ryan Adams era distinto, todo el mundo mostraba sonrisas escuchando a este prolífico cantautor, a diferencia del anterior concierto donde las caras reflejaban mayor introspección. El sol y las bromas de Ryan ayudaban a que sus canciones sonaran justo en el momento perfecto para ser escuchadas y crearan esa dulce sensación de bienestar y paz, con canciones como “Come Pick Me Up” o su cierre del concierto “A kiss before I go”.

St. Vincent @ Roskilde Festival 2015 por Jackster
St. Vincent @ Roskilde Festival 2015 por Jackster (cortesía de Solo-Rock)

No había momento para más regocijo, St. Vincent nos esperaba en el Arena. A los que no habíamos visto su show con anterioridad la puesta en escena futurista nos dejó impresionados y su magna presencia ojipláticos (incluyendo su famoso baile robot mientras toca la guitarra). No es para menos, esta estadounidense ha ido creciendo como artista y canciones como “Digital Witness” ya son referencias del pop psicodélico (si es que eso existe).
En nuestro afán de abarcarlo todo, no queríamos dejar de escuchar a Soak, aunque fuera tan solo unas pocas canciones. La suerte quiso que escucháramos uno de sus hits, “B a noBody”, donde la joven cantautora, tan solo 18 años, muestra lo mejor de sí misma, a saber: letras contundentes y la contradicción de una tener voz áspera y naif al mismo tiempo.

La siguiente disyuntiva sí era relativamente fácil y Foxygen debería esperar para otra ocasión. Llevaba sin ver a Florence + The Machine un lustro, desde su última visita a Roskilde. Una espera obscenamente larga, pero suficiente para apreciar la grandeza que desprende Florencia en el escenario y ser consciente de la progresión tan sorprendente que ha experimentado el grupo. El escenario principal en ningún momento se le quedó grande y las, probablemente, más de 50.000 almas estaban absortas con la energía que transmitía la cantante. A diferencia de lo ocurrido en 2010, y los anteriores conciertos donde actuó sentada por un esguince de tobillo, esta vez Florence corría y saltaba, descalza, sin parar por el escenario. Convertida en un imponente torbellino vestido de blanco, que resaltaba sobre el fondo negro del Orange (incluida la vestimenta del grupo), con su voz poderosa, e inquebrantable ante el esfuerzo, consiguió un concierto memorable, digno de entrar en el difícil ranking Top 5 de este festival.

Mastodon @ Roskilde Festival 2015 por Jackster
Mastodon @ Roskilde Festival 2015 por Jackster (cortesía de Solo-Rock)

Animados por el carácter y fuerza de Florence (quizás también por el grado de alcohol en sangre) decidimos forzar una vez más e ir a ver a nuestros amigos de Mastodon. Algunos conocimos a los integrantes del grupo unos días antes presentando una cerveza que lleva su nombre en una de las cervecerías que el maestro cervecero Mikkeller tiene en Copenhague. Puedo asegurar en nombre de todos que fue mejor beberse una cerveza con ellos que tener que escucharles en concierto. No lograron en ningún momento contentar a un público ávido de metal y hasta nos entraron ganas de ir al concierto de Muse.
Efectivamente no tenía puestas muchas esperanzas en Muse. Habían pasado otros cinco años desde que los vi por última vez en el Calderón y aquel grupo, a diferencia de Florence, no podía ir a mejor. Ya todo era declive. No obstante, y gracias a que tan solo tocaron unas pocas canciones de los últimos dos discos al principio, el concierto fue sorprendentemente bueno. Se notaron las tablas del grupo en el escenario y la elección de muchas canciones del pasado. El placer de canturrear a grito pelado canciones del Absolution o del Black Hole And Relevations es inalterable, incluso sabiendo que el grupo nunca volverá a ser como antes, pues se convirtió hace tiempo en un grupo de masas. ¿Me he expresado de una manera suficientemente pretenciosa y snob? Perfecto, eso pretendía.

La moral y las fuerzas de las tropas empezaban a flaquear, es normal después de más de 14 horas en el frente. Pero ahora no podíamos sucumbir, aún quedaba pelear una última batalla: Hot Chip y bailar “Over and Over” y “Ready for the floor” era una obligación. Si encima rematan la jugada con el “Dancing In The Dark” de Springsteen la actuación fue para ponerles un monumento. Las dos horas del suave dance de estos británicos fueron, sin dudas, el cierre perfecto de uno de esos días de Roskilde que nunca puedes olvidar.

