«Cazador de Brujas vol. 1» de Mike Mignola, John Arcudi, Ben Stenbeck

Por Marcos Gendre 0

Pues qué gozada poder hablar hoy de Cazador de Brujas, una joya para todos los amantes de lo gótico y lo paranormal. Nada menos que una de las ramas más sabrosas que nos ha proporcionado el universo Hellboy a lo largo de los años y que no es otra que la abierta a través de las aventuras de Edward Grey, aquí presentado como cazador de brujas de la Reina Victoria en el XIX.

Y es que lo que tenemos en este primer tomo recopilatorio es nada menos que todo un festín en el que, ante todo, contamos con un equipo creativo plenamente rodado, con nombres en el dibujo tan especiales como el de Ben Stenbeck, capaz de aclimatarse al estilo goyesco-kirbyano de Mignola en “Al servicio de los ángeles”.

En cuanto a Tyler Crook, aboga por un tono más francófono, de líneas ágiles y sobrios, en “Los misterios de Interra”. Precisamente, estos son dos de los cómics largos aquí reunidos, junto a otros más sencillos, pero también al lado de otra joya como “Perdido para siempre”, en la que John Severin demuestra por qué es uno de los alumnos más aventajados de un imprescindible del género fantástico y de terror como Richard Corben.

En este sentido, el apartado gráfico es toda una gozada, a través del que podemos contemplar los matices de la personalidad de nuestro protagonista desde diferentes prismas, que añaden más particularidades a una colección que, ante todo, transmite una sensación de que sus autores se lo están pasando en grande.

No hay más que leer el representativo prólogo escrito por Mike Mignola, creador de Hellboy y Edward Grey, que, para la ocasión, tal como en la fantástica “A.I.D.P.”, se deja acompañar por un artista en la construcción de personajes y en dar vida a los diálogos como el gran John Arcudi.

A todo esto, hay que sumar la labor de Dave Stewart al color, que se pone las botas ante la necesidad de jugar con las diferentes emociones que pueden transmitir los tonos oscuros, y que, una vez más, aporta personalidad propia a un cómic que, visto lo visto, es de lo más recomendable que nos ha brindado el género gótico detectivesco en estas últimas décadas. O, dicho de otro modo, una golosina demasiado estimulante como para dejarla pasar si eres amante del género.

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