El dúo sevillano acaba de publicar su nuevo EP Kriegszeit.
Casi diez años han pasado desde que medio en broma medio en serio Esteban Ruiz comenzara a darle forma a I am Dive, un proyecto que ha ido creciendo exponencialmente con el paso de los años y que acaba de parir su nueva criatura: Kriegszeit, un EP de seis temas que viene a continuar con la senda sonora iniciada el año pasado con su predecesor Mauve.
Aprovechamos la visita a Madrid del grupo para quedar con Esteban y charlar sobre este “Tiempo de guerra” en el que vivimos, los planes de futuro o la influencia de las redes sociales en la sociedad.
Entrevista a I am Dive
Kriegszeit sigue un paso más hacia un sonido cada vez más electrónico. Desde los inicios más acústicos y desnudos hasta este momento, ¿es aquí donde I am Dive se encuentra realmente cómodo, donde queríais llegar?
Hay una cosa clara, y es que la evolución es muy clara y vistosa, pero no estoy tan claro que es donde quisiéramos llegar porque nunca hemos tenido claro si queríamos ir hacia un sitio o hacia otro. Como siempre hemos currado hacia lo que nos diera la gana, nunca hemos tenido una dirección muy clara. Sí que es verdad que si te escuchas los primeros trabajos, Fall o el primer LP Ghostwoods, para empezar no había guitarras eléctricas mías sino que eran acústicas, todo el tratamiento de las atmósferas de electrónica, revers, de efectos y tal era todo mucho más suave, todo mucho menos agresivo, y eso ha ido cambiando con el tiempo. También coincide que cuando empezó I am Dive esto era un proyecto para echar el rato.
Estabas tú solo.
Sí. Había una serie de canciones que no encajaban en The Baltic Sea y decidí hacerlas por otro lado. Jose se apuntó a postproducirlas pero sin que hubiera una idea de tocarlas en directo o publicarlas. De hecho se publicaron porque un sello nos dijo “si las publicáis os las sacamos”. A partir de ahí ha ido todo un poco rodado. Pero ahora que esto sí se ha convertido un poco en nuestro más importante y con entidad, de hecho es el único musical en el que estamos los dos, que es como si fuera un trabajo, algo profesional, pues sí que tratamos las canciones desde un punto de vista más de producción total, de buscar un sonido o un rollo más concreto, y es aquí donde hay una evolución importante y sí que es verdad que está muy en la línea de lo que empezamos con Mauve.
Porque, ¿cuándo se metió Jose?
A los dos meses o así. Antes de empezar a publicar cosas. Aunque diera algunos conciertos como I am Dive en solitario, no considero que el proyecto existiera sin él.
Es que recuerdo verte hace muchísimo tocando tú solo en Sevilla.
Es verdad que yo hago muchos conciertos solo con la acústica, pero eso es porque me apetece de vez en cuando hacerlo o porque Jose no puede o no quiere venir, pero al principio era más un tema de que tenía unas ocho canciones y me decidí a hacerlas y tocarlas, y a la mierda. De hecho recuerdo que me lo tomaba un “poco a broma” porque llevaba los teclados en el iPhone o hacía cosas raras como meter un radiocasete en una mesa de mezcla y meter samplers de José Manuel Soto de fondo y dados la vuelta simulando capas de rever… Cosas muy locas… Pero porque era un poco, no broma porque no me lo tomaba como tal pero sí que me apetecía mucho hacer un poco el gamba tras estar mucho tiempo entre Renochild y The Baltic Sea en un formato estricto de banda, ensayo, disco, gira, etc. Tras los primeros conciertos así apareció Jose en la ecuación y desde el momento en el que empezó a meterle él mano a las canciones y a producirlas un poco con su idea vi que eso molaba muchísimo más que lo que yo estaba haciendo por mi cuenta. Por eso nosotros consideramos que el primer concierto de I am Dive fue uno que hicimos en la sala Malandar abriendo para Damien Jurado, creo recordar a principio 2011 (nota:fue en octubre de 2010), y nosotros habíamos empezado a trabajar juntos a finales de 2010.
En este nuevo EP habláis de la frustración del momento social y político que estamos viviendo. No es un mensaje que se diga a las claras sino que está como encriptado, pero te quería preguntar si te ves tan negativo ese ese aspecto.
