Esta semana comienza el Contempopránea: Claves para disfrutar del festival
Por 15 julio, 2019 12:000


Este jueves se inicia la vigésimo cuarta edición del festival más añejo del indie estatal. La localidad de Alburquerque albergará en las laderas de su Castillo de Luna un encuentro musical de tres días encabezado por artistas como Zahara, Viva Suecia, El Columpio Asesino o Carolina Durante, entre otros.
Tanto si es la primera vez que acudes como si eres un sospechoso habitual en el evento extremeño, te vendrá bien esta especie de guía para el Contempopránea 2019, con claves para sacarle el máximo rendimiento a tu visita al festival. El pueblo de Alburquerque se sitúa al norte de la capital pacense y a pocos kilómetros de dos fronteras: la provincial con Cáceres y la internacional con Portugal. Como buena villa del interior peninsular, sufre de temperaturas abrasivas en verano durante el día, con una marcada caída durante la noche. Por ello, es conveniente venir preparado para ambos extremos: ropa fresca y cómoda para combatir el sol y una “rebequita” para cuando refresque. A la hora de dirigirse al recinto de conciertos, se recomienda llevar la típica mochila o bolsa de tela (complemento 100% festivalero) con la prenda de abrigo preparada y, de paso, el estuche para guardar las gafas de sol.
Si optas por descansar en el cámping del pueblo, recuerda venir con el saco de dormir, aunque tengas que echarlo a un lado en cuanto salgan los primeros rayos de sol. El sueño será placentero en la zona de acampada, pero entendiendo que uno está de festival, puede que se haga corto. Siempre es bueno completar el descanso tumbado en una toalla sobre el césped de la piscina, justo al lado del cámping y de precios populares. De hecho, desde hace pocas ediciones, la piscina de Alburquerque se ha convertido en un escenario más del festival, acogiendo conciertos y sesiones de DJ. Además, suele ser normal encontrar a reputados músicos del indie patrio dándose unos chapuzones. Este fin de semana disfrutaremos de los bolos de Confeti de Odio, Salvador Tóxico y Nuevos Tiempos Romanos y de la pinchada de Chica Unicornio.


Con poco más de cinco mil habitantes, Alburquerque se convierte en la villa más indie de la península durante el Contempopránea. Haya o no DJ, el bar de la piscina cuenta con un hilo musical de sabor pop durante la celebración del evento. Siempre es un placer desayunar o tomar un bocadillo en un ambiente rural y castizo escuchando las canciones que normalmente solo suenan en entornos más modernos y gentrificados. Y esto, como veremos, no solo se limita a la cantina de la piscina.
Dónde comer.
Suprimimos la sección “dónde dormir” ya que, a estas alturas, suponemos que habrás reservado con antelación. Alburquerque cuenta con la oferta hotelera justa, así que el hotel Castillo de Luna, el Machaco, los apartamentos Paraje San Blas o la Casona de Carmen llevarán tiempo con el cartel de “completo”. Si eres de las personas rezagadas, prueba con el Cortijo Los Cantos, a diez kilómetros del festival. En el municipio vecino de La Codosera también se pueden encontrar alojamientos variados: casas rurales, apartamentos, etc. Por supuesto, eres libre de optar por la famosa plataforma que está fomentando la turistificación de las grandes ciudades y el incremento abusivo de los alquileres. Cada cual con su moral.
Partimos de la romántica idea de dormir en el cámping del pueblo y, a su vez, alojamiento oficial (y gratuito) del festival. Una vez desperezados, si los cuerpos piden café y tostada, justo enfrente de la acampada se encuentra el Asador San Blas. Su nombre confirma que también es una buena opción para almorzar y cenar. Además, el San Blas es otro de esos lugares que suele unirse a la fiesta indie poniendo en su equipo de música canciones de artistas contempopráneos.
Caminando hacia el pueblo (el cámping y la piscina están a las afueras) cruzamos una pequeña área industrial. En el extremo de una de sus naves se sitúa el bar El Rodeo, otra muy buena opción para llenar el estómago por la mañana. En ese mismo polígono está la Dehesa de Alburquerque, fábrica y tienda de productos locales de la que nunca viene mal llevarse un recuerdo gastronómico de Extremadura: jamones, chacinas, quesos, aceites, vinos… ¿No se te hace la boca agua?


