Crónica del festival Roskilde 2022: Regreso al paraíso festivalero

Por Redacción EER 0

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Texto: Bernabé Cantero Lleixà y Manuel Moreno.

Como niños con zapatos nuevos finalmente pudimos volver a uno de los festivales más importantes de todo el mundo: Roskilde. Mucho ha pasado desde su última edición, la del año 2019, a nivel mundial (no hace falta hacer mención a los acontecimientos que todos conocemos). Su cincuenta aniversario era algo que deseábamos disfrutar y cuando entramos al recinto fue como si no hubieran pasado tres año. Sentimos el calor de las masas en los conciertos, las risas, el beber con amigos entre mil anécdotas, en definitiva experimentamos el Orange Feeling una vez más.

MIÉRCOLES 29 DE JUNIO

Que mejor manera de empezar nuestra particular andadura musical que en el Avalon Stage con los irlandeses  Fontaines D.C. quienes deslumbraron con su particular post-punk. Nos mostraron tener un directo arrollador que hizo que el público vibrara como hacía tiempo que no recordaba. Temazos como ‘Sha  Sha Sha’ , ‘ Televised Mind’ , ‘ A Hero’s Death’ o ‘Boys In The Better Land’  dieron muestra de ello. Con un inicio así ya estábamos por las nubes. Estos cuatro días prometían mucho.

Nos trasladamos al Arena Stage  por curiosidad para ver como las gastaba Anitta sobre un escenario. Realmente nos pareció poca cosa su propuesta. Una de cal y otra de arena que nos dejó indiferentes. No fue el caso de Daniel Romano´s Outfit que pusieron patas arriba el Pavillion Stage. Una banda descomunal que tiene sus cimientos en el Rock y el Country, todo actitud. Empezaron a lo grande con ‘Anyone’s Arms’ y ‘Tolouse’. Haremos mención especial entre otras joyas a la  interpretación del primer sencillo en solitario de su cantante femenina Julianna Riolino, ‘Lone Ranger’. Romano tampoco se quedó atrás e hizo un guiño a su otro proyecto Ancient Shapes con el tema ‘A Flower That Wouldn’t Bloom’. Qué elegancia y potencia sobre todo con un gran final de fiesta con la versión de Fucked  Up ‘Generation’.

Después del bolazo de los canadienses volvimos al Arena Stage. Disfrutar de dos leyendas como Robert Plant & Alison Krauss no tiene precio. Realmente las veces que tocaron por separado en el festival fueron grandes actuaciones así que  verlos juntos era una cuenta pendiente que solventaron con un show que no defraudó. La única pega que podríamos poner  fue la duranción de la actuación, setenta minutos. Trece temas siendo solamente `High And Lonesome´ de su autoría. Todo lo demás versiones muy bien interpretadas incluso atreviéndose con `Rock And Roll´ y `The Battle Of Evermore´, ambas  con un registro más lento. `When The Levee Breaks´, la version de Menphis Minnie & Kansas Joe McCoy que Led Zeppelin interpretaron en su álbum`IV´ resultó un viaje sonoro alucinógeno que dio paso a ‘Can Let’s Go’ de Lucinda Williams como colofón final.

Con una sonrisa de oreja a oreja nos dispusimos a ir a ver la recta final de Post Malone en el Orange Stage, petándolo con su autotune junto a un mar de masas él solito. Nuestra siguiente parada era en el Avalon Stage con un show que le teníamos ganas: Turnstile. Los americanos con su soberbio álbum ’Glow On´ nos deleitaron con una de las actuaciones del festival. ’Mystery’,’Holidays’,’Underwater Boi’ o ’Fly Again’ entre otras dieron muestra del momento dulce que vive la banda, regalándonos  bailes, saltos, pogos…un no parar que nos hizo vibrar como no hacíamos desde antes de la pandemia.

Con la adrenalina a flor de piel nos dirigimos al Arena Stage para ver los escoceses Biffy Clyro .  un directo que no suele defraudar nos deleitaron con diecinueve temas, sonando la gran mayoría de sus éxitos como `Bubbles´,`Mountains´,`Black Chandelier` o`Living Is A Problem Because Everything Dies` para deleite de los asistentes que lo dejaron todo en la última actuación de una extraordinaria jornada.