La verdad es que yo siempre he sido una persona muy política y muy poco políticamente correcta cuando hablo de política y de posicionamientos sociales porque mi familia siempre ha sido muy protestona en este aspecto. Entonces si te crías en un entorno así acabas siendo alguien protestón, pero sí que es verdad que ni Jose ni yo habíamos decidido aplicar ese discurso o esa actitud a la música que hacíamos. Pero aún teniendo alguna canción que hablaba de ciertos temas, siempre había sido de una manera críptica como decías, pero tanto en Mauve como en Kriegszeit no nos apetecía disimularlo, aunque no somos ultraexplícitos, hacemos las cosas de una manera más difusa, si es verdad que en este trabajo hablamos del conflicto en el que yo creo que estamos viviendo ahora mismo. No creo que seamos una sociedad en paz. Es verdad que si comparas esta sociedad, donde hay mucha gente disfrutando de la vida sin problemas, con otras muchas o la mayoría se puede decir que vivimos de puta madre, lo cual no quiere decir que no perciba yo cierto conflicto en ciertos niveles. Por ejemplo me da mucho miedo que se haya normalizado el discurso de los neoliberalismos o filofascismos nuevos. Parecía que durante unos años se estaba sosteniendo su ascenso pensando que la gente era moderna y educada y no lo permitiría, pero de repente todo eso ha saltado por los aires y ahora se han normalizado ciertas actitudes y comentarios sobre inmigrantes, mujeres, el colectivo gay. Esto es terrible y se puede extrapolar a cualquier país “moderno”, hemisferio norte, occidente. En Suecia te crees que son supermodernos y en Suecia el peso de la ultraderecha es muy bestia. Por todo esto hay un momento en el que uno no puede quedarse al margen. ¿Hasta qué punto me siento yo cómodo hablando de tal o cual movida más o menos emocional o sentimental en una canción que sé que va a escuchar gente y no hablando de ciertas cosas? Es por eso por lo que en este momento quería plasmar esta idea, usar nuestra música como altavoz ante esta situación.
Al tirar por un discurso más social no sé si algún momento os planteasteis el cambio de idioma del inglés al español.
La verdad es que hablo de esto mucho con mucha gente porque, además de las cosas que hacemos en el grupo y en el sello, tenemos movidas en marcha de docencia y divulgación con gente más joven que se quiere dedicar a la música, y hace poco, en unas jornadas en la Universidad Pablo de Olavide que estamos impartiendo sobre emprendimiento y gestión de proyectos musicales, me preguntaba alguien que cómo podía él justificar cantar en inglés siendo español y yo le decía que no era necesario justificarlo. La única barrera que veo si decides cantar en inglés es que tú no hables inglés. O sea, si tú no hablas inglés y quieres cantar en inglés me parece fantástico, pero si no lo hablas y sientes que tienes que cantar en español me parece razonable. Nosotros afortunadamente hablamos inglés perfectamente y siempre lo hemos escogido para hacer nuestra música porque a mí es lo que más me apetece. Ya saqué una vez un disco en español (con The Baltic Sea) y no hay ningún problema, pero por ahora no nos lo planteamos y realmente no creo que sea una cuestión importante. Lo veo como el que elige una Fender en lugar de una Gibson, una elección más dentro de la paleta de colores que uno escoge para pintar su cuadro.
Este trabajo es el segundo EP tras Mauve. No sé si tenéis pensado más EPs.
Sí, de hecho no sabemos cuántos pero teníamos material para varios y hemos ido seleccionando las canciones que creíamos que encajaban mejor entre ellas. Ahora dentro de este proceso hemos comenzado a escribir material nuevo que queremos grabar en julio o agosto con la idea de poder sacar un nuevo EP en enero o febrero de 2020.
¿Por qué elegir el formato de EP o disco corto y no uno largo?
Nosotros somos un sello muy pequeño, y muy humilde. Los complicado de salir adelante desde la independencia más radical es que cada Euro que se pierde en el proyecto sale de nuestro bolsillo y eso te hace tener que afinar mucho dónde inviertes y dónde no… a nosotros, en este momento y en España, no nos resulta rentable planchar discos en formato físico; nos encantaría, pero no podemos. No vendemos las suficientes copias y la inversión es muy poco eficiente. En cambio, nos sentimos mucho más desahogados sacando música más frecuentemente, además de que hemos comprobado que en el entorno en el que nos movemos esto nos funciona mejor… al final la inmensa mayoría de las veces que se escuchan nuestras canciones, se escuchan en un móvil.