Una vez bañados en la piscina y uniformados para la fiesta pop, nos dirigimos al centro del pueblo: la neurálgica plaza de España. En este enclave se levanta desde el año pasado el escenario Sergio Algora, donde este jueves dará el pregón contempopráneo el carismático Éric Jiménez y actuarán Axolotes Mexicanos, DelRey y Satelitrex DJ. Además, algunos de los bares con más solera de Alburquerque rodean el lugar. El Nuevo Balanus recibe al público del Contempopránea a cualquier hora del día y con cualquier propósito: desayuno, aperitivo, vermú, refresco, plato combinado… Con una decoración señorial y construido bajo los muros de una antigua parroquia del barroco, el restaurante La Ermita se erige como un clásico de la villa de Alburquerque, que se colorea de personajes indies durante los días del evento. Al lado, el Café La Plaza compite duramente con sus vecinos por la calidad de sus desayunos, tapas y aperitivos. Pero si el hambre aprieta fuerte, entre ambos establecimientos encontrarás el Maxi Pollo, con el macho de la gallina como plato estrella más otras opciones tradicionales: tortilla de patatas, calamares a la romana, croquetas, etc.
En el entorno de la plaza de España se localizan otros bares recomendables, como el Macareno: típico establecimiento extremeño de decoración medieval. O la cafetería El Portugués, que también se anima a que en sus altavoces suenen, por un par de días, Second, El Columpio Asesino, Ángel Stanich o Cariño.
Dónde salir.
Que sí. Que vamos de festival y que, tras los conciertos, nos esperan buenos pipotes con DJs como 2Santos & Don Culo y Schopenhauer. Pero si te apetece salir del recinto junto al castillo, los bares de copas de Alburquerque también se transforman en templos del pop independiente por esos días. Uno de los fieles es El Cómic, situado en las callejuelas que dan acceso a Villa Adentro, el nombre con el que se conoce popularmente al barrio gótico-medieval de Alburquerque. Por esos recovecos también se encuentran el pub El Castillo y el café La Marquesita. Ambos están acostumbrados al despiporre indie, pues uno suele organizar presentaciones previas al festival y el otro cuenta con un patio donde se han vivido auténticos after-hours en pasadas ediciones. Eso sí, aquí la única droga es la música pop.
Qué ver.
Si llegas con tiempo a Alburquerque, no desaproveches la ocasión de hacer una visita turística al uso. Del mismo modo, si las fuerzas acompañan tanto en las mañanas de viernes y sábado como en el día (o los días) posteriores al evento, la villa extremeña merece un atento paseo por sus calles. En la mencionada Villa Adentro se erige la iglesia de Santa María del Mercado (siglos XIII y XV) y la parroquia renacentista de San Mateo (siglos XVI-XVII). Seas ateo o creyente, vale la pena visitarlas, así como la iglesia de San Francisco (siglo XVII), sita en la plaza del mismo nombre.


El castillo de Luna lo verás imponente sobre la colina, apuntando al cielo de Alburquerque y señalando el privilegiado lugar donde se celebra, desde hace casi un cuarto de siglo, el festival Contempopránea. Pero si tienes la ocasión, no dudes en visitarlo por dentro. Se trata de una de las fortalezas medievales más importantes de la zona fronteriza con Portugal y sería una pena que abandonaras Alburquerque sin contemplar su portada ni su mezcla de elementos románicos tardíos con góticos. ¡Y no es el único castillo del pueblo! A las afueras, en la Serranía de Santiago, se encuentra una fortificación del siglo XIII conocida como castillo de Azagala. En estado de abandono (pero no de ruina), la fortaleza es difícil de visitar por su condición de propiedad privada. Sin embargo, se aconseja una ruta de senderismo por sus inmediaciones para respirar la naturaleza extremeña en estado puro y observar las vistas al embalse de Peña del Águila.
Al igual que hay alternativas a las vacaciones en playas masificadas, también hay festivales que sobreviven al boom del “turismo musical”. Contempopránea se aleja en kilometraje e idiosincrasia de los macro-eventos veraniegos que se concentran en la costa mediterránea. Lo que se hace en Alburquerque es de otro palo. La experiencia es distinta, familiar y afable. Adjetivos que siempre han acompañado al evento extremeño. Pero hay otro que se mencionan menos: Contempopránea es un festival sostenible que acaba promoviendo, consciente o inconscientemente, un turismo proactivo y amistoso. Y con el pop independiente como excusa.