Viernes 3

Después de la gran jornada anterior, necesitamos un poco de tiempo de relax para volver con las pilas puestas. Roskilde ofrece multitud de shows de diferentes estilos y eso es difícil de asimilar desde las doce del mediodía (más aún después de dos días de festival), teniendo de sacrificar algunos grandes shows como los de Kronos Quartet o Broken Twin que muy a gusto hubiéramos disfrutado.

The Tallest Man On Earth @ Roskilde Festival 2015 por Jackster
The Tallest Man On Earth @ Roskilde Festival 2015 por Jackster (cortesía de Solo-Rock)

Nuestra primera incursión fue para disfrutar de los catalanes Cabo San Roque, que se marcaron un show que no dejó a nadie indiferente gracias sobre todo a su espectacular ‘máquina’ musical fabricada, que incluso incluye viejas máquinas de escribir. Su música experimental fue todo un éxito para los allí presentes. Tras ellos, en el Arena Stage, el sueco Kristian Matsson, el hombre detrás del nombre The Tallest Man On Earth empezó su actuación junto a su banda siendo este su único concierto en un festival en toda Escandinavia, donde sonaron dieciséis temas con su estilo folk, que al interpretarlas con banda dieron un impulso aún mayor a sus canciones.

Del británico Kwabs solo se puede decir que verlo en un escenario pequeño fue un lujo. Tiene una carrera muy prometedora por delante con esa voz que se gasta junto a ese R&B futurista. “Walk” es su hit, pero demostró que tiene aún mucho por decir. Mientras en el Avalon, The Gaslamp Killer Experience (banda a la que da nombre un famoso productor alternativo de hip hop americano) sorprendió presentándose en el escenario como una orquesta de catorce personas con diferentes instrumentos: sitar, percusión y vientos entre otros, mientras él también se ponía a la mesa de mezclas. Una variedad de estilos magistralmente interpretados como si de un gran chef sonoro se tratara. Pura calidad que se desdibujo un poco en la recta final cuando él se quedó como único protagonista, perdiendo así parte de la gran magia que se vivió anteriormente.

Con Kendrick Lamar llego la fiesta al Orange Stage. El rapero angelino puso patas arriba el escenario principal. Allí gusta mucho este estilo musical y eso se nota. Diecisiete temas son los que sonaron incluyendo dos versiones: “Fuckin’ Problems” (A$AP Rocky) y “Hail Mary” (2Pac) e incluso se atrevió en un momento a rapear sobre el tema “Seven Nation Army” cantado por el público. Remató su gran trabajo en ese momento, despidiéndose para hacer un bis de dos temas.

Einstürzende Neubauten @ Roskilde Festival 2015 por Jackster
Einstürzende Neubauten @ Roskilde Festival 2015 por Jackster (cortesía de Solo-Rock)

Lo que no ha había visto en mis anteriores visitas al festival fue un retraso de una hora en una banda, algo nada normal. Los alemanes Einstürzende Neubauten salieron a escena para deleitarnos con nueve temas, cumpliendo en lo musical pero es cierto que esperábamos más de ellos siendo un grupo de culto tan influyente. El retraso seguro que pasó factura a la actuación (además de alterar los horarios de ese escenario el resto de la noche).
Con mucha energía salieron al escenario Run the Jewels o lo que es lo mismo, EL-P + Killer Mike para sembrar la locura y de qué manera. El Arena fue una fiesta enorme de Hip-Hop. Uno de los mejores shows que se pudieron vivir en ese estilo durante las cuatro jornadas (y eso es mucho decir). Enormes los neoyorkinos que demostraron el por qué están en boca de todos.

Nos dimos una vuelta por el escenario Orange donde Disclosure hicieron bailar a propios y extraños. Con apenas un disco (y otro en ciernes) ya les han dado galones de cabezas de cartel en el apartado electrónico. No juzgaremos si lo merecen o no, pero es evidente que cerca de cincuenta mil personas lo disfrutaron de lo lindo, con lo que el acierto de la organización parece evidente.

Lamb Of God @ Roskilde Festival 2015 por Jackster
Lamb Of God @ Roskilde Festival 2015 por Jackster (cortesía de Solo-Rock)

Cambio de rumbo para disfrutar de Lamb of God con los que llegó la energía más extrema de todo el festival. Con su groove metal nos demostraron que están en una forma increíble. Una hora y media de concierto incluyendo temas como “Descending”, que hizo su debut en esta gira a raíz de una petición. Demoledor sería poco para calificar su sonido con un Randy Blythe en estado de gracia en las voces, demostrando ser un frontman que se come el escenario.

