Granapop 2011, un festival cercano
Por 15 octubre, 2011 14:511


El viernes 7 de octubre tuvo lugar el festival solidario Granapop. Fue la primera vez que visité la mítica sala Industrial Copera, una sala muy amplia, que contaba con dos plantas y una iluminación y sonido excelente. La apertura de puertas fue aproximadamente a las 21:00.
El festival no contó con muchos asistentes, pero los pocos que estuvimos allí lo disfrutamos como críos. Los grupos se involucraron muy bien en la labor solidaria y pusieron en escena un espectáculo poco igualable. La sala, el ambiente, le daba al festival un aire muy humilde; los grupos muy cercanos a los fans dejaron caer más de una vez lo cómodos que se hallaban en esta ciudad y el buen trato que habían recibido.


A las 21:30 comenzó el grupo granadino Royal Mail, que canción por canción fueron impactando cada vez más a los que nos hallábamos allí presentes que con canciones cantadas en inglés nos hicieron introducirnos en esa atmósfera que crearon desde un primer momento. A mí me recordaron a Sigur Ros. Los jóvenes Royal Mail se atrevieron a hacer una versión de las grandes; la canción elegida fue el clásico Sweet Child O’mine de Guns n’ Roses. Con su estilo ambiental consiguieron versionar esta canción que tomó un carácter simpático y bailongo.
Tras cuarenta minutos aproximadamente de espectáculo, culminó su tiempo a las 22:10.
El siguiente grupo en subirse al escenario tras quince minutos de descanso con buena música fue Ruidoblanco. Un impecable comienzo de los catalanes dio lugar al, para mi gusto, mejor concierto de la noche. Unas voces impecables compartidas entre el cantante principal, Salva, y la teclista, Cris, hicieron de la velada una inolvidable noche que me llevó al recuerdo de los mejores días de Los Piratas. Este grupo ha colabora en su disco con Iván Ferreiro, y no me extraña, tanto la calidad de su sonido nítido, como el parecido de sus voces rasgadas, harán de esa unión una maravilla. El grupo contó con el auge de los asistentes de la noche. La sala, más llena que anteriormente y posteriormente pudo disfrutar de un espectáculo tanto con baladas como de rock and roll de los buenos tiempos. Los barcelonenses anunciaron la salida de su primer disco el día 11 de octubre, martes, disco que, seguramente, sea una pena no mostrarle unos minutos en escucharlo.


Tras un breve descanso de no más de veinte minutos, (vaya fresquete hacía en la calle por cierto) llegó el momento de Proyecto Solaz. Los almerienses subieron al escenario con ganas de animar al pueblo y hacerlo bailar, aunque fue durante este concierto cuando menos asistencia había en la sala. La voz de la cantante, María Martínez, impresionó a la mayoría de los asistentes, a pesar de su estridencia. Desde mi punto de vista era el grupo que más se salía del cartel de esta edición del Granapop, debido a su música siniestra y electrónica, pero le dio un aire mágico a la noche por igual. Proyecto Solaz, para quien no lo conozca, ya compartió cartel con Nacho Vegas, Standstill o Vetusta Morla, y puede que sea una de las promesas del pop rock nacional del año 2012.
Magnética fueron los siguientes en subir al escenario. Con un pop fácil y pegadizo, los madrileños tocaron canciones que consiguieron caldear el ambiente. Un poco de bailoteo mezclado con baladas sutiles transformó la sala en una mágica pista de baile, más imaginaria que real, ya que el público no estuvo muy animado durante toda la noche.
Al final de la noche, no sé cómo exactamente, llegó a mis manos un disco de Magnética, y al día siguiente, a mi radio. He de decir que me gusta más su disco que su directo, y también que su disco es genial, muy animado.


El último concierto al que asistí esa noche fue Mucho. Casi todos sabemos que está formado por la mayoría de los componentes de The Sunday Drivers, y, la verdad, estaba deseando ver en directo la puesta en escena de este nuevo proyecto. La experiencia se notó, se notó mucho. Canciones más rocanroleras que poperas demostraron todo el encanto que podían proporcionar. Además, consiguieron divertir al público durante la representación de sus canciones y entre los espacios entre estas. Con bromas sutiles (y no tan sutiles) consiguieron sacar más de diez carcajadas al público.
Los toledanos se atrevieron a versionar una canción de Neil Young, el título de la cual lo desconozco, que fue una verdadera maravilla.
Desgraciadamente no pude disfrutar ni de San Marcos ni de Stone Pillow, pero a quien lea esto pongo por testigo que, si alguna vez vuelven a Granada no volveré a perder la oportunidad de oírlos; de todas formas he oído por ahí que Stone Pillow tocan con Lentejas los Viernes en Febrero, así que ya sólo me queda que San Marcos marque una fecha por alguna capital andaluza.