Crítica: Que baje Dios y lo vea de Curro Velázquez
Por 8 enero, 2018 23:270


Ayer vi Que baje Dios y lo vea y hoy os la cuento.
El monasterio de San Teodosio está a punto de ser convertido en parador nacional. Aprovechando que la media de edad de sus frailes es de 25 años (y que tienen algún hueco libre entre maitines y vísperas) intentarán salvar su hogar participando en la Champion Clerum, la competición futbolística más importante del mundo religioso.
Tras “Que Dios nos perdone” y “Señor, dame paciencia”, el cine español decide darle un nuevo papel protagonista al Altísimo en esta comedia que, para evitaros la sorpresa, sigue más la estela de la segunda que de la primera. Recoge un cúmulo de situaciones disparatadas y las adereza con chistes fáciles, frases recurrentes y estereotipos religiosos. Un hat-trick de desatinos. Triunfa el humor físico, eso sí. Se reparten unas collejas tan sonoras que da gloria oírlas. La gente se parte.
La película no tiene mucho más. El final lo conoces casi antes de que empiece. No se desvía en absoluto del camino esperado. Es el equivalente al fast food, versión cine. Casi puedes oír el encargo del guion: “Perdone, quería una peli número dos para llevar” “¿La quiere con extra de ordinariez?” “Sí, y póngame algún desnudo” “¡Marchando número dos!”.
En cuanto a los actores, destacan especialmente los secundarios. Actuar se les hacía poco, así que se lanzan sin red a una espléndida sobreactuación. Por su parte, los principales suponían un reclamo. Karra Elejalde lleva años consagrado como uno de los reyes de la comedia. El Langui es el Langui. Y Macarena García y Joel Bosqued… A mi parecer, son dos actores que guardan bastantes similitudes. Él tiene cara de niño con una mirada inquietante. Guarda una agresividad que no sabes cuando explotará. Ella tiene los ojos más grandes del cine español y llena un primer plano sin necesidad de decir una palabra. Y mejor que no lo haga, porque otra cosa que tienen en común es que cuando hablan, la cagan. Serían perfectos actores de cine mudo. No por casualidad el mayor éxito de Macarena fue con Blancanieves (muda). Lo que sí se trasluce es el buen rollo entre el reparto y eso genera simpatía.
La película no sacará más de una o dos carcajadas, pero se deja ver con media sonrisa. Para desconectar un rato. Tampoco creo que baje Dios a verla.