«Bonsái», de Alejandro Zambra
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Reseña de Bonsái, la novela de Alejandro Zambran que edita Anagrama.
Tras haber sido conmocionados en 2020 con una novela a la altura de Poeta chileno, Anagrama nos regala una edición con el pertinente epílogo de Leila Guerriero que acompaña a la edición del debut literario de Alejandro Zambra en distancias largas. Aunque en este caso, más bien, estamos hablando de un relato largo o lo que también se podría considerar como el “resumen” de una novela. Bajo esta idea, surge un texto con la calidad narrativa de Bonsai, que también inspiró la película del mismo nombre dirigida por Cristian Jiménez. Pero cuando hablamos de tan fabulosamente descrito cruzado de vidas humanas, lo estamos haciendo de una especie de borrador de lo que años después fue Poeta chilena, novela mencionada más arriba, que consigue aupar a Zambra como el escritor chileno más importante de estos últimos años, siempre con la estela del inigualable Roberto Bolaño como sombra inherente a todo acto de genialidad literaria proveniente del país suramericano.
En este sentido, Bonsái se postula como la novela de debut perfecta. Un sabio mecanismo de síntesis donde toda subtrama o personaje secundario sin protagonismo real es suprimido del crudo, y poético (como no podría ser de otra forma), relato concentrado en este bonsái narrativo, perfectamente podado, que da más valor que nunca a la idea del “menos es más”. No en vano, en apenas 83 páginas Zambra nos sumerge en una historia que fluye sin altibajos ni desvíos que puedan desvirtuar el pulso milimétrica de una lectura que se vive con la pasión de las primeras veces. Dicha sensación encierra un hecho central: estar ante el germen de un genio de la palabra escrita. El mismo que para esta primera novela se descubre como narrador de gran angular y disección invisible de las emociones humanas. Sin duda alguna, memorable.