Crítica:”Bajo el mismo techo” de Juana Macías

Ayer vi Bajo el mismo techo y hoy os la cuento.

Un matrimonio bien avenido se compra un casoplón. Vale cienes y cienes de euros pero no es problema. Entre los dos se hipotecan y listo. Pasan los años y el marido cenizo, aburrido y sin aspiraciones no presta la menor atención a la flor de primavera que es su esposa, por lo que esta decide divorciarse de él. Hace bien, realmente él es un cenizo. La cosa es que esto llega en mitad de la crisis inmobiliaria y su casa ya no vale lo que pagaron por ella. Hasta que el mercado se recupere y puedan venderla, tendrán que vivir juntos bajo el mismo techo.

Parece la premisa de una peli de Steve Martin, pero no. Se trata de la nueva comedia (¿?) de Juana Macías, que cuenta con Jordi Sánchez y Silvia Abril de protagonistas. Ambos actores parecen garantizar que vayamos a pasar, al menos, un rato agradable. Yo que sé. Unas risas frívolas, algún chiste simplón y eficaz. Pero, como siempre, no todo es lo que parece. Ni una sola broma tiene gracia. Nada. A pesar del empeño de los pobres humoristas, los diálogos carecen de chispa.

El film tiene una estructura de tráiler. Las secuencias son excesivamente rápidas, apenas hay alguna que supere los dos minutos, concebidas exclusivamente para enlazar los contados gags. Las situaciones son surrealistas, pero no lo suficiente como para divertir o siquiera entretener.

No esperaba que esta película redefiniera el género, pero sí un poquito más de nivel. Decepciona.