Jueves y viernes del Fuzzville!!!
Por 9 septiembre, 2015 10:390


Benidorm, ciudad de vacaciones. De vacaciones y de guiris. Guiris borrachos. Muy borrachos. Guiris muy borrachos y edificios muy altos. Muy altos y demasiado separados entre sí, formando un skyline que puede no tener nada que ver con el de Nueva York o Dubai, pero tiene algo. No sé si será la arquitectura, que se me pegó la embriaguez del turista o que simplemente soy un chico de barrio y me impresionan esta clase de chorradas. El caso es que cuando el bus me dejó en la estación, supe que mi estancia en Benidorm iba a estar interesante.
¿El motivo? El festival Fuzzville!!! #1: The Real Junk Party. Una suerte de reunión festiva para los amantes de la farra, la comida basura y por supuesto, el Rock n’ Roll en sus diferentes vertientes, tanto las más ruidosas como las más frescas y veraniegas. Traído de la mano de Baltimore Producciones, el sello estadounidense Burger Records y la colaboración de un porrón de sellos nacionales, el Fuzzville se ha convertido en uno de los eventos más sonados del underground nacional en lo que llevamos de año. Y parece ser que no ha dejado que desear.
A pesar de que la verdadera fiesta comenzase el dia 4, la noche del jueves ya se podían ver numerosas alimañas deseosas de ruido y sudor recorriendo las proximidades del paseo marítimo. Todas iban en dirección al pub Rockstar, un local que siempre recordaré por un caricaturesco Monte Rushmore de cartón piedra con los caretos de Hendrix, Lennon, Morrison y Presley al lado del escenario. Pero no todo fue blasfemia. La cachonda y punkarra representación local de Camión, el surf grasiento de Go!Zilla y los bailables sonidos de The Shivas hicieron de la noche un buen calentamiento para lo que vendría al día siguiente.
La primera noche acabó siendo bastante larga, pero recuperamos fuerzas y pusimos rumbo con un temporal bastante desfavorable a la Discoteca KM, que albergaba ya los conciertos de Phonocaptors y The Hex Dispensers, mientras la sala se iba llenando y la gente iba descubriendo las diferentes áreas del recinto. Fue un gusto ver llenos los puestos de sellos como Flexidiscos, Burka for Everybody, Boston Pizza Records o Holy Cuervo en el Fuzzmarket repletos de buen material. Y después de la primera vuelta de reconocimiento, llegó la primera bofetada. Islas Marshall se subía al escenario Junk Party para sacar un buen cubo Basura Blanca y dejarnos impregnados con ella. Una metralleta sonora que parecía diseñada por Fuzz y The Black Keys con una precisión y un ritmo frenético, pero con cabida para sonidos y riffs más pesados. La jornada empezaba a ponerse interesante.


Cuando Islas Marshall dejaron de aporrear sus instrumentos, los Dead Ghosts ya llevaban un rato subidos al escenario haciendo sonar su garage de corte psicodélico. Estos canadienses abanderados de Burger Records supieron hacer mover al público presente en el escenario Fuzzville, mientras la tarde terminaba y la lluvia empezaba a dar tregua. Pero los conciertos no daban descanso alguno.


Los siguientes, Biznaga. Uno de los grupos nacionales más aclamados en el último año por su disco Centro Dramático Nacional, que recoge la esencia de una sociedad infecta y decadente a través de melodías y letras ácidas y desgarradoras. Esa misma esencia pudo percibirse en todo momento de su actuación, con temas como Fiebre o Máquinas Blandas que dieron lugar a momentos como el grito al unísono de “¡Somos putas!” por parte de todo el público o que levantasen por los aires a varios miembros de la banda en numerosas ocasiones. Para un servidor, resultó una de las actuaciones más intensas del festival.
Tras esto, nos merecíamos un descanso, así que fuimos a dar otra vuelta por el mercadillo mientras disfrutábamos desde la lejanía de Allah-Las, cuyas guitarras reverberadas al más puro estilo sixties crearon la atmósfera perfecta para despejar las mentes sin caer en el apalanque. Aprovechamos para meternos un poco de junk food en el Fuzz Garden y nos encontramos a los Useless Eaters, que tocaban más tarde. Los chavales no paraban de flipar con Benidorm, a pesar de que tuvieron un par de episodios con ingleses ebrios y medusas en la playa, según nos contaban.
La conversación pudo con nuestro interés de ver a Terrier, pero sí que pudimos colarnos entre la muchedumbre asistente a The Pandoras, cuya aparición había que aprovechar, ya que era su única fecha en España. Con su primer tema en 20 años traído de la mano del festival y de el programa El Sótano de Radio 3 y con un repertorio de sus mejores éxitos, hicieron las delicias de los seguidores de una de las girlbands más famosas del garage revival de los 80.


Tras ellas, los ya mencionados Useless Eaters hacían su aparición cerrando el escenario Junk Party por esta jornada. El conjunto liderado por Seth Sutton, quien fuera “discípulo” del tornado creativo del punk estadounidense Jay Reatard, no se andó con tonterías, a pesar de tener un comienzo plagado de problemas técnicos con los pedales de efectos. No pasa nada. Cinta adhesiva y a correr. Los alzamientos entre el público aumentaron, y los pogos subieron de intensidad, resultando en un torbellino de violencia y mala hostia, fomentado por las letras y las melodías cuchilleras de los de San Francisco.
Por último, Doctor Explosion cerraba el escenario principal para aquellos que quisieran rematar el viernes descargando un último chute de adrenalina, antes de disfrutar de una buena Junk Session de punk a tutiplén de la mano de Djs como Ángel Bordini o El Siervo Thelemático hasta el amanecer. Mis compañeros de festival y yo fuimos dando tumbos por la sala, conociendo a gente interesante, buscando calor humano en cualquier rincón y disfrutando de lo que nos ofrecía un festival que no había hecho más que empezar. Al final, nuestros caminos se volvieron a cruzar con el de los Useless Eaters, y decidimos hacer un buen saludo al sol con una pool party improvisada en el hotel donde se hospedaban. Mucho apoyo para Seth y los suyos., que además de ser muy majos, se curraron un LP.


Texto y Fotos por Xus Arcas