¿Cada EP ha tenido su momento de creación o son temas que nacieron juntos y se fueron separando?
Tanto Mauve como Kriegszeit son parte de un conjunto, sí. Algunas de las canciones que estamos publicando ahora empezaron a maquetarse justo cuando grabamos Music For Silent Running, un disco que abrió un par de años mucho más relajados en lo que a grabar y girar se refiere; ahora, después de ese tiempo de casi desconexión, de alguna forma respetamos algunas inercias de trabajo y nos dimos cuenta de que había cosas de las que queríamos hablar, o mejor dicho, de las que no podíamos evitar hablar. Tanto Mauve como Kriegszeit son parte de un momento concreto, sí, y el próximo disco también lo será.
Te quería preguntar por vuestro estudio: Seventh, que es donde habíais grabado los últimos trabajos. ¿No os apetece salir a otro y que os dé el aire?
Nuestro estudio es muy pequeño pero lo hemos ido construyendo a la medida de nuestras necesidades y no nos vemos saliendo de ahí para grabar en otros estudios, por lo menos ahora. Hay sitios en los que hemos grabado muy cómodos algunas cosas, como en Sputnik con Jordi Gil o en La Mina con Raúl Pérez, nunca descartamos volver a grabar con amigos.


¿Se vive bien siendo un dúo? Sin jaleos de grupos de Whatsapp. O se echa de menos el rollo de estar metido en una banda.
Hay veces que yo sí echo de menos los tiempos en los que íbamos cinco de gira, con The Baltic Sea o incluso con Renochild. No es el mismo tipo de gira ese que este, pero honestamente, son tantas las ventajas y se vive tan bien siendo un dúo que no nos vemos ampliando la expedición. Y ya no es sólo cuando sales de gira que notas las diferencias, como mencionas muy acertadamente, es realmente muy estupendo que no haya grupos de WhatsApp (que considero un instrumento de tortura de la era de las comunicaciones telemáticas).
Habéis gira por sitios tan lejanos como China, Japón, Islandia…. ¿Cómo surgieron estas posibilidades? Sin ser una banda con muchísimo nombre habéis conseguido llegar a sitios donde otros ni se acercan. ¿Un lugar donde os encantaría tocar y que aún no hayáis podido hacerlo?
Empezando por el final, estamos ahora justo trabajando en un par de posibilidades en América Latina, que es una parte del mundo que no conocemos y a la que estamos deseando ir, parece que podrá ser en pocos meses. Por otro lado, las conversaciones con nuestros contactos en Australia y Nueva Zelanda también avanzan a buen ritmo, aunque esto es siempre harina de otro costal.
Todas estas posibilidades surgen siempre del mismo sitio, de intentarlo. Nosotros fracasamos constantemente en la inmensa mayoría de movidas que intentamos y esto lo digo con toda la honestidad de la que soy capaz. Muchas veces hablo con grupos que “querrían hacer las cosas que hacemos”, pero ves cómo se les va cambiando la cara cuando les cuentas la ingente cantidad de trabajo que esto supone, cuando te lo tomas en serio; más aún cuando estás tú solo al frente de todo. Siempre me gusta aprovechar estas oportunidades para reivindicar el proceso, el camino: no puedes dedicarte a esto si no es tu pasión real, si no es lo único que puedes hacer para dormir tranquilo por las noches, y si es así, tienes que asumir que vas a exponer una parte troncal de tu vida a la aprobación de gente a la que no conoces y que, encima, va a decidir si lo que haces mola o no; y nueve de cada diez veces te van a decir que no. Es complicado saber manejar estas frustraciones constantes, pero es mucho más fácil si te acomodas en la idea de que la vida es siempre una sucesión de hostias, unas las esquivas, otras las devuelves, otras no las ves venir. Así que, sin ser una banda con muchísimo nombre -tirando a ninguno- hacemos todo este montón de cosas porque no paramos de apretar cuando la carretera se inclina, aunque sepamos que no podemos seguir al pelotón y que nos van a caer algunos minutos arriba en el puerto. Nosotros somos el tipo de grupo que no se cansa, y que sabe que queda mucha carrera.
