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La chica pop que regresó de América

Por Violeta Camacho 0

Violeta Camacho
Violeta Camacho
Zahara: cine, humor y música.

No recordaba la última vez que la vi. Supongo que cuando se trata de algo traumático (no por su concierto, sino por lo que supuraba dentro de mí) la mente te convierte en un muñeco de trapo, incapaz de atrapar experiencias. En ese estado terminas por servir tan solo para regresar al “suicidio universal” que pregunta a lo inerte del nosotros. Tres años después y con todo lo que empezaba en ese entonces, hoy a toque de queda, terminé un miércoles frente a la puerta del Teatro Cajasol (sala Joaquín Turina) con la sonrisa forzada tras la amenaza de nieve en la capital hispalense.

La cita era inusual, no se trataba de un concierto, sino de la presentación de una película acompañada por las canciones de su último disco, la Pareja Tóxica. Un cortometraje estereotipado hasta la saciedad en una clave irónicamente catastrofista, a lo virginalmente suicida aCoppolado. Tras terminar, Zahara apareció envuelta entre barras y estrellas, vestida con el uniforme de animadora oficial de la mujer América, por la puerta de atrás. Así empezó el concierto. Con el “Universo” inquietante, trasladado a un acústico crudo que rasgaba entre las vísceras para invitarte a sumergirte en un viaje con el “General Sherman” a la Luna.

por Violeta Camacho
por Violeta Camacho
Como la noche se había enmarcado en observar las diferencias del antes y el después puedo decir algo trascendental que no pasa todos los días: Zahara me sorprendió. Ha pasado de ser una joven tímida y casi incapaz de mirar al público, a ser una chica pegada a una guitarra que se atreve a mezclar humor y canciones que aniquilan las ganas de estar bien. Describía un “Lugar donde va a morir el amor”, en un “Invierno” atormentado para aquellos que tienen lejos a personas que te remueven el cerebro. En esa fragilidad, también había experimentos con la voz que provocaban a los poros de tu piel a despertar.

En el vaivén de la risa tonta y la letra afilada surgió una interacción con el público que despertó todos los sentidos de los espectadores. En el estribillo de “Mariposas” pidió la voz ajena para acompañarla en un final en el que se mezclaron graves, carcajadas, agudos e inesperados gritos que absorbieron la cobardía de personas, que sentadas, disimulaban sus ganas de cantar por lo que representa estar sentado en un concierto. Así apareció la versión acústica (y muy sensual, también hay que decirlo) del tan conocido “You’re the one that I want” de Grease.

Después de eso tan solo quedaba una parte final, el cuerpo pedía la parte de Zahara que faltaba, la que dolía, la que a la mayoría nos llevó allí. Un “Funeral” de “Camino a LA”, con cierto “Olor a Mandarinas” a capela, de manera íntima. Pero todos pedían lo que hacía años no ocurría, un “Con las ganas” que resquebrajara todo lo que habíamos construido para un “estar bien” para todos. Ella explicó que lo hacía por todos aquellos que habían acabado su noche allí por el deseo de satisfacer a su otra mitad. Y ocurrió, cantó ese conjunto de palabras arrastradas que enrojecían cada uno de los aparatos locomotores. Así terminó, un concierto, que puede ser muchas cosas, pero sobre todo repasó todo en lo que Zahara se había convertido en estos años, en una gran profesional, que también, aunque pueda parecer mentira, tiene un corazón que late debajo de esa Z cosida en un uniforme ensangrentado.

SET LIST
Película El leñador y la mujer América
• El universo.
• La mujer mayúscula y el mar.
• General Sherman y cómo Sam Bell regresó de la Luna.
• El lugar donde viene a morir el amor.
• Del invierno.
• Somos frágiles.
• Pregúntale al polvo.
• Mariposas.
• El leñador y la mujer América.
• Versión You’re the one that I want de Grease.
• Funeral.
• Camino a LA.
• Olor a mandarinas.
• Con las ganas.

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