Lo de los suecos Goat es toda una experiencia vital. La banda va vestida con máscaras y vestidos que les dan un toque misterioso, fusionando ritmos africanos con funky y rock psicodélico entre otros. Toda una fiesta junto a las partes vocales que beben de la música tribal africana.

Hablar de los daneses Mew es hacerlo de un grupo enorme en su país, siendo este mi tercer concierto en tierras de Roskilde. Con nuevo disco + – se atrevieron a tocar ocho de los diez cortes del disco entre los dieciocho que sonaron durante su concierto. Pero no dejaron de lado los temas que han jalonado su carrera y que tan sólo les han traído a España en una ocasión. A ver si algún promotor se apiada del resto de seguidores que no pueden viajar a Escandinavia para verles en directo. Buen cierre del escenario Orange.

Y a las dos y media de la madrugada aún teníamos un as guardado en la manga. Había que ver cómo se las gastaban los jóvenes norteamericanos Twin Peaks. Con su aclamado álbum Wild Onion y su sonido que mezcla garaje rock y power pop demostraron tener un show muy divertido en todo momento, cambiando de cantante en cada canción y derrochando pura actitud. Y así tras una larga jornada, regresamos a nuestras tiendas para coger impulso para el último día de festival.

Sábado 4

Los días fueron cayendo como fichas de dominó en una jarra de cerveza. De esa guisa llegamos a la última jornada del festival, con el paladar listo para más rondas de Tuborg bajo un sol que permaneció radiante de principio a fin. Se mantuvo la tónica de verano danés con aromas californianos, pieles bronceadas y el ya irremediable peso en las piernas. Atrás quedaba el recuerdo, a veces difuso, de tres días de música, sudor y lágrimas de risa. Era necesario aguantar, porque lo mejor todavía estaba por llegar.

La planificación del sábado tenía un objetivo claro: llegar con vida a Paul McCartney, sin duda, la mayor atracción del festival. Desde el primer bolo de interés de la jornada, All Pigs Must Die, hasta la presencia del ex-Beatle en el Orange había un espacio de ocho horas para mantenerse entretenido, una tarea nada complicada en la cuna del buen rollo. Primero, nos dimos un festín punk de cerdo agridulce, de ahí en adelante. Y sí, hicimos de hígado, corazón.

All Pigs Must Die @ Roskilde Festival 2015 por Jackster
All Pigs Must Die @ Roskilde Festival 2015 por Jackster (cortesía de Solo-Rock)

Aquellos que todavía pasaban estragos de cansancio transitorio no tuvieron más remedio que despertar con el incesable torrente de crust punk que nos brindaron la banda de Massachusetts, All Pigs Must Die. Cuánta energía desplegaron sobre el escenario del Avalon los antiguos componentes de The Hope Conspiracy (Kevin Baker), Converge (Ben Koller) y Bloodhorse (Matt Woods y Adam Wentworth). Batería aporreada con la ira de aquellos sonidos de suciedad mamporrera de los “Hellbastar” o “Amebix”, bajo de velocidad inquietante y la guitarra de eternos punteos. Capítulo aparte merece la voz de cuatro días de festival y ultratumba de serie B de Baker, por momentos eclipsada por unos instrumentos ansiosos por revivir a muertos y muertas al ‘caloret’ de un público sediento de sudor bailongo. El tema, “Primitive Fear”, del álbum de 2013, Nothing Violates This Nature, fue de los más aclamados.

Girl Band @ Roskilde Festival 2015 por Jackster
Girl Band @ Roskilde Festival 2015 por Jackster (cortesía de Solo-Rock)

Con los tímpanos clamando piedad y la garganta pidiendo algo de refrigerio, la comitiva española se dirigió al Pavilion guiados por el sugerente nombre de Girl Band. No, no había cuatro brasileñas moviendo las caderas para el deleite de los más necesitados. Por el contrario, encontramos a unos tipos de Dublín capacitados para mostrar una combinación lunática de metal y voz maníaca desacompasada de manera brillante en algunos momentos. Gustaron mucho estos irlandeses que poco a poco se han hecho un hueco en el mercado estadounidense a base de melodías emo-depresivas, por momentos, y rockanrolleras de ‘no me importa un carajo la vida mientras pasee a gusto esta actitud de no me importa un carajo la vida’. Aunque el vocalista estaba en ocasiones más preocupado por cómo lucía su cabello de chico bueno pero malo, esta ‘banda de chicas’ causó muy buenas sensaciones. Uno de los temas más interesantes fue “De Bom Bom”. Hubo lleno, momentos vibrantes y merecidos aplausos para el cuarteto.

