«Este grupo se llama R.E.M.» de Peter Ames Carlin

Resulta complicado encontrar un grupo que, hoy en día, esté tan olvidado como R.E.M. En relación a la descomunal dimensión creativa que llegaron a atesorar en los años ochenta y noventa, cuando facturaron, al menos, siete obras maestras entre más de una decena de LPS de los que todos aportan sustancia a una catedral del pop, justificadamente, reivindicaba en este ensayo colosal, obra de Peter Ames Carlin.

Con este título el periodista neoyorquino nos ha brindado un documento que, en cierta manera, funciona como lo hace “Canciones que te salvaron la vida” a la hora de hablar de The Smiths. Porque esto no es una biografía al uso, sino todo un recorrido emocional a través del mayor valor de toda su trayectoria: haber creado un ramillete de canciones que traspasan el contexto temporal de su época para convertirse en trozos de vida que nos acompañarán para siempre, tal como pasó en su momento con “Fall On Me”, “Losing My Religion”, “Pretty Persuasion”, “Pilgrimage” y tantas otras que han ayudado a conformar un mural inabarcable de melodías inmortales.

Para poder entender la relevancia de un grupo con una idiosincrasia tan particular como R.E.M. es necesario viajar hasta su ADN, conformado en torno a la ética post-punk colorista de Athens, Georgia, tierra de Devo, Pylon o B52’s. Ejemplos harto representativos de una manera de destacar por saltarse los renglones de actuación habitual y convertirse en flores extrañas, que, tal como sucedió en el caso de los Michael Stipe y compañía, incluso, llegaron a alcanzar una fama totalmente inusual para un grupo con su idiosincrasia, marcada por la experimentación en torno al más difícil todavía: encapsular su versión paralela del rock undergorund del momento en píldoras pop de perfección sublime. Y eso, a través de referencias que van del gótico sureño a David Lynch, pasando por Big Star, el folk, The Byrds, Patti Smith o Wire.

No hay puntada sin hilo en este ensayo de intensa poética subyacente en todo lo narrado. Sin duda alguna, un tesoro no sólo para los amantes del grupo, sino para quienes quieran comprender por qué el indie norteamericano de los años ochenta fue una de las épocas más sustanciosas que nos ha regalado la historia del pop.