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Épicos M83

Por Ross Gallagher 0

M83 en uno de sus conciertos esta gira. Fuente: facebook grupo.

Primeras filas de la Riviera, cerveza en mano, y mucha expectación después de casi cinco meses de espera.

Luces apagadas, música ambiental de encuentro mágico en la cuarta dimensión y una aparición encima del escenario, garras de pájaro y cara de extraterrestre. Así empezaba un concierto en el que épica, capas de sonido electrónico y mucho contenido bailable fueron la nota predominante.

Intro y su “carry on” coreado empezó a configurar un arranque demoledor de concierto. Morgan Kibby, que se ocupó de hacer las voces femeninas a lo largo del mismo, de un modo notable a veces, aceptable otras tantas, sustituyó en esta canción a  Zola Jesus. A continuación empezó a sonar Teen Angst, con su característica melodía de sintes, la cálida Graveyard Girl y culminando en la gran Reunion, uno de los puntos fuertes de su nuevo disco y que resulta terriblemente coreable y emocionante en directo, de esos momentos que al terminar recuerdas y justifican el precio de una escapada y un ticket para un concierto.

Reseñar además el buen trabajo de la iluminación, que ayudaba a que la actuación se desarrollara en la ambientación “soñadora” y bailable deseada, a lo cual contribuía un Anthony González que ya se había dirigido un par de veces al público para agradecer la asistencia al concierto y animar al personal y una banda -guitarra, batería y teclista- que lo daba todo encima del escenario.

Tras este comienzo demoledor, la cosa afloja un poco; prosigue con la movida Sitting, que sirve de enlace con Year one, one UFO y esta a su vez da paso a We own the sky, versionada  para darle un final más bailable, rápido y con más bombo que la original.  La fiesta que era aquello continuó con Steve McQueen, más épica de uno de los mejores temas del último disco.

En ese momento es cuando comienza el momento más introspectivo, con la deliciosa Wait, seguida de un cover de Daft Punk, Fall, bastante prescindible ya que muchos grandes temas de su discografía quedaron en el tintero en un concierto que duró apenas una hora y veinte; acto seguido The bright flash como puente al momento que todo el público estaba esperando; Midnight city, el gran hit que presumiblemente le ha llevado a agotar una sala como la Riviera y que provocó que toda la sala se pusiera a bailar, momento empañado por el saxo que marca el final de la canción, que empezó a sonar para luego desaparecer completamente engullido por el resto de melodías.

Justo antes de irse a los bises, cerró con otro tema del ‘Before the dawn heal us’, A guitar and a heart. En ese momento, dedos cruzados ya que sabía que era el momento que tocarían Don’t save us from the flames, si es que estaba dentro de la programación sin embargo, decepción, no la tocó y saltó directamente a Skin of the night, que era el momento idóneo para el lucimiento personal de Morgan Kibby, que no lo llegó a aprovechar todo lo bien que me hubiera gustado a pesar de cumplir su papel. Tras esto, estalló Couleurs, que se tradujo en siete u ocho minutos de música electrónica para cerrar la actuación en un éxtasis bailable.

Tras esto aplausos, símbolos de corazoncito con los dedos que tanto se estilan últimamente, una despedida y la sensación de que M83 está a un hit de convertirse en una banda de pabellón más que de sala, sobre todo si sigue con este tipo propuesta capaz de llegar al público más digamos, casual, ( y es que sobre todo en partes traseras, en muchas canciones el murmullo de conversaciones era evidente) y a aquellos que buscan un concierto tremendamente bailable y divertido. Particularmente salí encantado, aunque bien es cierto que pienso que tienen margen de mejora y espero poder repetir a lo largo de este año y ver qué pueden ofrecer en próximas ocasiones.

Añadir además una nota sobre el telonero, Porcelain Raft, interesante proyecto de Mauro Remiddi que salió al escenario en solitario para defender las composiciones de su disco ‘Strange Weekend’, sin lograr plasmar en el poco tiempo que dispuso lo que ofrece en la versión digital, aunque canciones como Drifting in and out o Unless you speak from the heart bien merecen una oportunidad.

 

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