Crónica del Dcode 2016

Por María Gómez-Comino 3

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La Universidad Complutense acogía a lo más cool de Madrid, y no porque fueran, apuntes en mano, dispuestos a iniciar un nuevo curso académico. El festival Dcode abría sus puertas un año más dando la bienvenida al mes de septiembre, aunque bien se podría decir que estábamos en pleno mes de julio por las altas temperaturas que reinaban el sábado en la capital y que invitaban más bien poco a acudir desde bien temprano al recinto.

Así arranca esta crónica del Dcode 2016, cuando a las 16:45 horas saltaba al escenario Dcode 2, ante una audiencia reducida, el compositor de Portland M. Ward. Con una elegancia especial, y un toque algo clásico dentro del rock actual, el estadounidense desplegó un gran catálogo de canciones pertenecientes a su último álbum More Rain y de sus antecesores Hold Time o Post-War.

Jimmy Eat World por Ignacio Sánchez-Suárez
Jimmy Eat World por Ignacio Sánchez-Suárez

Llegaba el turno de Jimmy Eat World, justo en el escenario colindante Dcode 1. Ya se podían ir visualizando más looks atrevidos, y gafas de sol de lo mas retro. Los estadounidenses venían a presentar su nuevo disco Intefrity Blues que se lanzará el próximo día 21 de octubre pero del que apenas tocaron sus adelantos. Con un potente y contundente directo, casi sin dejar respiro de un tema a otro, hicieron vibrar al público, que lo dio absolutamente todo ante los coreables temas de Bleed American como “Sweetness”, “Bleed American” o “The Middle” con la que cerraron. Anunciaron que volverían pronto… A ver si es cierto.

Los looks playeros, los calcetines altos y los cordoncitos de gafas empezaban a tener más presencia. Ya eran las 18:20 horas y tocaban Oh Wonder . Los británicos hicieron las delicias de los asistentes, o por lo menos las de mis oídos, con su pop electrónico ambiental. Su vocalista, muy entusiasmada por su presencia en Madrid, tenía ganas de animar al público, tarea que consiguió. Sonaron canciones como “Without you” o “Drive” muy reconocidas entre sus seguidores.

Eagles of Death Metal por Ignacio Sánchez-Suárez
Eagles of Death Metal por Ignacio Sánchez-Suárez

Uno de los grupos más esperados de la jornada eran los Eagles of Death Metal. La gente estaba deseosa por ver a la banda, después de suspender sus conciertos en España tras los sucesos terroristas en París. Aquí es donde despliego toda mi sinceridad, e informo a los lectores de que no tenía mucha conciencia de este grupo… Alguna que otra canción de pasada. Sí, lo reconozco, soy de rock blandito. Su directo me conquistó y por cómo se respiraba el ambiente, no solo a mí. La banda es en sí misma un show con ese look rompedor y esas ganas de sentir continuamente el feedback del público. Los puños en alto marcaban el ritmo de unas poderosas guitarras, mientras que Jesse Hughes dinamizaba el directo con algún que otro chascarrillo entre tema y tema. No faltaron temas como “I Only Want You”, “Cherry Cola”, o una emocionante versión del “Moonage Daydream” de Bowie.

Zara Larsson, la gran pregunta sin respuesta del festival, salió con la caída del sol, acompañada de dos coristas y cuerpo de baile inclusive al más puro estilo Rihanna. La sueca vino a por todas, y quiso poner a bailar al público desde el minuto uno. Sorprendente, la cantidad de fans que se amontonaban en las primeras filas para tararear alguno de sus temas que pueden ser escuchados en las emisoras de radio más comerciales.

Garden City Movement por Ignacio Sánchez-Suárez
Garden City Movement por Ignacio Sánchez-Suárez

Las 21:35 horas fue la hora clave. Fue la hora de despertar, de descubrir y de sentir que el Dcode merecía la pena. El escenario Complutense, el más pequeño y alejado de los dos principales, acogía al grupo israelí Garden City Movement. Un sorprendente y delicioso directo que transportó de una forma delicada a los presentes. Sus ritmos electrónicos mezclados con indie pop y chillwave nos conquistaron a todos.

Decidimos no movernos de allí y dejarnos llevar por otros ritmos pop pero algo más edulcorados, los del cuarteto de Liverpool Clean Cut Kid. Frescura y descaro para los osados que quisimos arriesgarnos y escapar del gigante Bunbury. Todo un descubrimiento que esperemos no tarden en volver. Con pildorazos como “Vitamin C”, “We used to be in love” o “Pick Me Up” lo tuvieron fácil y nos ganaron.

Triángulo de Amor Bizarro por Ignacio Sánchez-Suárez
Triángulo de Amor Bizarro por Ignacio Sánchez-Suárez

El escenario Complutense se había apoderado desde ese momento de nosotros. Esperamos hasta que Triángulo de Amor Bizarro saliese a golpe de guitarra y pusiese el toque más gamberro de la noche. Un público desatado, donde el empujón y el codazo fueron los protagonistas. Isa y compañía consiguieron llenar el tercer escenario, a la misma vez que sonaban los ritmos bailongos del grupo Jungle en el escenario Dcode 2. Salve Discordia retumbó durante gran parte de la hora justa que dispusieron, aunque hubo momento para gritar aquello de que “llevar navaja siempre es conveniente”, “sonríe, hostias” o hermanarnos con “arréglame, arréglame, arréglame”. Gracias.

Con las fuerzas justo el viento nos llevó para ver la zapatilla de unos 2manydjs obsesionados con el techno o a unos Delorean embutidos en los aires disco. Sin embargo el más efectivo y efectista a la hora de hacernos mover el cuerpo fue Mark Ronson. El productor británico tiró de clásicos entre los que coló alguno de sus hits radiables como “Uptown Funk”.

Con esto pusimos fin a un Dcode, algo flojo de asistencia, muy caluroso y podríamos decir que un tanto ecléctico en lo que a su cartel se refiere. El festival madrileño, que ya se ha convertido en una cita obligada para lo más top de la cultura hipster, los cuales, despliegan todas sus armas para convertirse en el “moderno/a festivalero/a más molón de la jornada”, tarea nada fácil visto el nivel de este año. Veremos que nos depara la edición de 2017 ¿se superará?

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