JUEVES 30 DE JUNIO

Nuestro segundo día en el recinto estuvo marcado por un gran protagonismo femenino en el line up diario. Fuimos al Avalon  para  vivir con quince minutos de retraso (nada común en Roskilde) la actuación de Sky Ferreira. Su synth-pop con elementos dark nos transmitió muy buenas vibraciones junto a una banda impecable. Doce temas que incluyeron una versión de Tamaryn, `Hans All Over Me ´, junto a otras como `Don`t Forget´, `Nobody Asked Me (If I Was OK)´ o `You’re No The One´, sorprendiéndonos gratamente su show . Lo de Sigrid en un Arena hasta la bandera, solo nos confirmó lo grande que es la noruega en tierras Escandinavas. Su pop no dejo a nadie indiferente con temas como `Strangers´ o `Burning Bridges’.

De camino al Orange vimos un poco de la actuación de Modest Mouse en el Avalon. Esta vez no podía ser más ya que teníamos ganas de ver a Kacey Musgraves. La norteamericana con su Country (en su vertiente Pop) nos cautivó desde el primer momento. Nos regaló dieciséis temas como la preciosa `Butterflies´ e incluso se atrevió a versionar a Elvis Presley en `Can`t Help Falling In Love´. Y con el clásico `Dreams ´de Fletwood Mac nos incorporó a su actuación jugando con las pantallas como si fuera un gran karaoke. Un momento apoteósico que hizo que su show fuera realmente memorable, cerrando su set de manera definitiva con la mágica `Slow Burn´.

Teníamos un rato antes de nuestra siguiente parada y decidimos ir al Mantra a ver un poco de Yola. Lástima no poderla disfrutar más de su actuación porque su estilo Americana es realmente muy bueno. Al pasar por el Orange nos encontramos con el show de Megan Thee Stallion, con gran afluencia de público, pero teníamos otra idea en mente: ver a Jimmy Eat World en el Avalon. Hacía mucho que no les veíamos y esta vez se salieron con temas como` Futures`, `Bleed American´, `Big Casino´ o `Something Loud’. Sonaron impecables y dieron muestra que aún les queda mucha cuerda.  Cerraron a lo grande con `Lucky Denver Mint´, `Sweetness´ y `The Middle´, temazos que no están a la altura de cualquier banda.

Era momento de ir al Arena a ver la británico-japonesa Rina Sawayama, una estrella emergente dentro del mundo Pop. Su popularidad va en aumento y pronto podría ser una de las nuevas divas de ese estilo, visto lo visto. Después de ver los bailoteos y el final de fiesta con la versión de Lady Gaga, `Free Woman´, apostamos por su salto a las grandes ligas, esas en donde ya compite otra diva, Dua Lipa. Mucho ha cambiado la inglesa en estos años. Si antes cumplía sin más, ahora  tiene un carisma escénico que asombra. Prueba de ello sería los momentos teatrales en ‘Fever’ donde  juega a ser Cleopatra o cómo logra convertir el recinto en una gran discoteca en el final de ‘Boys Will Be Boys’. Con  ese éxtasis, el público coreo a pleno pulmón  temas del calibre de ‘ Physical’, ‘Don’t Star Now’ o ‘Be The One ‘, donde no pudimos resistirnos a la evidencia de lo vivido. Auténtica diosa.

Después del soberbio show de la diva era momento de ir al Avalon a disfrutar de Phoebe Bridgers, quien nos mostró en el escenario la belleza de su indie rock. Su álbum `Punisher’ fue el hilo conductor de la actuación, siendo interpretado casi en su totalidad, a excepción de dos temas en un repertorio  donde también hubo hueco para que sonara ‘Me & My Dog‘ de Boygenious, superbanda paralela de la que es miembro, antes de despedirse con ‘I Know The End’.

Con la magia aún en nuestros, sentidos nos dirigimos al Orange a disfrutar del dúo francés de electrónica The Blaze. Disfrutamos de un show soberbio que dio lo que prometía, fiesta y diversión a raudales de ir a dormir, que es lo que se le debe exigir a los cierres del escenario grande.

VIERNES 1 DE JULIO

Nos levantamos con el pronóstico de un día con lluvia bastante fuerte y nos vestimos para la ocasión, aunque podemos decir que al final fue menos de lo esperado y eso siempre ayuda a que el disfrute sea mayor. Nuestra primera parada fue en el Arena para ver a la japoamericana  Mitski, quien nos sorprendió por su teatralidad escénica  junto a un abanico sonoro muy variado.