Vais a cumplir 10 años de carrera. Si echas la vista atrás y ves todo lo que habéis conseguido qué cuerpo se te queda. ¿Qué perspectivas de futuro tenéis? Y qué piensas que habéis hecho bien y mal en estos años.
Parte del encanto que reside en entender esto como un proceso sin metas ni expectativas de éxitos concretos está en que no tiene uno sensación de llevar tanto tiempo en esto… realmente me sorprende pensar que van a ser diez años ya en I am Dive (y veintidós desde el primer concierto de Renochild). La verdad es que tenemos un montón de planes en la cabeza.
Creo que si hay algo que hemos hecho bien fue tomar la decisión de recuperar el control de toda nuestra música. A día de hoy, somos los propietarios de todo lo que hemos grabado y eso nos permite negociar nosotros, sin misterios ni movidas, con quien creemos oportuno, cuando y como creemos oportuno. De nuevo, un montón de trabajo pero una tranquilidad a final de cuentas. En la lista de errores hay muchas cosas más, sinceramente. Pero por no ahondar durante párrafos y párrafos de nuestras deficiencias, que oye, se trata de promocionar un disco, asumiré como fallo que somos unos ineptos en redes sociales. No sabemos manejarnos en Instagram, no tenemos ni idea de cómo navegar esas aguas… creo que en parte es porque somos unos cuarentones a los que nos gusta la pesca, que está muy lejos de todo esto de las nuevas tecnologías. En cualquier caso, estamos en ello.
Tienes un grupo, un sello, curras en una sala, ¿qué te queda por hacer en el mundo de la música?
Pues muchísimas cosas, claro. En este negocio nunca se hace techo, ni los grandes de verdad lo hacen, imagínate un grupo como I am Dive. Estamos muy contentos de todo lo que hacemos, de todas las cosas en las que andamos metidos, pero hay dos campos en los que queremos ahondar más en los próximos años; queremos trabajar más en la composición de bandas sonoras y queremos ampliar la línea de docencia y de formación que empezamos hace unos años en el sello, intentado apoyar, formar y animar a jóvenes que quieran empezar a tomarse este negocio en serio y no sepan muy bien cómo hacerlo.
Eres una persona bastante clara, y a veces demasiado explícita, en tu manera de exponer tus ideas sin importarte el soltar algún palo a cómo funciona la industria, las escenas madrileñas/barcelonesas o cómo de mal pagan los festivales.
Somos una generación de gente muy poco tolerante con la frustración, lo mencionaba antes en otro contexto pero aquí también hay implicaciones. Parece que no soportamos la crítica, no nos gusta que nos digan nada que nos moleste o que nos contradiga y hemos aprendido a usar todo lo que la tecnología nos ha puesto a mano para aislarnos en versiones ultra-complacientes de la realidad: bloqueamos al que no piensa como nosotros en Facebook, dejamos de seguir en Instagram al que de pronto se pasa poniendo fotos estupendas, machacamos en grupos de WhatsApp a gente a la que luego no nos atrevemos a decirle ni hola en persona. Somos una generación de gente cobarde, inmadura e incapaz en muchos aspectos. Yo el primero, conste, pero al menos hago un esfuerzo muy serio por asumir que la vida es más compleja que un feed de Instagram e intento colaborar con el sentido común opinando con respeto pero con firmeza y con responsabilidad sobre las cosas sobre las que termino opinando.
Si un grupo no me gusta, un festival no me interesa o lo que conozco de la escena de tal ciudad me parece insufrible, y alguien me pregunta, no tengo por qué callarme ni porqué edulcorarlo, o mentir directamente; y aquí está el truco: no espero que nadie edulcore, suavice o disimule su opinión sobre lo que yo hago porque, entre otras cosas, me parecería que me están faltando al respeto. Es una pena que mucha gente se tome la opinión como un ataque. Así nos luce el pelo.
Tras haber presentado sus nuevos temas en Madrid, Málaga y Granada, tendremos que esperar a la llegada del otoño para volver a ver a I am Dive sobre un escenario. Estas son sus fechas confirmadas por el momento.
* 3 de octubre: CÓRDOBA (Hangar)
* 4 de octubre: SEVILLA (Sala X)
* 5 de octubre: ALICANTE (Caja Negra)
* 16 de octubre: ALMENDRALEJO (Salón de Teatres)
* 17 de octubre: ZAMORA (La Cueva del Jazz)
* 24 de octubre: VALENCIA (Convent Carmen)