Entrevista a Cosmen Adelaida: Acelerando
Por 27 julio, 2017 16:450


El estirón pegado por Cosmen Adelaida responde a un esfuerzo simpar por sumarse a la cabeza del pelotón pop. Y a buena fe que el resultado les da la razón: media hora nutrida con los momentos más emotivos y sembrados de entre toda su trayectoria, en los que ya no cabe hablar de influencias, sino de desafíos contra estas mismas. Sobre todo ello, nos da las claves Javi Egea, cabeza de león de los madrileños.
Primero, y antes de nada: ¿por qué vino motivado el cambio de line-up en el grupo?
En cuanto a Luis y Elisa, quizás deberían contar ellos por qué se fueron. Por un lado, Elisa necesitaba dejar el grupo por una cuestión de cerrar etapas en su vida. Cosmen Adelaida había significado mucho para ella, pero precisamente por eso entendía que era el momento de pasar página. Luis también vio que era el momento de irse, así que decidimos que lo mejor era seguir Nacho y yo, creadores del grupo e incorporar de nuevo a Marcos, nuestro primer bajista y miembro fundacional, e intentar empezar de nuevo junto con Seán, baterista al que conocíamos de otros grupos de nuestro entorno.
¿Qué ha supuesto la entrada a la batería de Seán Lynam y el retorno del bajista Marcos Domínguez en vuestro sonido?
En cuanto a los discos, nada, porque aún no han grabado. En los directos, Seán aporta una consistencia que le da mucha solidez a los mismos. Marcos tiene un estilo muy minucioso con el bajo, y también está haciendo coros que quedan muy bien. Así que el resultado total son conciertos mejores.
Un tema que me ha llegado mucho a través de su estructura es “Los hermanos Wright”. Es como si hubierais metabolizado con suma naturalidad la deriva experimental -esas guitarras abiertas-, con esa gran explosión melódica. ¿Fue algo premeditado?
Creo que debemos bastante a Elisa y a Luis en cuanto al principio de la canción, que tiene ese aire marcial que a mí me recuerda al “London Calling” de The Clash. Es un acierto cómo entra la guitarra de Nacho de esa manera arrítmica. Recuerdo que Nacho lo estaba tocando de esa forma arrítmica y Elisa le dijo “sí, justo así”, y a Nacho al principio le chocó que así valiera. Esto contrasta con el estribillo, y lo lanza aún más. Después Paco Loco añadió un aire al estribillo que a mí me recuerda a los Pixies, y esas guitarras con mucho fuzz y reverb que parecen trompetas, muy adecuadas.
¿Cómo surgieron temas como “2CV” y “Piranesi”? Lo siento, son una debilidad personal…
Quizás son temas que tienen en común esa cosa arty decadente, pero son muy diferentes.
“2CV” quiere hablar de amor en su sentido más radical: la pasión, tan conflictiva por lo que tiene de ajena a normas sociales. “2CV” es el momento en el que esta pasión supera al sentimiento de culpa que le impide expresarse tal y como es. “2CV” es ese amor que es tan de verdad que es amor prohibido, porque no puede serlo de otra manera, porque los prejuicios, las normas y las convenciones siempre son contrarias a la naturaleza primigenia del amor.
“Piranesi” es una canción construida sobre un texto muy literario, dentro de un universo surrealista que ya investigamos en canciones anteriores como “Inventario” o “Voces”. La particularidad esta vez es que decidimos darle un ritmo disco, y en esto tuvo que ver mucho Paco Loco. Este ritmo, intercalado por use estribillo iridiscente que le pusimos (al que Paco llama “estilo Ariel Pink”) y que ralentiza la canción a la mitad del tempo como si la metieses en una caja de música, encajó perfectamente. A mí me sorprendió muy positivamente. En cuanto a la letra, se trata de una especie de diario surrealista y tiene mucho que ver con Madrid.


Aunque se palpa una gran heterogeneidad en todo el disco, ¿hubo algún corte que os marcara el camino a seguir?
No creo que haya una canción que sea la más importante del disco. Sí que hemos visto que “Contra la pared” quedaba bien al principio, y que a la gente le gustaba, por eso va la primera. En cuanto al espíritu del disco, cuando terminábamos de hacerlo, vi claro que había algo que unía todo, y era una especie de alegoría vintage entre el Madrid de otras épocas y el que estábamos viviendo nosotros, el art decó de la Gran Vía o el post-punk de los 80 con la sed de futuro actual. Propuse que el artwork del disco fuese sobre las estatuas de los tejados de Madrid, pero preferimos centrarnos en el concepto de los dos caballos.