La británica Arlo Parks llegaba  al  Avalon con su aclamado álbum ‘Collapsed In Sunbeams’. Su propuesta no se llegó a  plasmar sobre el escenario, siendo un show  desdibujado donde sólo podemos salvar su fantástica voz. Para quitarnos la espinita nos fuimos al Pavillion a disfrutar de Snail Mail, el proyecto de la estadounidense Lindsay Jordan. Con un show  potente que bebía de los sonidos de los noventa nos recordó  en su mayoría a Courtney Love y a los mejores Hole, casi nada.

En el Orange se nos presentó la oportunidad de ver a uno de los cantautores top daneses de los últimos treinta años, Thomas Helmig. Desconocido para nosotros y mega enorme en su país facturó un show impecable con un público entregado  al viaje musical con muchos registros distintos, transitando entre el soul, elfunk y el pop que nos deleitó incluyendo colaboraciones con Benjamin Hav, Ida Nielsen y Lord Siva.

Era tiempo de un break antes de ir al Arena a disfrutar de uno de los grupos que teníamos más ganas de ver de todo el festival, The Smile. A estas alturas casi todo el mundo sabrá que hablamos del nuevo grupo de Tom Yorke y Johnny Greenwood de Radiohead junto al bateria de Sons Of Temet, Tom Skinner. Con un escenario lleno de público fueron desgranando los temas de su único largo ‘A Light For Attracting Attention‘ para delirio de los asistentes. Incluso nos regalaron un par temas inéditos de las sesiones de grabación del disco, ‘Colours Fly’ y ‘Bodies Laughing’ rematando a lo grande con el tema de Thom Yorke, ‘Feeling Pulled Apart By Horses’.

Tocaba regresar al Orange para  ver el directo del rapero Tyler, The Creator. Con todo pregrabado menos sus voces, lo único interesante fue su propuesta visual. Un bosque donde él se movía y cantaba a  su gusto pero nada más a destacar así que decidimos ir a nuestra siguiente parada en el Avalon para una actuación soberbia de Jerry Cantrell presentando su álbum ‘Brighten’.

Si hacía dos semanas lo habíamos visto en el Azkena Rock Festival, aquí nos noqueó. Gran actitud sobre las tablas de la banda junto a un Greg Puciato (The Dillinger Escape Plan), que se salió a las voces, sobre todo en los temas de Alice In Chains. ’Them Bones’, ‘Rooster’, ‘Man In The Box’ y ’Would?’ sonaron de escándalo. Tocar de noche y en una carpa con un público entregado fueron un plus que, sin lugar a dudas, nos hizo vivir uno de los conciertos del festival.

Con una sonrisa de oreja a oreja nos dispusimos a darlo todo en nuestro último concierto del día, Chvrches en el Arena. Siendo básicamente una banda de sintetizadores pero con batería en directo, dieron muestra que después de una década aún pueden dar mucha guerra. Hicieron un repaso a sus cuatro largos con especial mención a ‘Screen Violence’. Sonaron quince temas que nos hicieron tocar el cielo danés en una actuación para enmarcar. No hubo  mejor manera de despedirse de una jornada que dio más de lo que prometía a priori.

SÁBADO 2 DE JULIO

El cansancio y la intensidad emocional de estos días en Roskilde comenzaban a pasar factura, pero no podíamos bajar el ritmo. El último día comenzaba fuerte con una actividad extra musical. El mismísimo Tour de Francia comenzaba justo en Roskilde. Y sí, hasta eso consiguió la organización: que nos moviéramos resacosos de nuestro recinto del camping para ver como pasaba embalado un pelotón colorido de gente en “culotte”.

Tras tal anécdota, nos trasladamos al recinto al escenario Avalon para ver los tuareg argelinos Imarhan, un sexteto de rock del desierto que nos sorprendió y nos encantó por su riqueza musical en  su fusión con instrumentos árabes. Vivir shows así es pura magia.  Nuestra siguiente parada era  con la banda de Brooklyn, Big Thief en el Arena y no defraudo. Lo de Adrianne Lenker (voz y guitarra) no tiene nombre. Qué carisma desprende. Nos envolvió en un viaje junto a sus compañeros durante trece temas que se nos hicieron tremendamente cortos.