Entrados ya en materia y animados después de haber visto dos buenas bandas en las primeras dos horas de la jornada, nos adentramos al Arena para presenciar a WhoMadeWho, daneses experimentados – y experimentales – que a buen seguro iban a aglutinar a un buen número de fans. Así fue, el trío desplegó un bolo de lleno hasta la bandera, categoría y elegancia. Los componentes originales, Tomas Høffding, Jeppe Kjellberg y Tomas Barfod, estuvieron acompañados por tres vientos (una trompeta, un trombón y un saxofón), un par de percusionistas más y unos coros (dos chicas y un chico) que elevaron su sugerente sonido a otra dimensión. Durante los dieciséis temas que entonaron, los daneses mantuvieron a la audiencia conectada todo el tiempo y el momento álgido llegó cuando dos bailarinas ataviadas con los mismos motivos que el resto de la banda (rayas marineras blancas y negras) se hicieron con el escenario. Sus movimientos contemporáneos casaron a la perfección con los sonidos con visos orquestales de WhoMadeWho. Ya tocaron en Roskilde en 2011, y desde entonces han sabido evolucionar. Cuentan con una de las descripciones de fórmula sonora más célebres del festival (el pop se encuentra con el disco en una habitación oscura) y en esta edición roskildiana han sabido dejar en segundo plano – sin perderlos- los ritmos más discos y han dado más protagonismo a la guitarra. El híbrido funcionó y la fiesta estuvo asegurada. Mención especial a los temas, “Ember”, “Running Man” y “The Sun”.

Con el ritmo cardíaco a tope tras varios movimientos de cadera, le llegó el turno a Benjamin Booker, estadounidense de guitarra descarada y voz desgarrada. Con 26 años de edad, ya se ha ganado los corazones de los incondicionales de los sonidos de garaje y el blues-rock, y es que Booker viene pisando fuerte. En Roskilde, este chaval de Virginia no dejó nada en el tintero y desplegó un concierto que mostró la esencia más pura de su música. Letras encadenadas con acordes veloces y un rollo ensimismado que le mantuvo con los ojos cerrados durante casi toda la actuación. Que viva la evolución del soul, el blues y boggie, porque el músico le tiene agarrada la medida a lo ancestral en estos tiempos que corren. Le ha dado una vuelta de tuerca al garaje y artistas de la talla de Jack White han sabido valorarlo. Aunque lleva tan solo tres años sobre los escenarios, Booker ha dado el salto a Europa, hasta allí se llevó la influencia de la Nueva Orleans donde reside. Le sobran tablas y talento a este joven que va acompañado por un bajista y un batería. En Roskilde, su karma de bourbon noctámbulo quedó bautizado con el sudor de aquellos que llenaron el Pavilion en busca de lo que encontraron: una guitarra de clase alta sazonada con una voz de cantina, y si no escuchen el último single: “Violent Shiver”. Chapeu, Mr Booker.

Nicki Minaj @ Roskilde Festival 2015 por Jackster
Nicki Minaj @ Roskilde Festival 2015 por Jackster (cortesía de Solo-Rock)

En toda familia hay una oveja negra al igual que en todo festival hay artistas en los que no se puede perder un solo segundo. A Nicki Minaj le salvó el hacer lo suyo en el escenario principal, el más que mítico Orange, antes de la llegada de Paul McCartney. Ahí se juntaron sus fans y los miles que aguardaban al exBeatle. Menudo derrape de la organización. Ponle dos tetas y culo de Kardasian a un amplificador y de ahí te sale este espécimen que no vale ni para coger coquinas. Música de plástico, playback de auténtico espanto, bailes absolutamente ridículos y una ristra de despropósitos que gustaron a algunos y dejaron atónitos a los que aguardaban a McCartney. Habrá sido la número uno en Estados Unidos con siete singles, habrá ingresado millones de dólares para estar en la lista Forbes y será la diva de nuevas generaciones con sus pelucas y trajes estrambóticos, pero a efectos musicales y por lo visto en el Orange, Minaj no deja de ser un producto de mercadotecnia barata. En fin.

