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Crónica del concierto de Triggerfinger en Sala Nazca (Madrid)

Por Lola López 0

No eran ni las 8 cuando ya estábamos en la puerta de la Sala Nazca de Madrid, helados y preguntándonos si vendría mucha gente. Mientras esperábamos que los porteros se apiadaran de nosotros y nos dejaran entrar para refugiarnos del frío de la capital, cavilábamos acerca de cuánta gente vendría: Triggerfinger han venido a España por iniciativa de Cooncert, la plataforma de convocatoria de conciertos en la que son los propios fans los que proponen y votan qué grupos quieren ver. Los dos conciertos de la banda belga en España han salido adelante, por tanto, por iniciativa popular, cosa que se reflejó en su setlist y en el público de la sala.

Salieron Viven a escena y con los primeros compases de concierto ya nos conquistaron. Con toques de rock progresivo mezclado con estilos más pesados como el stoner y el heavy metal, los barceloneses hicieron un concierto dinámico y fresco que incluso se quedó un poco corto para nuestro gusto. Pese a tener un sonido de lo más complejo y cañero, sus temas tenían un giro moderno y eran aptos para todos los oyentes. Nos encantaron sus melodías que nos recordaron a grupos de corte, nos arriesgamos a decir, incluso más indie-pop como Nunatak, donde la épica y la energía son los protagonistas. Su setlist estuvo lleno de temas de su disco ‘El Solitario’, pero por lo que podemos saber, su segundo álbum está en proceso, así que estaremos muy atentos a lo que nos enseñen Viven.

Tocaba el turno de Triggerfinger. Salió Mario Gossens a deleitarnos con unos ritmos de batería mientras aprovechaba para ajustarla a su gusto y la sala terminaba de llenarse. Los belgas demostraron ser todoterreno y tocaron con el equipo que Viven les habían dejado. “Wollensak Walk”, tema que cierra su disco más reciente, ‘Colossus’, sería el encargado de calentar el ambiente a modo de intro del concierto, que daría el pistoletazo de salida con una triada de lo mejor de sus últimos trabajos: “Upstairs box”, “And there she was, lying in wait” y “By absence of the sun”. ¿Se puede empezar un concierto de mejor manera? Los clásicos de los belgas estaban ya llamando a las puertas de la Sala Nazca y entró en escena First Taste, que cerró de un portazo. Ésta sería la única incursión de ‘What Grabs Ya?’, su segundo álbum de 2008, en el setlist. El siguiente turno era para los singles de los últimos discos, así que cayeron, sin hacerse de rogar, “Flesh Tight” y “Perfect Match”.

Triggerfinger llegó a la Sala Nazca con la seguridad de tener delante a su público. Como era de esperar, el setlist que escogieron fue directo a hacer las delicias de los fans más acérrimos. Se permitieron arriesgar y dejar fuera del repertorio los temas más conocidos, aquellos más festivaleros, precisamente por eso: esa noche no tenían que enganchar a nadie entre el público sino que sabían muy bien que la gente que estaba en la sala había ido a verles a ellos.

Había que ir bajando el ritmo y “My Baby’s got a gun” fue la canción idónea para eso: la tensión y la subida infinita de sus largos 10 minutos hipnotizaron al público, toda una muestra de lo que son capaces de hacer cuando enganchan a su público, y es que Ruben Block es un frontman con tanto carisma como los estampados de sus trajes. Acabábamos de pasar la primera mitad del concierto y los belgas empezaba a preparar el colofón final, que venía de la mano de “Black Panic”, uno de los temas más potentes de su ‘By Absence of the Sun’ y “Bring Me Back a Live Wild One”. Como no podía ser de otro modo, contando con un batería como Gossens, el solo de batería descabellado y frenético fue parte del show, pero en este caso sus compañeros Ruben y Paul le acompañaron para añadir un extra de percusión y aportar un toque de cordura. Por si quedaba alguien en la sala que tuviera frío, dispararon “All This Dancin’ Around”. Ruben Block, con el bajo al hombro, se despidió del público madrileño avanzándonos que el cierre del concierto se acercaba, así que soltaron “Colossus”.

Ante la insistencia de público, al que le supo a poco el setlist escogido, el trío salió a brindarnos “Afterglow”, el corte más cuidado y especial de ‘Colossus’. Para culminar, y siendo Triggerfinger conocidos por su afición a las versiones, la guinda de la noche la puso la interpretación de “Man Down”. Sí, sí, la de Rihanna, pero al estilo Led Zeppelin, porque Triggerfinger son como una suerte de Rey Midas: todo lo que tocan se convierte en stoner.

Texto por Chechu Díez y Lola López

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