El sábado del Fuzzville!!!
Por 12 septiembre, 2015 13:070


Las 15:30. Dulce resaca de sábado. Creo que a estas altura de la crónica aún no había comentado la odisea de 50 minutos en tranvía desde Benidorm hasta nuestro escondrijo en El Campello. Y sí, había que apurar la noche hasta que saliese el primer tren, pero eso no había supuesto ningún problema hasta ese momento, y menos con la que nos esperaba en el último día del Fuzzville. La noche prometía ser muy intensa y no íbamos a hacer ascos a terminar el festival como se merecía.
Un poco de fritanga bastó para llenar el estómago, así que cogimos los bártulos y volvimos a poner rumbo a la villa. El factor tranvía hizo que no llegásemos a ver La Moto de Fernán, pero bastó presenciar el último guitarrazo para saber que la tarde había empezado movidita y que los asistentes a la llamada de los de Benidorm habían disfrutado como locos.


Nos habíamos perdido un buen grupo, pero no pasa nada, ahí estaban Magnetix para compensar. Posiblemente, esta banda venida desde Burdeos, sea mi descubrimiento favorito de todo el festival. Equipados con una guitarra, una batería y un señor sintetizador Moog, el trío francés desplegó un torrente de temas e improvisaciones de corte surf-garage con una vuelta de tuerca, o varias. Como si un extraterrestre con esquizofrenia hubiese aterrizado en la playa y se hubiese montado un grupo para jamás volver a su planeta.
La siguiente parada, haciendo un descanso previo, fueron The Kids. Generalmente, cuando pienso en bandas míticas de punk que siguen dando conciertos en la actualidad, soy muy escéptico y no creo que puedan mantener la misma esencia. No estamos en el 78 y eso es algo con lo que hay que vivir. Sin embargo, todo ese escepticismo se esfumó a base de baile y sudor. Mucho sudor. Y es que la actitud que desprendían los belgas era altamente contagiosa, a pesar del contratiempo del cantante y guitarrista Ludo Mariman al romper dos cuerdas en al primera mitad del bolo. Temas clásicos de pinchada como This is Rock n’ Roll o I wanna get a job in the city no faltaron, e hicieron del concierto una máquina del tiempo a la edad dorada de este género que esputa nuestra rabia de dentro a afuera y lo canaliza en movimiento y cánticos eternos.


Nada más acabar, y aún con todo el hype en el cuerpo, nos movimos al escenario Junk Party para abrazar la música de Futuro Terror. La distancia fue el primer tema que escuché de esta banda alicantina, y mientras escuchaba algo se movía dentro de mí. Sabía que tenían algo, y pude comprobarlo en mis carnes. Letras encriptadas, de esas que se disfrutan escuchando y entendiendo poco a poco, envueltas en un punk contundente pero preciso con guitarras que parecen realizar el exorcismo del inocente demonio que todos llevamos dentro. El público estuvo revuelto durante todo el concierto, ejerciendo presión hasta el punto de sacar otra canción más, a pesar de que el controlador del concierto había marcado el fin. Después tocaba Jeff The Brotherhood en el escenario principal, y pudimos disfrutar del pesado contrapunto a tanto frenetismo. Pero por poco tiempo, ya que había que coger fuerzas para King Khan & BBQ Show. Y ello conllevaba alcohol. Concretamente, la ginebra más barata del paqui.
Una vez a tono, partimos hacia la llamada de éste atípico dúo que se debate entre las baladas garage más nostálgicas y el punk más primitivo y ofensivo. Uno de los aspectos que más expectación y apuestas había causado entre los asistentes previo concierto, era el atuendo con el que iban a salir los de Montreal. Al final, King Khan nos sorprendió con un impecable vestidito blanco y una peluca rubia y el señor BBQ con el clásico traje y antifaz de masoquista, con los pezones al aire, por supuesto. Creo que no hace falta decir que fue un concierto divertido, enérgico y de sonreír apretando los dientes con el puño en alto.


Acto Seguido, Juventud Juché ponía el broche a los conciertos del escenario Junk Party, un escenario que ha albergado actuaciones frenéticas y que pudimos disfrutar a base de golpes, gritos, y más de una caída. Una auténtica locura. Más tarde volveríamos allí para las pinchadas, pero antes tocaba sacudir los huesos por última vez en el escenario Fuzzville a ritmo de


Guadalupe Plata, un conjunto que siempre me había transmitido, pero que hay que ver en directo para sentir en plenitud. El blues más sentido y desgarrador, con el lamento casi delirante y febril de Pedro de Dios y un sonido y ejecución brutal de toda la banda crearon un ambiente tenebroso y fúnebre, pero perfecto para echar el último baile en un trance grandioso. Al acabar, el escenario principal se fue vaciando, y a la vez, la Junk Session daba comienzo y se llenaba de allnighters buscando la gran última farra. Desde el ilustre Diego RJ, directo desde El Sótano hasta Turista Bang Bang cumplieron con su cometido e hicieron rompersuela hasta el amanecer a todos los asistentes. Servidor incluído.


El Fuzzville deja muy buen sabor de boca en su primera edición, por qué no decirlo. Lo que parecía una propuesta muy interesante ha resultado en un festival intenso, ruidoso, familiar y repleto de actuaciones bastante memorables de un cartel muy digno y variado. Sólo queda esperar qué futuro le espera. Estaremos expectantes. Nos veremos pronto, Benidorm.
Texto y fotos por Xus Arcas
Reportaje fotográfico completo en Flickr: https://www.flickr.com/photos/xus_arcas/albums/72157656117156643