Arranca la 61º edición del Festival de Cine de San Sebastián
Por 22 septiembre, 2013 14:260


Tras mi llegada nocturna el jueves a la bella Donostia, y las 14 horas de siesta de rigor, arrancó, este pasado viernes, 20 de Septiembre, la 61º edición del festival de cine más importante del país, y uno de los gigantes europeos, el Festival de Cine de San Sebastián.
La organización, hasta el momento, ha estado de diez, rápida y efectiva, aunque tienen que mejorar los servicios online, así como añadir información bastante importante a la propia web. Minucias comparado con la tranquilidad que se respira a lo largo del Kursaal, campamento base de los acreditados y meca de la sección oficial y galas. Pero vayamos al parné, las películas.
Porque si ya nos quejamos los melómanos de cuadrar los horarios del Primavera Sound y soportar duros solapes, lo de este festival ya es para hacerse el harakiri. Lo que quieres ver todo, y no puedes, es materialmente imposible, al menos, según las leyes físicas que se conocen. Sus 11 secciones (con más de 10 películas cada una), más proyecciones especiales, unidos a charlas, ruedas de prensa, photocall, y realizar ese malsano acto llamado comer, dan como resultado la suculenta opción de realizar un 20% de las actividades que el festival ofrece a lo largo de estos 9 días (20-28 de septiembre) siempre y cuando estés dispuesto a dormir cuatro horas. Adoro los retos.
Narco Cultura (Perlas)
Arranco el festival con Narco Cultura, en sección cerrada para prensa y acreditados. Nueve y media de la mañana y sensaciones encontradas. Narco Cultura nos presenta un documental valiente, que te mete en la caja, te baja a la acción y te hace partícipe de ella. Se trata de un reflejo de cómo se ha creado, como su título indica, una corriente cultural alrededor de los narcotraficantes, magistralmente, seguimos a un perito de la policía y un cantante que compone corridos (un estilo musical, batidora de Rancheras, Reggaeton y Hip-Hop) mostrándonos la dualidad del problema. Imágenes duras, causas y consecuencias, muerte, y un humor ácido que hizo soltar más de una carcajada bailan en este documental dirigido por Shaul Schwarz, con una factura técnica brillante que se aleja del documental al uso y donde cada plano esta cuidado con mimo, utilizando todas las herramientas y técnicas que el director-realizador domina. Sin duda, una auténtica apisonadora, una denuncia social, los ojos que ven lo que nadie quiere ver, y la esperanza de que el cine pueda impactar y ser el vehículo del cambio. Es una pieza que llega a emocionar y conmocionar, y que merece un visionado. No se me ocurre una mejor manera de empezar el festival.
The Wind Rises (Perlas)
Las primeras voces en el festival la han tachado de obra maestra, calificativo desmesurado en mi opinión, pero eso es lo bonito del cine, uno de los pocos lugares donde lo abstracto y lírico tiene sentido, porque, pese a que el resultado final me ha dejado frío, como obra audiovisual no tiene desperdicio.
The Face of Love (Perlas)
La película más floja del día. Su problema radica en el tono, basándose en una premisa bastante inverosímil, pretende ser seria cuando, voluntariamente o no, resulta una comedia, entretenida, pero sin brillantez. La historia nos cuenta como una mujer (Annette Bening) pierde a su marido (Ed Harris) en unas vacaciones en México, ahogándose en el mar. Tras cinco años de luto, un buen día, como es normal en este tipo de historias, donde la casualidad parece justificar todo, ve a un hombre físicamente idéntico a su marido. Eso son los 20 primeros minutos de película, una Benning persiguiendo hasta lo enfermizo al doble de su marido mientras pone cara de Oscar.
