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La risa como medicina en San Sebastián

Por David Sánchez 0

Si algo va a marcar este día es por la comedia. Sorpresas, buen rollo y películas que te dejan con un rostro similar al Joker. Martes de risas en el enano rabioso

Vivir es fácil con los ojos cerrados (Sección oficial)

vivir es facilQué fácil es ver cine español cuando David Trueba anda por medio. La película nos cuenta la historia de Antonio, un profesor de inglés (Javier Cámara) fanático de los Beatles que emprende un viaje hasta Almería para conocer a John Lennon, que se encuentra rodando una película. Por el camino, recoge a Belén (una chica de 20 años embarazada) y Juanjo (un chico de 16 que huye de su autoritario padre) y que acompañaran a Antonio hasta Almería, siendo el viaje y los dos días que pasen allí, una experiencia que cambiará sus vidas.

Vivir es fácil con los ojos cerrados es una película tierna, muy bien rodada y ambientada (son los años 60) y muy entretenida. Peca quizás de eso, ser muy sencilla, muy light, de no plantear ningún tema que estimule al espectador o conflictos que no hayamos visto ya otras veces. Un soberbio Javier Cámara (suena para Concha de Plata junto con De la Torre) interpreta, si no su mejor, uno de los mejores papeles que ha hecho nunca, resultado entrañable, divertido y con un toque místico.

En definitiva, es una película muy recomendable, no es una obra maestra (ni lo pretende) pero sí es una buena película que os hará pasar un buen rato, reíros y salir de la sala con una bonita sensación de reconciliación con uno mismo. Nota: 7/10

Quai D’Orsay (Sección oficial)

Sorprendente que la película que menos ganas tenía de ver hoy haya sido la mayor sorpresa del festival, y a día de hoy, mi máxima favorita para la Concha de Oro. No soy de reírme a carcajada con las comedias, ni con los Monty Python ni con la mismísima Eva Hache, pero lo de hoy ha sido un no parar.

Quai D’Orsay es una sátira política sobre el gobierno francés, aunque aquí se reparte leña a todos los países y cualquier tipo de organización global. OTAN, ONU, Unión Europea… aquí no se libra ni Dios. Basada en una novela gráfica (y ya van unas cuantas adaptaciones magnificas del probablemente medio cultural más en alza ahora mismo), despega con Arthur Vlaminck, un joven encargado de escribirle los discursos al primer ministro francés, Alexandre Taillard. La crítica a la clase política y sus palabras vacías, es el motor del film.

Un humor ácido, estimulante, negro, absurdo, local y global, y con un ritmo apabullante, son solo algunas de las bazas en las que se apoya el magnífico guion (sería un insulto que no se llevase el premio en esta categoría) y unas interpretaciones donde cada personaje tiene su punto, pero donde el primer ministro Interpretado por Thierry Lhermitte reconvertido en un Leslie Nielsen menos histriónico y mucho más francés, se come la película. Uno de los personajes más divertidos que he visto en el cine. Desde luego Bertrand Tavernier la ha clavado. Una agradable y divertidísima sorpresa. Nota: 9/10

Family Tour (Zabaltegui)

Como si de Nostradamus se tratase el título ya anticipa el resultado de la película porque ¿qué hay más coñazo que ir a visitar a toda tu familia? Y es que cuando una película de 80 minutos se te hace larga, es que algo estás haciendo mal. Family Tour tiene una premisa simple, contar la historia de una chica que vive en México y viene a visitar a su familia. Más allá de las referencias y el realismo que desprende, que eso no se lo vamos a negar, es su falta de interés su primer y más profundo clavo en el ataúd. No pasa absolutamente nada, todo es rutina, todo es aburrimiento, no hay ningún fin aparte del desfile de familiares de la protagonista, los cuales no aportan nada y encima actúan mal.

Bastante decepción porque el concepto a priori me parecía interesante si se hubiese centrado en la nostalgia, no en discusiones banales y sin saber combinar realismo con espectáculo. Y pensar que batí el récord de algún africano en mi carrera desde el Kursaal hasta el teatro principal para verla… Nota: 4/10

The Railway Man (Sección Oficial)

The Railway Man nos cuenta la historia de un ingeniero militar británico (Colin Firth) capturado por el ejército japonés durante la 2º Guerra Mundial, a través de un flashback, mientras que en el presente, 1980, las consecuencias de guerra siguen haciendo mella en él hasta que conoce a su mujer, (Nicole Kidman) que irá desentrañando su turbio pasado para “deleite” del espectador.

En primer lugar, tener en el reparto a Colin Firth y Nicole Kidman para que salgan 1/3 de la película (como mucho) es como comprar solomillo para dárselo a un hámster. En segundo lugar, estamos hartos de historias bélicas basadas en maniqueísmos baratos, donde obviamente, el bando contrario al del país de producción de la película es el anticristo y los protagonistas son más santos que el Papa.

La parte del presente es insustancial, sin ritmo y tremendamente aburrida. La del flashback, más movidita pero con clichés por todos lados, ayuda a pillar el sueño si tienes la tarde tonta. Lo más grave de todo, es que estas películas suelen ser emotivamente manipulativas, pero ni eso hace bien. Todo es muy seco, muy artificial, muy obsoleto incluso, por no decir que las excesivas escenas violentas te causan el mismo impacto que ver a un anciano humedecerse la boca.

En estos casos, me alegro que el jurado de la sección oficial esté presidido por gente de bien, con el señor Haynes a la cabeza, porque si votase el pueblo (como la que lloraba a moco tendido detrás de mí) todavía le daban la Concha de Oro. Lo dicho, que más Senderos de Gloria y menos La Lista de Schindler. Nota: 4/10

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