¿Cómo ha sido trabajar con Paco Loco?
No puedo decir realmente nada que no se haya dicho ya, por ejemplo, en el libro que ha editado hace unos meses, en el que la gente que ha grabado con él habla de su experiencia en el estudio.
Paco es una persona encantadora, bajo esa apariencia de profesor chiflado. Su principal virtud es generar un clima adecuado para la grabación, y a esto contribuye el entorno del Puerto de Santa María, su mujer Muni y hasta los perros que danzan por la casa.
¿Hasta qué punto ha influido en el desarrollo de las canciones?
Nunca habíamos tenido a un productor que entrase en las tripas de las canciones y las modificase acercándolas a su terreno. Ha sido una experiencia al principio aterradora (porque pierdes control sobre tus temas), pero el resultado final es muy enriquecedor.
Cuando escucho canciones como “El Final”, “Piranesi” o “El futuro”, me vienen a la mente sombras de The Cure o Décima Víctima. Sin embargo, me vienen por estar a la altura de las fuentes originales. Te lo comento porque el otro día Fernando de la Flor, de Gente Joven, me comentaba que se veía más como un fan. Sin embargo, creo que, en el fondo, os tenéis que dar cuenta ante el hecho de haber realizado algo excepcional. ¿Cómo funciona la percepción de vuestras propias creaciones?
Gracias por el piropo. Aquí cada uno tendrá su opinión sobre lo que hemos hecho. Creo que coincidimos en pensar que hemos hecho un buen disco. Yo creo que no se trata de que hagas mejor o peor música lo que te diferencia de artistas como The Cure, sino que es un tema de contexto. En todo caso, no puedes hacer mucho más que lo de siempre: expresar tus inquietudes creativas lo mejor que puedas e intentar que la gente lo aprecie.
Creo que, al igual que otros grupos como Chicharrón o Gente Joven, en cada nuevo disco que hacéis vuestras referencias están cada vez más borrosas. ¿Sois conscientes del desafío que es alcanzar una personalidad autónoma a fuerza de desprenderos de todas las que os han podido influir?
Es muy curioso el tema ese de “encontrar tu sonido” y también un dilema sin solución a mi juicio. Según lo veo yo, hay mucha pretenciosidad en esos grupos que se limitan a sonar de una manera concreta. Digamos los que se apuntan a la última moda lofi garajera, o los que han decidido sonar a una copia de New Order. Nosotros creemos que eso es limitarse, y vemos las influencias como una paleta de colores con la que puedes pintar tu lienzo, y las mezclamos buscando una identidad con todo eso.
Una cosa que creo que habéis potenciado es el aspecto lírico, más visual que nunca. Las palabras parecen brotar inseparables de la música. ¿Cómo ha sido el proceso de fundir letra e instrumentación? ¿Qué pesa más de las dos?
Creo que esto que mencionas es algo que hacemos mucho. La música de una canción suele ser una manera de expresar la letra que tiene, y a su vez la letra está inspirada en la música, todo va unido. Normalmente tengo en mente una melodía y pienso qué me inspira esa melodía y hago una letra con ella. Después la llevas al grupo y los demás suelen contribuir a ello, como en Hermanos Wright.
Diez canciones, menos de media hora. Casi un mini-grandes éxitos. ¿Tenías clara esta disposición antes de poneros manos a la obra con el disco?
Al revés. Cuando fuimos a grabar solo teníamos claras 8 ó 9 canciones, y pensábamos grabarlas y volver con más, pero durante la grabación vimos que tenía más sentido terminar allí las canciones que estaban como quien dice “a medio hacer” y sacar el disco así.
¿Qué nos deparará el futuro de Cosmen Adelaida?
Esa pregunta siempre me recuerda al principio de la melodía de Blossom.
Para después del verano estamos intentando hacer un par de vídeos y pensando en componer de nuevo. Ya veremos qué pasa, ahora mismo parece que hay muchas ganas. Seán y Marcos quieren grabar con el grupo. Personalmente seguiré haciendo canciones o lo que sea en el contexto que me permita expresarme.
Cosmen Adelaida han publicado Dos Caballos (El Genio Equivocado, 2017):