Lo que podrían ser visiones o proyecciones de la protagonista resultan ser totalmente ciertas. Ese hombre existe y es idéntico a su marido por fuera, pero falta su esencia, sus recuerdos. Sin entrar en spoilers, veremos a lo largo de la película la evolución de ambos personajes mientras se nos intenta transmitir la idea de lo que está dispuesto a hacer alguien por amor y las diferentes maneras de llevar ese periodo de luto. Si ya cuesta creerse algo así, entre las dosis de humor y un Robin Williams en un papel deleznable, el resultado final se atraganta, se convierte en una película que está desaprovechada y que tiene un tufo a “Vértigo” meets Antena 3 Sunday Afternoon Films. Eso sí, es entretenida y se deja ver, pero no sé qué pinta en la sección Perlas, francamente.
Enemy (Sección Oficial)
La premisa, puede dar juego, desde luego. Pero Villeneuve, director del film (basado en “El hombre duplicado” de Saramago, no lo olvidemos) no se contenta con hacer un thriller al uso. Cada escena esconde secretos, o en palabras suyas (en breve tendréis datos sobre su rueda de prensa) “juegos”. Juega con tu mente, con tus expectativas, con tus conocimientos, con tu bagaje. Aún estoy macerando mi opinión acerca del subtexto que encierra “Enemy”, y aunque con el segundo visionado, ya voy perfilando mi opinión, necesitaré un par de sesiones más para crear la película que Villeneuve tiene el cabeza. Y este ejercicio, esta estimulación guiada por una magistral dirección que te hace entrar en tensión, sufrir e inquietar, es puro cine, le pese a quien le pese. Firme candidata a Concha de Oro/Plata.
La Vie d’ Adele Chapitre 1&2 (Premio Fipresci)
Llevaba años esperando esta película. No esta película concretamente, sino este tipo de película, este himno para una generación, esta fiel mirada a los nacidos en los 90, una película que hable de los jóvenes siendo jóvenes, de una forma brutalmente profunda, transparente, y sobre todo, real.
Pero pongámonos en situación, La Vie D’ Adele fue galardonada en la pasada edición del festival de Cannes con la Palma de Oro, y aquí, a San Sebastián, llegaba en pase único, a las 23:30h y con localidades agotadas en tan solo una hora de venta. Recibía el premio Fipresci, que otorga la “International Federation of Film Critics” y fue presentada, ante una gran ovación de las qunientas almas reunidas en el Kursaal, por su productor, y el realizador/director de la misma, Abdellatif Kechiche. Y es que había ganas de ver este recorrido desde la adolescencia hasta la madurez de la joven Adele en este viaje de más de tres horas de duración.
Quizás sobrevalore este film, pero francamente me parece perfecto. Un guion tremendamente elaborado, sin complejos, sin caer el tópicos (y mira que es fácil cuando se habla de adolescentes), alejándolo de esas teen movies fantasiosas americanas o de la decadencia post-moderna inglesa. En la vida de Adele vemos situaciones, conversaciones y sensaciones que cualquier persona de esa edad ha vivido, más aún, si ha vivido en el marco en el que se encuadra el film. Aquí no vemos a adolescentes drogándose, o centrando su vida en relaciones amorosas frívolas, vemos cómo hablan de sus clases, de su familia, de sus gustos, de su vida. Se buscan a sí mismos y cambian a lo largo del viaje, son personajes en 3D con los que empatizas enseguida, gracias en parte, al magnífico trabajo interpretativo encabezado por Adèle Exarchopoulos y su compañera Léa Seydoux, cuyas miradas, sonrisas y gestos están tan estudiados y cuidados que asusta. Gran acierto acierto el de Kechiche el optar por un reparto relativamente desconocido, al menos para el público internacional.
Pero no solo de guion vive la película, y es que el apartado técnico, también es destacable. Una banda sonora elegida con mimo y elegancia, a la vanguardia y donde baila desde el electro-pop francés, al reggaeton, la música ambiental o el rock clásico. Una planificación brutal, donde destacan primerísimos primeros planos y artísticamente todo el decorado, exteriores y atmósfera que te sumergen de lleno en la película.
Qué decir, para mí, la película del festival, pese a ser el primer día, dudo que pueda meterte, disfrutar, y sentir tanto con algún otro film presentado en esta edición como con éste, porque desde luego, ha sido la mejor experiencia cinematográfica que he podido vivir en un cine.