Crítica: The Party de Sally Potter
Por 24 febrero, 2018 1:490


En un acto de socialización y de gusto por compartir la experiencia fílmica en una sala de cine, un grupo de amigos, con el ojo entrenado en estos menesteres de la cinematografía, decidimos ir a ver The Party y hoy en nombre de todos os la cuento.
The Party, es la comedia que firma Sally Potter y que desde el título juega con el humor y el doble sentido, no desvelaremos más. Un grupo de amigos de la clase alta inglesa se reúne para celebrar el nombramiento de Janet como ministra del gobierno. Lo que se preveía como un acontecimiento para la celebración y el disfrute, deriva en una situación de lo más catastrófica.
Setenta minutos es la duración de la cinta, y para que más, si estamos en la era de la narrativa audiovisual donde menos es más. Potter va a lo concreto, sin rodeos, con unos diálogos ácidos muy bien hilados que van a dar en la diana de la sociedad inglesa. Arremete con todos: feminismo, maternidad, política… En definitiva, y parafraseando a un buen amigo, es una película dogma que se ríe del dogma y de la seriedad con la que se suele llevar.
Es una película muy teatral, no es de extrañar que se produzca el salto de un medio al otro. Escasa de localizaciones y rodada en blanco y negro, donde lo que destaca son las interpretaciones magistrales por parte de los siete protagonistas de la historia. La narración se apoya mucho en la música diegética. Los personajes son los encargados de amenizar la “fiesta” con diferentes estilos musicales, pasando por música clásica, rock and roll, o ritmos cubanos. En cierto modo podríamos decir que la música es un personaje más, hace de colchón de la comedia y ayuda a generarla.
The Party nos muestra y demuestra que no es oro todo lo que reluce. Los personajes son como un regalo; muy bien envuelto en papel bonito, un lazo bien pomposo… pero que cuando le quitas el envoltorio, tachan, no es el regalo que esperabas. Unos individuos que hablan más de la cuenta, y que sus ideales van quedando en entredicho con sus actos y actitudes. Vamos, muy en la tónica de lo que vemos en nuestro día a día.