Kae Tempest arrasa emocionalmente en su presentación de ‘Self Titled’ en La Riviera

Por María José Bernáldez 0

El concierto de anoche (19/10/25) de Kae Tempest en La Riviera fue una de esas experiencias musicales de las que eres consciente que se quedarán contigo durante mucho, mucho tiempo. 

Parte de la culpa la tuvo Jacob Alon, un telonero que sin más armas que una guitarra que se le puso en contra, una bandera palestina y su especialísima voz nos dejaron clavadas en el sitio, creando una base de emoción perfecta para lo que nos esperaba con el concierto principal. Si aun no has escuchado In Limerance (su disco debut de este mismo 2025) estás tardando, porque me juego lo que quieras a que en menos de 5 años estaremos hablando de un flamante Mercury Prize con su nombre.

 

Anoche, por razones que no terminamos de entender, no hubo sold out en La Riviera. Eso hizo que quienes estábamos allí lo hiciéramos con los cinco sentidos, dispuestas a dejarnos llevar, una vez más, por todo lo que Kae Tempest consigue sacar de quien va a verle. Es una suerte poder contar que hemos sido testigos de todo su camino, tanto artístico como personal. Hemos leído sus libros. Hemos comprado sus discos. Hemos visto cada presentación en directo. Y nunca, nunca, ha dejado de sorprendernos. 

 

La transformación hasta ser quien realmente es se hace tangible en el momento en el que comienza con la primera de las tres partes de su set: ‘I wasn’t ready yet’. Canta de espaldas, detrás de una cortina, escudándose en Private Joy, la artista que le acompaña y complementa en esta gira con su voz, bases de electrónica e instrumentación. Comienza con la misma canción que empezó el set la última vez, hace ya 3 años: Priority Boredom. Nos lleva en volandas hacia un territorio de emoción e intensidad indignos de un domingo por la tarde. El hilo conductor del show, del recital de spoken word, serán los versos de uno de sus mejores temas, These are the days. Aparecerán varias veces a lo largo de la noche y, cada vez, serán un impacto inesperado. En esta primera parte del set, Kae se regala con parte de su discografía anterior, con quién fue y quiénes fuimos a su lado. Obvia algunas de sus canciones más míticas porque se centra en la parte de rabia más personal y menos en el dolor compartido de canciones como Europe is Lost. Entendemos y apreciamos el gesto: sabemos que en este disco, en esta gira con Self Titled, somos espectadoras de algo que va más allá de escuchar tu canción favorita en directo: tiene más que ver con ser parte de una terapia necesaria. Y sí que nos regala ese momento, durante More Pressure, quitándose el pinganillo, quedándose frente al escenario, posando su mirada en todos y cada uno de los allí presentes, sonriendo mientras chillamos de emoción porque, después de todo, Kae loves people’s faces.

 

Entonces llega la segunda parte del set: ‘If you wait for the right time, you’ll never be ready’, reza el texto en la cortina de detrás. Las doce canciones de Self Titled toman cuerpo, en el mismo orden del disco. Sin descanso, sin parar, sin apenas un momento para coger aire. Ni Kae, ni nosotras. Funciona como un reloj y, sin embargo, no parece una performance automatizada. Siente cada verso, cada estrofa, cada palabra, como si fuera la primera vez que se enfrenta a ellas. Como hemos dicho, hemos seguido su carrera y sus directos durante mucho tiempo y hay una diferencia absolutamente palpable: la libertad con la que se mueve por el escenario. Su manera de expresarse físicamente, los gestos que acompañan cada confesión. Nunca habíamos sentido esa bajada total de barreras. Quizá no nos habíamos dado ni cuenta de dicha opresión hasta que hemos disfrutado de esta otra manera de presentarse ante el público. Si no habéis escuchado este, su quinto disco, puedo contarte que, sí, sigue habiendo rap. Hay más bases electrónicas (tienes a Tom Rowlands produciendo más de una canción), quizá un poco más de pop en algún momento dado (para eso llamas a Neil Tennant en Sunshine on Catford), hay una canción, Know Yourself, en el que juega a samplear a su yo de 17 años e ir respondiendo todas las preguntas de esa adolescencia desde su yo del futuro, su yo del presente. Todas estas historias funcionan en directo mejor de lo que hubiéramos imaginado. Gritar el ANXIETY de Diagnoses resulta liberador tanto encima del escenario como en medio del público. Porque en esta parte del set, en este disco, se habla y mucho de la salud mental, de la LGTBIQ+fobia, del rechazo y la aceptación de tu verdadero yo. De conseguir salir con vida y triunfante.

 

Es por eso que guarda el último disparo emocional para el final del show. Tras un recitado a capella infinito en tiempo de duración e intensidad, en la sábana ahora se lee ‘I think it’s time I stopped the show’ , que es parte de la letra de la única canción que hay en esta parte, tan reformada por las bases que parece pertenecer al propio disco y nos cuesta un momento poder reconocerla, ciegas como estamos de dopamina y fieles a no mirar los setlists antes de los conciertos.

George Michael utilizó Freedom! ‘90 como uno de sus singles tras abandonar para siempre Wham!, el grupo que le lanzó a la fama. Robbie Williams hizo su propia versión y la usó como primer single cuando dejó Take That, también, para siempre. Tiene todo el sentido entonces que Kae Tempest utilice esta misma Freedom para despedirse de su antiguo yo y de todas las cadenas que no le dejaban avanzar. A los coros, Jacob Alon, Private Joy y una Riviera enfervorecida, bailando hasta el final, siendo parte de un cambio que celebramos con un sonoro I will not give you up.