Cierre del ciclo Tomavistas Extra.
Con el cambio de ubicación de Tomavistas Extra a Ifema y Riviera, la organización se aseguraba poder cumplir con las medidas necesarias para mantener las fechas programadas en un principio. De esta forma, el pasado viernes tocaba ver a Chucho dentro lo que ahora llamamos “la nueva normalidad”. Una nueva normalidad que nos brinda poder seguir disfrutando de conciertos y eventos culturales tan necesarios en estos.
Una vez pasadas las medidas de seguridad del acceso, y ya acomodados en nuestros sitios, abro paréntesis para hacer mención especial a la organización por su profesionalidad, nos disponíamos a saborear el concierto de una de esas bandas que nacieron bajo el paraguas de lo que se denominó indie español a mediados de los noventas, con referentes como Los Planetas o Australian Blonde. Aunque ellos jugaban con ventaja, venían de formar parte de Surfin’ Bichos, grupo que se adelantó a su tiempo y que nunca es reivindicado lo suficiente.
Chucho venían a defender su última producción, Corazón roto y brillante (2020), un disco conceptual surgido de una ruptura sentimental. Sorprendió la ausencia de Juan Carlos Rodríguez, al salir el grupo al escenario. El propio Fernando Alfaro se encargó de aclararnos que no pudo salir de Reino Unido, país en el que reside desde hace unos años, por culpa del “puto Boris Johnson”.
Abrieron con canciones pertenecientes a su nuevo álbum, estas ganaban contundencia en directo, como en el caso del tema que da nombre al último disco “Corazón roto y brillante”. En esta primera parte del concierto sonaron temas como “Sombra lunar”, “La carretera de la costa” y “Hoamm” de claros ecos a Pixies, guitarras afiladas que nos recuerdan a la marca de la casa del gran Joey Santiago. Mientras que Fernando y los suyos nos iban introduciendo en ese universo pop que han logrado crear disco tras disco, destacaron canciones de los todavía recientes “Flores sobre el estiércol” y “Un inmenso placer” pertenecientes a (2016), trabajo que serviría para poner de nuevo en marcha la carrera del trío.
Y como no podían faltar los grandes clásicos, esos pertenecientes a sus primeros discos “78” y “Tejido de felicidad”: “Un ángel turbio” y “El detonador EMX-3”, que sonó hermosamente distorsionada. Pero sin duda, el tema que hizo que todos diéramos un salto en nuestros asientos fue “Magic”, esa canción disco-pop que es todo una oda a ver la vida de forma optimista.
Para cerrar se reservaron “Perruzo” e “Inés Groizard”, con ese desarrollo rock-metal, que nos confirmaba de nuevo estar ante una de las leyendas nacionales de nuestro panorama pop. En definitiva un concierto sólido, que nos dejó muy buen sabor de boca y que nos hizo olvidarnos de esta nueva realidad en la que estamos sumergidos.
Galería del concierto de Chucho en Madrid
Fotos por Ignacio Sánchez-Suárez.