Nudozurdo, la contundencia del sonido elegante.
Nudozurdo, tras haber pospuesto su concierto del pasado mes de diciembre a esta nueva fecha en la sala Copérnico: sábado 20 de enero, nos presentaban su nuevo trabajo Voyeur amateur (2017) que confirma que son una banda sólida con un sonido que cala y traspasa más allá del circuito musical más purista.
La noche comenzaba con Disciplina Atlántico, la banda encargada de abrir boca antes del plato fuerte. Con un sonido cercano al rock punk intentaron, a parte de que comprásemos su disco, que disfrutásemos con un directo cargado de buenas intenciones pero al que le faltaba trabajo de fondo. Melodías planas y letras con poca enjundia de las que echábamos de menos que nos aportasen algo con más solidez musical. Todavía tienen una larga carrera a las espaldas y esperamos que poco a poco esos destellos de buenas intenciones se consoliden.
La Copérnico hasta la bandera. Llegaba el turno de los madrileños Nudozurdo que sin grandes artificios en la puesta en escena lo llenaban todo con su contundente sonido. Los tres miembros del grupo salían para deleitarnos con sus melodías cautivadoras y a su vez desgarradoras que hacen de su post-rock toda una experiencia.
Comenzaron con guitarra de 12 cuerdas y “Bronca” para seguir con “Golden gotelé” del Tara motor hembra (2011) y “Laser lover”, temas que fueron en progresión desde la calma hasta conseguir un torbellino sonoro donde el bajo y la batería cada vez tenían más presencia y empastaban a la perfección con los punteos de la guitarra de Leopoldo. Ahora sonaba “Bondage Belcanto”, tema en el que destacan los maravillosos riffs de guitarra y las modulaciones de la voz que disparan la canción hacia lugares oscuros y brillantes al mismo tiempo. “Ha sido divertido” nos transportaba a Sintética (2008) un tema que deja a un lado el rock más experimental para a golpe de acorde conseguir un corte enérgico y en el que todo el mundo se une a entonarlo. Disfrutamos de “Mil espejos”, una de sus canciones más reconocidas y en la cual pudimos disfrutar de las largas melodías instrumentales en las que bajo y guitarra se entrelazan de forma sutil y que generan esos contrastes rítmicos y sonoros característicos de la banda. El punto álgido del concierto con “Voyeur Amateur”, corte característico por un sonido más ensuciado por parte de la guitarra y una base de bajo muy potente para pasar a la calma con temas más intimistas como “Estás tan perdida”, una balada rock con una letra de lo más evocadora y una instrumentación más orquestal.
Llegaba el fin del directo con sus temas más experimentales en los que las armonías fluyen con cierto aire de psicodelia. “Dosis Modernas” y “La ruta de los Balcanes” daban fe de ello. Culminaron un concierto parco en palabras por parte del grupo, un par de gracias en dos momentos puntuales, pero muy generoso en su sonoridad particular que tanto los identifica y hace de Nudozurdo una propuesta de claros oscuros melódicos interesantísimos.