Llegó el momento más esperado. El bolo anterior pasó a mejor vida y ya solo hacía falta prepararse para una experiencia real con un artista de verdad. Yes, sir. Todo comenzó con un carrusel de imágenes modo de collage en las pantallas del Orange. Mientras se ultimaban detalles en el escenario, de los altavoces salieron temas originales de los Beatles y algunas versiones. Todo esto sirvió para calentar motores al tiempo en que una audiencia paciente pero inquieta se puso en modo Paul. Y de repente allí estaba. La masa se disponía a ver a una de las personas más influyentes de la historia de la música. A sus 73 años de edad, Paul McCartney demostró tener ingenio, buen sentido del humor y una energía que muchos de los jovenzuelos que desfilaron por los escenarios de Roskilde hubieran querido tener. El sabio se colgó la guitarra, entonces comenzó el orgasmo más largo que muchos de los presentes hayan tenido jamás. Del “Magical Mystery Tour” al “The End” pasaron 39 temas y casi tres horas de placer absoluto. Hubo tantos momentos que daría para escribir una revista entera, sobre todo el repertorio de The Beatles, donde se incluyeron himnos como “Good Day Sunshine”, “Paperback Writer”, “The Long And Winding Road”, “We Can Work it Out”, “Blackbird”, “Lady Madonna”, “Let It Be”… El rastro de The Beatles quedó sellado con letras de oro en el Orange.

Paul McCartney @ Roskilde Festival 2015 por Jackster
Paul McCartney @ Roskilde Festival 2015 por Jackster (cortesía de Solo-Rock)

El momento más emotivo se vivió cuando a McCartney se le aguaron los ojos tras recordar a John Lennon. Su discurso caló hondo: “No dejes de decirle te quiero a esa persona”. Entonces, a modo de conversación entre ambos, comenzó a sonar “Here Today”, el sentimiento inundó a todos los presentes; y es que su emoción contagió. Se llegó a un silencio súbito roto por muestras de incontinencia adrenalínica. Las alrededor de cien mil personas que presenciaban el concierto tuvieron motivos de sobra como para dejar volar su imaginación y pensar en todo lo que rodeó una de las relaciones más intensas que se conocen en el mundo de la música. George Harrison también tuvo un momento para el recuerdo con “Something”, donde McCartney utilizó un pequeño ukelele, para posteriormente colgarse una de sus guitarras más míticas y seguir la acción.

“Live and Let Die” dejó atrás los sentimentalismos y enalteció a las masas con un espectáculo de fuegos artificiales que ensordecieron al propio artista. The Wings también coparon buena parte del concierto. No faltó “Hey Jude” y el himno multi generacional del ‘Nananana’ al final de la canción, cantado por los chicos, por las chicas y por todos al unísono a petición del propio McCartney. Cuando parecía que todo había terminado, aún quedaron siete canciones más. Fue una experiencia única. Cumplió con las expectativas y todos y cada uno de los presentes recordarán que en Roskilde 2015 fueron testigos de un concierto con mayúscula.

Es como si después de McCartney la gente se hubiera quedado sin fuerzas, pero todavía quedaba tralla de la buena. El experimento Africa Express creado por el componente de Blur y Gorillaz, Damon Albarn, dio cabida a decenas de artistas africanos que durante cuatro horas fueron desfilando por el escenario. El proyecto nació en tras un viaje de Albarn y Fatboy Slim a Mali. De ahí surgió la idea de promover la música y la cultura de la tierra, y de ahí a los escenarios de media Europa. La guinda al pastel la puso un Albarn completamente ebrio que tuvo que salir en volandas por un miembro de seguridad. Quería seguir con la juerga, pero después de tratar de alentar al público, no le quedó más remedio que ceder brindando unas imágenes que dieron la vuelta al mundo.

Con el cansancio haciendo estragos, todavía quedó tiempo para bailar al ritmo de la sesión de la media naranja de los XX. Jamie XX hizo de las suyas como DJ y logró alargar una fiesta que ya rezumaba aromas de despedida. Las parejas festivaleras se despedían con un “hasta el año que viene”, los amigos disfrutaban de los últimos coletazos luchando contra el sueño y la ebriedad, otros simplemente se dejaban llevar conscientes de que debían saborear cada instante, porque el Roskilde Festival 2015 estaba a punto de finalizar.

Y así fue, el telón se cerró con la gloria de otra edición inolvidable, con el placer de haber sido de nuevo uno de los puntos de encuentro más recomendables, con el sabor dulce de otra experiencia de las que crean escuela. Con el síndrome post-festival asomando la cabeza irremediablemente. Dios salve Roskilde.

Texto: Daniel Herranz/Manuel Moreno/Bernabé Cantero/Gonzalo Aguirregomezcorta
Fotos: Jackster

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