«La madriguera dorada», de Cătălin Partenie
Por 8 noviembre, 2022 11:300


9.0
Resulta difícil escapar del encanto y la admiración que produce leer una novela con denominación de origen rumana. Del hiperbólico Mircea Cartarescu al Kafka rumano, Ádam Bódor, estamos viviendo unos años de publicaciones, sencillamente, imprescindibles para entender por qué desde los países de Europa del Este la seriedad con la que se toman el acto de escribir está por encima del resto del planeta. Dicha ley no escrita se vuelve a cumplir con “La madriguera dorada”, en la que su autor, el rumano Cătălin Partenie, nos sumerge en un relato escrito con fluidez de altos vuelos y un mimo especial por equilibrar toda la narrativa incluida. Todo siempre a lo largo de una bocanada de palabras alambicadas entre el humor agridulce y la emoción latente por un estado de ánimo consecuente al contexto en el que discurren las vidas de los personajes: el ocaso de la dictadura de Ceausescu.
Dentro de dicho marco temporal, viajamos hasta finales de la década de los ochenta, donde seremos partícipes del tránsito vital de tres seres excepcionales, melómanos en una era de descubrimiento tardío del rock ‘n’ roll tras el Telón de Acero. Los protagonistas son Paul, Fane y Oksana. Adolescentes en un lugar concreto donde ya te hacías mayor con veinte años.
La ambición conjunta por montar un grupo de música nos va a llevar por un camino de encrucijadas, soldado a través de un brillante encadenado de diálogos; sin duda, una de las grandes virtudes de Cătălin Partenie, que demuestra tener pulso de cirujano a la hora de dar vida a sus creaciones por medio de los diferentes cruces personales que se van dando a lo largo del guion dispuesto. El mismo en el que la voz de Fane y compañía suena siempre dentro de una simbiosis única entre emoción interiorizada y humor esbozado con naturalidad desarmante. En base a la facilidad con la que el escritor rumano nos adentra en el marco de cada escena planteada define una perspectiva tremendamente cinematográfica de una novela de falsa apariencia menor que está pidiendo a gritos una adaptación cinematográfica. Eso sí, que no sea Netflix, por favor.