Lo que tampoco tenía desperdicio era ver a St. Vincent en el Orange. Con traje rosa y pantaloncillos cortos pues el calor había vuelto a Roskilde para quedarse. Puede ser que fuera porque conseguimos estar muy cerca del escenario, pero lo que está claro que la seguridad y la confianza en sí misma que transmitía Annie Clark abrumaban. Se hizo dueña del Orange con su música ecléctica que pasa de geniales riffs a melodías eléctricas. Incluso se atrevió a invitar a una joven fan a subir con ella al escenario. Entre sus canciones no faltaron ‘Los Ageless’ o ‘The Melting Of The Sun’ con el que acabaron un concierto glorioso.

La tarde continuaba con más chicas sobre el escenario y poco nos movimos porque en el Orange también tocaba HAIM. Las tres hermanas de Los Ángeles ofrecieron un show redondo donde desplegaron todo el rock, pop y R&B que llevaban dentro. De su último disco sonaron enormes ‘ The Steps’ y ‘Gasoline’, pero no se olvidaron de canciones más antiguas como ‘The Wire’. Incluso se permitieron el lujo de hacer una escenita con la llamada en directo de un ligue, suponemos que una jugada típica de esta gira. De cualquier forma, se ganaron con su simpatía y su música al exigente público sobrio de la tarde de Roskilde.

Era el último día, las 21,15, el festival estaba llegando a su fin y los pies, las piernas y la espalda aguantaban por mera inercia, pero aún nos quedaban conciertos donde dejarnos el resto de nuestras fuerzas. La banda británica de post-punk IDLES tampoco hizo mucho por aliviar nuestros dolores en el Avalon, pero sí consiguió que el público fuera un único ente moviéndose, saltando y gritando al unísono. ‘Never Fight A Man With A Perm’ se convirtió en el himno del día y nos transportó a lo que podría haber sido un concierto en los comienzos de Joy Division (salvando las diferencias). Cualquier dolor fue olvidado durante esa horita que duró el conciertazo del día. Todo un mérito de Joe Talbot y sus muchachos.

Tras ellos llegó el momento de uno de los shows que más ganas teníamos del día. Ver sobre las tablas del Pavilion la unión de Converge & Chelsea Wolfe. Un viaje sonoro impecable que tenía un invitado especial a la guitarra, Stephen Brodsky (Cave In). El escenario se quedó pequeño con la intensidad que mostraron durante los once temas que nos regalaron, ocho de los cuales eran parte del álbum  ‘Bloodmoon: I ‘, con una versión de Chelsea Wolf, ‘Vex’ y  además ‘Last Light’ y ‘Wretched World’ de Converge. El colofón final a tan magistral actuación fue el tema ‘Blood Moon’ que nos hizo salir de la carpa con la sensación de haber vivido un show único e irrepetible, cosa que lograron también pero de forma diametralmente opuesta The Strokes en el Orange.

Había ganas de escuchar a Julian Casablancas y los suyos como se pudo comprobar  por la afluencia de público y así nos quedamos: con las ganas. Cuando quisieron aparecer, con unos treinta y cinco minutos de retraso, el público del Orange ya estaba cabreado. JC entró en escena, digamos amablemente, intoxicado y arrastrándose cantando por el suelo ‘Bad Decisions’ (ironías de la vida). Cantó las canciones con total desgana y con monólogos incoherentes entre medias que aumentaban, aún más, el cabreo del público. El concierto no duró mucho más de una hora pero antes decidimos irnos de lo que sin duda fue el peor cierre de la historia del Orange. A la mente nos venía a todos el concierto de 2007 de los Red Hot Chili Peppers. Estas cosas pasan en todos los festivales, y es que los artistas también comenten fallos, pero no nos gusta quedarnos a ver cómo se suicidan musicalmente.

Para quitarnos el sabor agridulce fuimos a darlo todo al Avalon en el ultimo show que vivimos en esta edición, el de Iceage. Los daneses no defraudaron y pusieron patas arriba el escenario con un público entregado que lo dio todo en el último suspiro del festival. Queríamos más y decidimos finalizar nuestro particular viaje de la mejor manera posible: tomar algo de comida, unas últimas cervezas con los amigos y despedirnos entre risas como si fuera nuestra primera vez en Roskilde. Así dijimos adiós a una edición que será recordada como mágica y muy especial para todos los asistentes, que ya  empezaron a contar la cuenta atrás para Roskilde Festival 2023.

 

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