Crónica del concierto de Mucho e Inkeys en Murcia (sala 12&Medio)
Por 23 marzo, 2016 19:400


El Microsonidos sigue en Murcia, y el fin de semana pasado nos trajo a Mucho, un grupo que ha sorprendido a buena parte del panorama musical nacional (y es que su último disco, Pidiendo en las Puertas del Infierno, no sólo ha recibido halagos por parte de la crítica, sino que también ha enganchado a compañeros de profesión musical), y el grupo manchego venía acompañado de dos bandas murcianas: Lücky Dückes (a cuyo concierto no pudimos llegar por cuestiones de logística) e Inkeys.
Lo primero que me llama la atención de la disposición de Inkeys en el escenario es que es el bajista quien ocupa la primera fila en posición central (servidora no puede esconder su debilidad por este instrumento), lo cual, descubro más adelante, es todo un acierto y algo que deberían explotar más: la figura de su bajista.
Y es que el grupo hace alarde de una intensidad máxima desde el primer tema, lo cual nos hace preguntarnos si serán capaces de seguir así hasta el final. Y no es la intensidad lo que se descuadra, sino el sonido del grupo. Inkeys presentan una mezcla de estilos cuanto menos curiosa, alternando canciones rockeras con otras mucho más poperillas, e incluso algunas que remiten al funky, con bases electrónicas y una intro muy épica. Esto, sobre el papel, puede llamar la atención acerca del grupo, pero en el directo lo que hace es no terminar de engancharnos.
Inkeys están presentando su disco Catastrofía, pero sin embargo su sonido se vuelve más sólido y se les ve más seguros de lo que están haciendo sobre el escenario cuando deciden echar la vista atrás y tocar alguno de los temas más antiguos, en inglés y de corte más rockero. Lo mismo ocurre cuando es el bajista quien se sitúa frente al micro, y es que su voz tiene más presencia rockera y acompaña mejor a la dimensión instrumental (en el cual, por cierto, sí que se defienden como es debido, y es envidiable lo bien que parecen pasárselo sobre el escenario de la 12&Medio).
Finalmente, y aunque servidora comenzó recelando, mira a su alrededor y se ve meneándose en sintonía con el público. Inkeys han cumplido con su cometido, han animado el ambiente y han ido llenando la sala un poco más con cada tema. Cuando salen del escenario, se levanta la lona que cubre la batería de Mucho, nos acercamos hasta el borde del escenario y sobre él empiezan a aparecer sintetizadores como si de setas se tratara: Mucho están al caer.
La disposición de Mucho sobre el escenario de la 12&Medio nos evoca a la disposición que tiene un grupo que acaba de empezar en su recién adquirido local de ensayo, donde no caben muy bien y aún no saben cómo organizarse, y no a la que se puede presuponer a un grupo que acaba de sacar su tercer largo, el cual ha sido recibido con las mejores críticas por todo aquel en el mundo de la música.
Comienzan con una canción que nadie se esperaba: La primera luz del día, de su EP Grupo revelación, lo cual ya nos indica que en el concierto, pese a que predominen las canciones del último disco, no faltarán los temas de sus otros discos, lo que queda claro cuando tocan la archiconocida Más feliz sin televisión y el público empieza a ponerse las pilas, a moverse y a alzar las manos hacia la bola de espejos del techo en los estribillos.
Martí y los suyos viven sus canciones con una intensidad espectacular, los versos y los acordes brotan de sus dedos y sus gargantas, y llegan al público con una fuerza increíble, transmitiendo todo el mensaje de sus canciones, todas las indirectas contenidas en las letras de sus temas y que tanto les caracterizan (nos lo explican con el “oscuro futuro de bombo a negras” de Grupo Revelación y con la durísima Sucumbe el Universo).
Martí no logra cumplir su propósito para esta gira de no hablar en los conciertos, y no puede evitar llenar los silencios entre canciones con comentarios diversos. Resulta curioso ver al grupo en directo: con su último álbum han reemplazado las guitarras por sintetizadores, de modo que tres cuartas partes del grupo se encuentran ante uno o dos sintetizadores (librándose sólo el batería), pero aporta mucho dinamismo que los alternen con las guitarras eléctricas y el bajo de sus anteriores discos.
“Nos quedan dos canciones, hacemos un descanso y volvemos, ya si queréis quedaros y gritar es de ‘otra, otra’, es cosa vuestra, pero nosotros ahora volvemos. Pero vamos a crear aquí un ambiente de baile y tecnofollaca que no vais a querer iros.” La sala no se ha llenado, pero mirándolo con perspectiva resulta algo incluso positivo, dado que Martí no se equivocaba: antes del bis, calientan tanto el ambiente con Pidiendo en las Puertas del Infierno, que ansiamos que el descanso pase pronto y vuelvan al escenario para seguir bailando.
Cierran por todo lo alto con las más que ansiadas Nuevas Ruinas y Fue (tema favorito de una servidora), ambas del último álbum del grupo. Sin duda, el directo de Mucho merece la pena vivirlo, empaparse de lleno de sus sintetizadores, sus letras cortantes, y su ambiente de baile e intensidad sobre el escenario, sintonizando y vibrando con el público hasta la última canción.